Este texto fue publicado originalmente el 9 de noviembre de 2018. Con una licenciatura en economía en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y 8 años trabajando en el sector bancario, Ariadna Trapote, de 35 años actualmente, estaba estudiando su maestría en Harvard en 2015 cuando la idea de Little Bookmates empezó a cocinarse gracias a sus dos hijos pequeños de 3 y 5 años en ese entonces. Quería que aprendieran a leer y a hablar inglés, pero se dio cuenta que las bibliotecas mexicanas no contaban con materiales de calidad para cumplir con tales objetivos. Así que comenzó a adquirirlos en Estados Unidos y después, a rentarlos a otros padres de familia. En enero de 2016, con una inversión inicial de 90 mil pesos y 300 libros comprados, Ariadna empezó a armar paquetes de libros para cada familia de acuerdo a la edad de sus hijos y sus gustos. Ella los seleccionaba y los llevaba a su casa sin tener una empresa formalmente constituida. No estaba familiarizada con el concepto de startup. Aún. Su oficina era su casa. Prestaba los libros a sus amigas madres, conocidos y padres de la escuela de sus hijos para que leyeran con ellos por la tarde. Posteriormente, les empezó a cobrar una mensualidad por la selección de estos 6 libros. Para el momento en que su cartera alcanzó las 80 familias, contrató una empresa de mensajería para la entrega de los paquetes, al tiempo que hacía pruebas en tiempo, libros y edades entre sus clientes. Poco más de un año después de haber arrancado el negocio, conoció por un amigo en común a quien sería su actual socio y Chief Marketing Officer (CMO), Federico Suárez, un ingeniero industrial de la Universidad Iberoamericana con 30 años de edad que había estado trabajando en desarrollar un producto para medir la lectura. Mientras trabajaban juntos, se dieron cuenta que la operación se volvía cada vez más compleja en la medida en la que su número de clientes crecía, junto con los niños. Cada cliente nuevo era un problema, todo era recomendación de boca en boca y los requisitos de los padres provocaban un enorme cuello de botella en sus registros de rotación y cobranza. “No había campañas, no teníamos nada formalmente que ayudara a crecer nuestra comunidad más allá de platicar con alguna que otra mamá en la escuela de los hijos de Ari”, platica en entrevista Suárez.   Tecnología, la clave de todo (como siempre) Así que juntos comenzaron a desarrollar un algoritmo para organizar los títulos de los libros, el género, las edades aptas para cada uno de los libros. Empezaron con formularios de Google, pero al poco tiempo vieron que no era tan eficiente, además de que esto permitía a los papás elegir los temas, limitando a sus propios hijos a no leer otros géneros e historias. Necesitaban eficientar procesos y crear una plataforma, para la cual obtuvieron 2.5 millones de pesos del Instituto Nacional del Emprendedor (INADEM) y comenzaron a trabajar de la mano de una Sociedad Financiera de Objeto Múltiple (Sofom), llamada EQUIPA-T, misma que los apoyó con dos desarrolladores para construir el sitio web desde cero. Simplificaron el producto, se despidieron de la categoría de gustos, y dejaron como tronco común el algoritmo basado en edades, hicieron de la selección de los libros un proceso sistemático y automatizaron el cobro, al igual que servicios de streaming como Netflix y Spotify, en los que puedes cancelar cuando quieras sin penalizaciones. En mayo de 2018, nació Little Bookmates, que al día de hoy cuenta con un inventario de más de más de 4,500 obras infantiles y ha logrado que sea lean más de 22 mil libros entre sus usuarios, que se traducen en más de 1,200 horas de convivencia entre padres que leen a sus hijos y que les hubieran generado más de 1.7 millones de pesos si las familias hubieran comprado los volúmenes. “Hemos ido evolucionando, entendiendo al mercado y sobre todo el producto. No vendemos libros, vendemos lectura. Tan fácil como suscribirte a Netflix y tan simple como recibir una pizza en la puerta de tu casa”, asegura Suárez. Padres de familia, el consumidor estrella Aunque inicialmente el producto estaba pensado para niños, el secreto de Little Bookmates no es la lectura infantil, sino sus padres, los verdaderos consumidores. “Leer con sus hijos les da una sensación de paz”, dice el cofundador y asegura que hasta los mismos papás los han buscado para una selección para ellos, con material para adultos. Cada familia registrada está leyendo más de 90 cuentos al año. Y es que, de acuerdo con el CMO de la plataforma, Little Bookmates resuelve las tres principales barreras de la lectura en México: el 80% del costo total de los libros (cada uno), el acceso a buena calidad literaria y la selección de los mismos.
Foto: Cortesía Little Bookmates

Foto: Cortesía Little Bookmates

¿Cómo funciona? Son libros en español o inglés para niños de 0 a 12 años, en donde los padres pueden elegir el número de libros y el idioma para sus hijos. Una vez que se registran, la plataforma hace el resto del trabajo seleccionando los títulos apropiados y se los presta durante un mes. Una semana antes de que lleguen los libros a su casa, en su cuenta y en su correo electrónico llega una lista de los libros seleccionados para el mes entrante, con su respectiva portada y un breve resumen de la historia. Puede haber cambios si el usuario lo decide, que es el menos del 3% según cifras compartidas por el equipo de Little Bookmates. Por este servicio se paga una membresía anual o semestral y cada segundo o cuarto martes de mes se hace la rotación de libros entre familias, mismos que están forrados, y son revisados e inspeccionados para su higiene y mantenimiento una vez que cambian de hogar temporal. Si una familia no termina el libro en el tiempo concedido, existe la posibilidad de que se lo quede para el siguiente mes sin multa alguna. Por otra parte, si el libro presenta algún daño menor que no afecta la experiencia del siguiente lector tampoco hay sanciones, en caso contrario, debe conservarlo y/o reponerlo. Pero de acuerdo con datos compartidos por Suárez, el porcentaje de estas incidencias es de apenas 2%, y menos del 3% cancelan su suscripción.   Alianzas, alianzas, alianzas Actualmente son sólo 6 personas trabajando en la empresa, más los empleados que se ocupan para el servicio de mensajería a través de una compañía de outsourcing. Entre los planes principales de Little Bookmates se encuentran crecer su comunidad, ampliar el rango de edad y su inventario de libros, seguir trabajando en el algoritmo de medición de lectura y hacerlo más complejo, y expandirse internacionalmente al largo plazo. Para ello ya cuentan con varias alianzas con librerías, entre ellas Gandhi, que estima que el 20% de los libros que vende son “de estantería”, es decir, que no se leen jamás, un problema más del que la plataforma se asegura de resolver. También, con el propósito de impulsar la literatura infantil y juvenil y sobretodo, fomentar la lectura en nuestro país, se aliaron con Ibby México, una ONG que impulsa a creadores mexicanos de libros para niños y jóvenes. “Los papás ya no se tienen que preocupar por buscar los libros adecuados para sus hijos ni gastar en comprarlos, nosotros lo hacemos por ellos”, concluye.

 

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