Hablar de lo mucho que Internet ha cambiado nuestras vidas ya suena a un concepto “retro”, pero es un hecho que ha reordenado al mercado, ha creado nuevas oportunidades de negocio y ha hecho que el mundo sea un lugar cada vez más pequeño. Airbnb es un claro ejemplo de esto.   Podría sonar como una idea utópica el tener una casa en cada país del mundo o por lo menos en aquellos lugares a los que en el momento sea necesario viajar, y aunque para muchos visitar lujosos hoteles es parte del encanto del viaje, se abre un abanico de posibilidades para concretar la idea de vivir en un típico vecindario en urbes como París o Londres, y descubrir cómo funciona una casa en el día a día. Airbnb es una red que hace esto posible. Lo único que se necesita para ser parte de esta comunidad es contar con un teléfono o dispositivo conectado a la red para empezar a navegar y encontrar esa casa en algún lugar del planeta, o también para añadir tu propiedad como parte de esta comunidad de ciudadanos del mundo. El concepto de Airbnb fue fundado por Joe Gebbia, Brian Chesky y Nathan Blecharzyk en San Francisco, en 2008, de una forma casual, pues la ciudad californiana fue la sede de un congreso de diseño que hizo que la ocupación hotelera estuviera al 100%, por lo que decidieron ofertar sus casas para alojar a interesados en asistir a las conferencias, en una modalidad en la que incluían hospedaje y desayuno por un precio mucho más bajo que el que los hoteles ofrecían. La iniciativa fue un éxito, y a partir de ese momento, Gebbia, Chesky y Blecharzyk se dieron cuenta de la oportunidad de negocio que tenían en las manos y formalizaron este proyecto. Brand_Case_Study3Siete años después, Airbnb cuenta con presencia en 34,000 ciudades, 190 países en todo el mundo y tiene la capacidad de alojar a más de un millón de viajeros a nivel global en distintas propiedades (incluso podrías hospedarte en un castillo), ayudando a las personas a rentabilizar sus espacios en un modelo de negocio basado en el consumo colaborativo: “lo que es mío, es tuyo”. Como parte de esta participación, Airbnb ofrece un espacio gratis para quienes estén interesados en proponer su propiedad, así como un fotógrafo gratuito para tomar las mejores imágenes de las casas, y así ayudar a que destaquen; esto, apoyado por un servicio de atención a clientes que funciona las 24 horas del día. Los porcentajes se dividen de la siguiente manera: Airbnb cobra un 3% del costo de la reservación a los anfitriones, mismo que funciona para cubrir el costo de la transacción, y a los huéspedes les cobra una cuota de entre 6% y 12% del costo de la reservación, según el precio de la misma, para cubrir los gastos de uso de la plataforma. Lo que realmente llama la atención es que Airbnb también contribuye a impulsar negocios locales, pues la población flotante que llega a las casas, que no siempre están ubicadas en las zonas llenas de turistas, consume en pequeños restaurantes, negocios y mercados locales, lo que impulsa la economía del pueblo o la región que visiten. Si quieres conocer más de Airbnb, hazlo aquí.
Home page de Airbnb.

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