Por: Eduardo Vázquez Herrera*

Nuestro país, al igual que todo el mundo, se encuentra enfrentando un momento crucial en distintos ámbitos que afecta a todos los sectores y personas. La pandemia derivada del Covid-19 y la crisis económica que estamos viviendo han modificado, seguramente en definitiva, esquemas, procesos y la manera habitual de hacer las cosas, como es el caso del uso y gestión de los recursos naturales, en específico el agua.

Recientemente, distintos grupos, organizaciones y personas de todos los sectores, se han involucrado en trabajos y debates, alrededor de la definición de un nuevo marco jurídico para el sector del agua y regular, entre otros aspectos, el derecho humano al agua, tal como lo mandata la Constitución Federal desde 2012.

En el marco de estas discusiones, nuevamente el agua toma el centro de la agenda pública y, tal como se demostró en las acciones necesarias para enfrentar la presente pandemia, el agua se constituye como un elemento integrador, de perspectivas, necesidades, retos y oportunidades, de todos los sectores y personas.

Al estar en el centro de la agenda nacional y por la importancia de asegurar el acceso seguro y equitativo al recurso de todas las personas, de manera suficiente, eficiente y con la calidad adecuada, la relevancia del agua trae consigo una serie de consideraciones adicionales que son fundamentales para poder hacer vigente esta condición, como lo es la necesidad de preservar la integridad y bienestar de los ecosistemas, como principal fuente de agua para todos los usos.

La perspectiva necesaria es que, cualquiera que sea el instrumento jurídico que regule la administración y usos del agua, debe considerar de manera prioritaria y jerarquizada los usos ambientales ya que, si el medio ambiente y los ecosistemas carecen del agua necesaria y suficiente, todos los demás usos carecerán de agua en mayor medida, lo cual acrecentaría las tensiones y conflictos derivados de la necesidad de acceso a este preciado recurso.

Por ello, la política hídrica y, en especial, las normas y reglamentos deben tener una visión integral y holística considerando el ciclo hidrológico y la conservación de los ecosistemas, los cuales hacen posible la renovación y disponibilidad de los recursos hídricos del país a largo plazo.

Y es en este marco que toman relevancia las soluciones basadas en la naturaleza para la gestión del agua como medio fundamental para la gestión eficiente de los recursos hídricos. Garantizar el agua para los usos ambientales representa proteger al principal proveedor de este recurso y asegurar la dotación para todo tipo de usos a largo plazo, más aún considerando las necesidades de agua a futuro derivadas del crecimiento poblacional y la demanda de energía y producción de alimentos.

La gran mayoría de los marcos legales para la gestión del agua se desarrollaron en gran medida teniendo en cuenta los enfoques de infraestructura gris. Sin embargo, se puede lograr mucho contemplando en la ley las soluciones basadas en la naturaleza para reforzar los enfoques de planeación y gestión existentes y trabajar coordinadamente y de manera complementaria con los esquemas tradicionales de infraestructura gris.

Para Agua Capital, como los demás Fondos de Agua en el país, resulta esencial que las directrices de política pública del agua y la regulación aplicable garanticen la disponibilidad suficiente de agua para los ecosistemas, con una visión de Cuenca, con la calidad, regularidad y volúmenes necesarios.

Tenemos ahora la oportunidad única de incorporar estas visiones alrededor de los usos ambientales en el marco legal, estableciendo las prioridades necesarias e incentivos apropiados, con la gobernanza adecuada, e incorporando las mejores prácticas y lecciones aprendidas.

De no hacerlo, estaremos poniendo en riesgo la seguridad hídrica del país y sus regiones en el corto, mediano y largo plazo, y la posibilidad de tener un desarrollo social y económico, equitativo y equilibrado, así como del cumplimiento de metas y objetivos derivados de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, dado el carácter transversal y multidisciplinario del agua y los beneficios colaterales, sociales, económicos y ambientales que aporta.

Contacto:

Eduardo Vázquez Herrera es director Ejecutivo de Agua Capital desde hace tres años, con la misión de promover la seguridad hídrica en la Ciudad de México. 25 años de experiencia en los sectores público, social y privado, además de colaborar en el sector del agua durante 16 años en el diseño y ejecución de estrategias, políticas y proyectos para la seguridad hídrica a nivel nacional y en la CDMX. *

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Facebook: @AguaCapital[email protected]

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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