La posición de Berlín presenta un complicado escenario. El nuevo Gobierno de Grecia recibirá otras presiones para hacer más concesiones.   Reuters   Alemania rechazó el jueves la propuesta de Grecia para una extensión por seis meses de su acuerdo crediticio con la zona euro, diciendo que “no es una solución sustancial” porque no compromete a Atenas a cumplir con las condiciones de su rescate. La posición de Berlín presenta un complicado escenario de cara a la reunión del viernes de los ministros de Finanzas de la zona euro, en la que el nuevo Gobierno de Grecia recibirá fuertes presiones para hacer más concesiones. Alemania tiene la influencia suficiente como para bloquear el acuerdo y dejar a Grecia sin un financiamiento vital, lo que podría llevar a que quede fuera de la zona euro. Pero funcionarios en otros países europeos creen que la respuesta de Alemania fue táctica y prevén un acuerdo el fin de semana tras nuevas negociaciones. Un funcionario griego dijo que el primer ministro, Alexis Tsipras, y la canciller alemana, Angela Merkel, sostuvieron el jueves una conversación telefónica de 50 minutos. “La conversación se desarrolló en un clima positivo, dirigida hacia encontrar una solución beneficiosa para Grecia y la zona euro”, dijo el funcionario. Un portavoz alemán confirmó la conversación, pero no se refirió a su contenido. Más temprano el jueves, el ministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis, pidió formalmente una extensión de seis meses de su acuerdo crediticio con la zona euro, ofreciendo grandes concesiones en plena carrera por evitar quedarse sin efectivo. Mientras funcionarios en Bruselas celebraron el esfuerzo del Gobierno griego por alcanzar una fórmula viable, Alemania dijo que la propuesta tiene muchos resquicios y no se compromete respecto a los términos del rescate. El portavoz del ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schaeuble, dijo que la propuesta griega no cumple las condiciones establecidas por sus socios en la zona euro. “En realidad, va en la dirección de un puente financiero sin satisfacer las demandas del programa. La carta no cumple el criterio acordado por el Eurogrupo el lunes”, destacó. El ministro de Economía alemán, Sigmar Gabriel, dijo que lo que importa son las reformas que Grecia se prepara para hacer. “La carta solamente puede ser el inicio de las negociaciones”. Las objeciones de Berlín generaron una dura respuesta de Atenas, que cuestionó si Alemania habla en nombre de los otros países de la zona euro. “Mañana el Eurogrupo tiene dos opciones: aceptar o rechazar el pedido de Grecia”, dijo un funcionario de Atenas. “Allí quedará claro quién quiere encontrar una solución y quién no”. Con el programa de rescate de la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) a punto de expirar en poco más de una semana, el Gobierno de izquierda de Tsipras necesita urgentemente asegurarse un financiamiento para mantener a flote a su país más allá de finales de marzo.   Extensión del acuerdo crediticio Atenas pidió una extensión a su “Acuerdo Marco de Ayuda Financiera” con la zona euro y no al programa de rescate completo, como pretenden los Gobiernos de la zona euro liderados por Alemania. Tsipras, elegido recientemente por su promesa de dejar de lado el rescate, trata de lograr financiamiento sin aceptar todas las demandas de austeridad y reformas económicas exigidas por la UE y el FMI. Grecia se había comprometido a mantener el equilibrio fiscal durante el periodo provisional, realizar reformas inmediatas para luchar contra la evasión fiscal y la corrupción, y tomar medidas para lidiar con lo que Atenas denomina su “crisis humanitaria” y comenzar con el crecimiento económico. Un funcionario de la zona euro dijo que Alemania quiere asegurarse que no hay marcha atrás en las reformas griegas. Berlín puede contar con el respaldo de algunos países nórdicos, como Holanda y Finlandia, y de otros como España y Portugal que impusieron medidas de austeridad a cambio de ayuda económica y no quieren que Atenas logre un acuerdo más beneficioso. Pero Grecia también tiene respaldo. El ministro de Economía de Italia, Pier Carlo Padoan, advirtió sobre los riesgos de una salida de Grecia del euro. En el documento visto por Reuters, Grecia prometió cumplir con sus obligaciones financieras con todos los acreedores, reconocer la existencia del programa de la UE y el FMI así como el marco legal vinculante y abstenerse de tomar acciones unilaterales que minarían los objetivos fiscales. De forma crucial aceptó que la extensión fuera vigilada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el FMI, un paso atrás para Tsipras, que había prometido terminar con la cooperación con los inspectores de la llamada “troika” a los que acusa de infligir un profundo daño económico y social a Grecia. Siguen sin estar aclarados los detalles vitales sobre los objetivos presupuestarios, las reformas del mercado laboral, las privatizaciones y otras medidas que deben ser implementadas bajo el programa actual. El periodo provisional de seis meses se empleará para negociar un acuerdo a largo plazo para la recuperación y el crecimiento incorporando más alivio de deuda en unas medidas prometidas por el Eurogrupo en 2012. Los socios de la zona euro de momento han dicho que Atenas debe cumplir con las condiciones del actual acuerdo, que requiere que haya un superávit presupuestario primario del 3% este año, antes de los pagos del servicio de deuda.

 

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