Por Oscar González Escárcega Uno de los primeros desarrollos tecnológicos mexicanos reconocidos internacionalmente, el Sistema de Alerta Sísmica Mexicano (Sasmex), requiere de más inversión y apoyo para continuar con su investigación y alcance, y así prevenir con más anticipación a la ciudadanía sobre sismos en las principales urbes del país, como el que sucedió el pasado 19 de septiembre, mismo que tuvo su epicentro en el estado mexicano de Morelos, asegura el creador de este sistema, Juan Manuel Espinosa Aranda. Desde 1991 el Sasmex ha probado su eficacia en alertar a la CDMX y a otras ciudades del país sobre sismos que provienen de las costas del Pacífico mexicano. En el caso del temblor con una magnitud de 8.1 que inició frente a las costas de los estados de Oaxaca y Chiapas el pasado 7 de septiembre, la alerta sísmica sonó 120 segundos antes de que en la capital mexicana se registrara movimiento alguno. En entrevista con Forbes, el creador del Sasmex, Juan Manuel Espinosa, explica lo que se ha hecho desde los sismos del 19 de septiembre de 1985 hasta ahora, qué falta por hacer y cuenta sobre los “ataques” que ha recibido el Centro de Instrumentación y Registro Sísmico (Cires) que opera la alerta sísmica, por intereses económicos y políticos.
alerta-sismica-ingeniero

Foto: Cortesía SASMEX.

  Costos bajos, beneficios altos En el sismo del pasado 19 de septiembre, la alerta sísmica sonó cuando el movimiento ya había iniciado, de acuerdo con el director del Cires Juan Manuel Espinosa. La tecnología para que el sistema  mejore si el temblor ocurre muy cerca de la CDMX requiere de inversión en investigación y desarrollo y en la ampliación de todo el Sasmex, asegura. Perfeccionar la cobertura del sistema de alerta sísmica actual requiere una inversión entre 2018 y 2019 de 800 millones de pesos, que se aplicaría en nuevas estaciones sensoras, más infraestructura de comunicaciones y control de avisos de alerta. Con esta inversión se pasaría de 96 a 156 sensores sísmicos, de 33 a 55 repetidoras de señales de radio, de seis a 65 emisoras de señales de alerta y de ocho a 69 transmisores multialerta que requieren los receptores del Sasmex. Adicionalmente se incrementaría la investigación para instalar sensores profundos o de pozo en terrenos duros y otras variables tecnológicas que ayudarían a alertar con más tiempo sismos como el del 19 de septiembre. “Se buscaría acercarnos más a lo profundo de la tierra, donde se originan los temblores; vemos la posibilidad de aplicar esto también en la capital de Oaxaca, donde se originan sismos ahí mismo (bajo la ciudad). El sistema tiene que empezar a ver las señales profundas y decidir si el sismo será violento. Nos daría unos 10 segundos previos a la salida de energía fuerte, como la del 19 de septiembre”, explicó Juan Manuel Espinosa. Puedes leer también: El sismo terminará con la fiebre por vivir en la Roma y Condesa El costo actual del servicio del Sasmex es de 40 millones de pesos anuales. La mayor cantidad la aporta el gobierno de la CDMX. “El resto lo aportan los gobiernos de los estados de Oaxaca, Guerrero y Michoacán, pero con retrasos en aportaciones y contratos”, señaló Juan Manuel Espinosa, también director del Cires. Hoy el Sasmex opera con 96 sensores en estados con peligro sísmico; con su ampliación, dice Juan Manuel Aranda, la cobertura podría reconocer y advertir sismos fuertes que ocurren en otras entidades. La Ciudad de México, Oaxaca, Guerrero, Jalisco, Colima, Michoacán y Puebla cuentan con alerta sísmica, “pero la cobertura se podría ampliar a Veracruz, Tabasco, Chiapas, Hidalgo, Estado de México, Morelos, Tlaxcala, Nayarit, Guanajuato, Querétaro y a todo el país, incluyendo la península de Baja California”, subrayó el director del Cires. La cuota anual por servicios del Sasmex ampliado luego del 2019 tendrá un costo de 180 millones de pesos al año. “Hoy vuelve a cobrar importancia todo lo que nos han dicho los expertos; hay que invertir mucho más de lo que han invertido las autoridades en esta tecnología”.   Negocio atractivo A pesar de que los costos de operación e inversión del Sasmex son bajos en comparación con otras “prioridades” nacionales (por ejemplo a partidos políticos se destina 170 veces más), empresas extranjeras, emprendedores de aplicaciones de alertas para celular y fabricantes de radio receptores de la señal de alerta sísmica han buscado tomar el control del sistema, pues lo han visto como un buen negocio en lugar de instrumentos para salvar vidas. En el caso de Juan Manuel Espinosa, ingeniero Mecánico Electricista de profesión, se inició reparando instrumentos de medición para geofísicos y sismólogos. La experiencia con esos especialistas y, conociendo sus necesidades, lo llevó a crear equipos, “con absoluta innovación y solvencia técnica”, que están a la altura de lo que se fabrica en Estados Unidos, Europa o Japón. Sin embargo, Espinosa Aranda asegura que han sido varios los intentos por introducir otro tipo de sistemas de alertamiento sísmico distintos al Sasmex, muchas veces promovidos por otros científicos mexicanos y anteriores autoridades de Protección Civil del Gobierno del Distrito Federal (hoy CDMX). En 2007, la empresa Alta Prevención WT México (buscamos contactarla sin lograrlo hasta el momento de la publicación) buscó a varios científicos, entre ellos a Juan Manuel Espinosa y al entonces director del Servicio Sismológico Nacional, actual director del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) y ex miembro del Cires, Carlos Valdés González, para asistir a la ciudad de Búfalo, en Estados Unidos, a probar una nueva tecnología de alerta sísmica basada en péndulos. Espinosa declinó la invitación porque vio que ese dispositivo era un “juguete”, literalmente un péndulo que si se movía quería decir que estaba temblando. El test se realizó en la Universidad de Búfalo, la cual tiene el equipo más avanzado del mundo para simulaciones sísmicas. El equipo no pasó las pruebas y así lo manifestó y certificó mediante oficio el Instituto de Geofísica de la UNAM. A pesar de ello, el director general de Prevención de la Secretaría de Protección Civil del entonces GDF, Oscar Alejandro Roa, avaló la utilización en la ciudad del dispositivo EQ Technologies, fabricado por la empresa Alta Prevención WT México, mediante un certificado que ignoró la comunicación oficial del Instituto de Geofísica de la UNAM dirigido a las autoridades de protección civil capitalinas. El documento dirigido a Alejandro Roa Flores (quien era el segundo en el equipo de Elías Moreno Brizuela, ex titular de la Secretaría de Protección Civil del GDF), estaba firmado por José Francisco Valdés Galicia, director del Instituto de Geofísica de la UNAM, y Carlos Valdés González, y concluía que el sistema de péndulo no cumplía con las características que anunciaba el fabricante, al no poder detectar temblores suaves antes de que el temblor principal ocurriera. El GDF sin embargo, publicó en su gaceta oficial que el péndulo era la única tecnología efectiva de alertamiento sísmico. “Yo le comenté a Elías Moreno Brizuela, que eso no se valía porque, en primer lugar, no era cierto que fuera el único sistema y, en segundo, porque el mismo GDF entraba en conflicto de interés, pues éste auspiciaba al Sasmex”, dijo Juan Manuel Espinosa. “Lo que nosotros hemos hecho son instrumentos con tecnologías de vanguardia. El péndulo es una regresión y no se pude aprovechar como un recurso para avisar que viene un sismo, no lo mide ni lo reconoce y por lo tanto no sirve”, alertó Espinosa. Puedes leer también: En México tiembla 42 veces al día Con todo, la empresa Alta Prevención presentaba y, aún lo hace, un “supuesto” aval del Instituto de Geofísica de la UNAM para este dispositivo. “Carlos Valdés González titular del Cenapred lo supo, lo sabe y nunca lo ha desmentido”, lamentó Juan Manuel Espinosa. “El desarrollo de la alerta es un trabajo de ingeniería que tiene un valor intrínseco incuestionable, se han logrado muchas cosas, no solo el llamado algoritmo de detección de rango (esencia de la alerta) como enfatizan algunos colegas, hay muchos aspectos técnicos, tecnológicos y de disponibilidad que están resueltos al 99.9%. Esto no es un juego, ni un negocio, se tiene que invertir, se debe de contemplar la parte social para alertar a tiempo a la población y evitar que se repita otro 19 de septiembre”, concluyó Juan Manuel Espinosa, creador del Sistema de Alerta Sísmica Mexicano.

 

Siguientes artículos

Los ciudadanos somos necesarios ante la emergencia nacional
Por

La ausencia, de políticos en general, es la gran oportunidad de iniciar un nuevo momento político, social, histórico imp...