La Comisión de Comercio Internacional emitió una orden para detener la importación de ciertos relojes Apple a los Estados Unidos (EU) la semana pasada, otorgando una importante victoria al fabricante de dispositivos médicos Masimo en una batalla de patentes que lleva años con la compañía más valiosa del mundo.
Es una moneda de cambio importante para el fundador y director ejecutivo de Masimo, Joe Kiani, quien dijo que su compañía ha gastado más de 65 millones de dólares relacionados con litigios en curso sobre patentes y secretos comerciales con Apple sobre su oxímetro de pulso, un sensor de oxígeno en sangre que se ha convertido en un punto de venta para productos premium. Relojes inteligentes y rastreadores de actividad física.
La Comisión se puso del lado de Masimo en que Apple infringió dos patentes relacionadas con el oxímetro de pulso, y la prohibición prohibiría la importación a Estados Unidos de ciertos relojes Apple que incluyen el sensor (introducido por primera vez en la Serie 6 en 2020). También incluye una orden de cese y desistimiento que detiene las ventas de productos infractores que ya se encuentran en el país. La prohibición de importar ahora está sujeta a una revisión presidencial de 60 días y, salvo intervención de la Administración Biden, entrará en vigor el 25 de diciembre. Apple dijo que planea apelar la decisión, que no afecta inmediatamente las ventas de Apple Watch.
Kiani dijo a Forbes que espera que la decisión del ITC “pueda acelerar las cosas” y empujar a Apple hacia un acuerdo con su rival de capitalización de mercado de 4,200 millones de dólares. Pero dijo que no aceptará un cheque por un acuerdo de licencia del gigante tecnológico de 2.7 billones de dólares para seguir vendiendo su producto de oxímetro de pulso existente tal como está. Kiani dijo que la tecnología de Masimo debe incorporarse al Apple Watch o trabajaría con Apple en “el suyo hasta que sea lo suficientemente bueno como para tener la reputación de Masimo detrás”.
Kiani se reunió por primera vez con Apple en 2013 como una de las 28 empresas que discutían la posibilidad de incluir sensores de salud en futuras versiones del Apple Watch, según documentos legales. Ha alegado en demandas que desde esa reunión, Apple robó a sus empleados, robó secretos comerciales e infringió las patentes de Masimo; Apple ha negado todas estas acusaciones.
“ES UN GRAN PROBLEMA PARA MASIMO PORQUE ESTO NO ES ALGO QUE APPLE PUEDA SIMPLEMENTE ESCONDER DEBAJO DE LA ALFOMBRA O IGNORAR”.
John Presper, abogado de Foster, Murphy, Altman & Nickel
Pero a menos que Apple pueda convencer a la administración Biden de vetar el fallo en los próximos dos meses, la prohibición entraría en vigor mientras se desarrolla el proceso de apelación en un tribunal federal. “Masimo ha intentado erróneamente utilizar el ITC para ocultar un producto que podría salvar vidas a millones de consumidores estadounidenses mientras deja paso a su propio reloj que copia a Apple”, dijo el portavoz Fred Sainz en un comunicado.
“Es un gran problema para Masimo porque esto no es algo que Apple pueda simplemente esconder debajo de la alfombra o ignorar”, dijo John Presper, abogado de Foster, Murphy, Altman & Nickel, quien no está involucrado en el litigio pero representa a clientes antes. la Comisión. “Masimo está ahora en una posición mucho más fuerte”, dijo, porque una de las tácticas anteriores de Apple (intentar convencer a la Junta de Apelaciones y Juicios de Patentes para que invalide las patentes de Masimo centrales en esta disputa) ya ha fracasado.
La medida se produce mientras Masimo ha estado incursionando en el mercado de la tecnología de consumo, incluida la venta de sus propios relojes con capacidad de medición de oxígeno en sangre. Wall Street no ha aceptado el cambio de dirección del mercado principal de Masimo, que históricamente ha vendido su tecnología a grandes sistemas de salud para obtener un margen de ganancia mayor que una venta típica de tecnología de consumo. Hoy en día, la capitalización de mercado de Masimo es una cuarta parte de su máximo de más de 16 mil millones de dólares en 2021. Forbes estima que Kiani, que se unió a las filas de los multimillonarios del mundo en 2022, vale ahora alrededor de 840 millones de dólares. Kiani se negó a comentar sobre la cifra, salvo decir que estaba de acuerdo en que “es menos que antes”.
Un veto presidencial a un fallo de la Comisión de Comercio Internacional es extremadamente raro, dijo Presper. Sin embargo, el veto más reciente del entonces presidente Barack Obama en 2013 involucró una disputa entre Apple y Samsung que se decidió a favor de Apple. Antes de eso, la última vez que intervino un presidente fue durante las administraciones de Reagan y Carter, según un análisis del Cornell Journal of Law and Public Policy.
Esta es la segunda vez en menos de un año que la Comisión emite una prohibición de importación relacionada con los relojes Apple. AliveCor, con sede en Mountain View, que utiliza inteligencia artificial y sensores para continuarLa monitorización de la frecuencia cardíaca, consiguió una prohibición en diciembre de 2022. El presidente Joe Biden se negó a intervenir, pero la prohibición quedó en suspenso porque Apple había logrado que se invalidaran las patentes subyacentes. Apple y AliveCor han presentado casos de apelación que terminan en un tribunal federal. Priya Abani, directora ejecutiva de la startup de 850 millones de dólares, dijo a Forbes que el caso de AliveCor “representa a todas las pequeñas empresas y todas las innovaciones futuras que corren el riesgo de ser suprimidas por un goliat”.
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Dado que la Administración Biden no intervino en el caso de AliveCor, Kiani, un prolífico donante demócrata, cree que tampoco lo hará en este caso. Kiani y su familia donaron al menos 2 millones de dólares a comités de acción política afiliados a la campaña electoral del presidente Biden en 2019 y 2020, según documentos de la Comisión Federal Electoral. “Realmente amo a nuestro presidente”, dijo Kiani a Forbes, pero descartó la idea de que las donaciones de su campaña plantearan un conflicto. “Creo que la administración ha estado tratando de frenar las grandes tecnologías”.
El caso llega al corazón de una pregunta estratégica más importante para Apple: ¿Quiere la empresa vender productos sanitarios regulados o seguir con productos de consumo?
Las ventas de Apple Watch pueden continuar durante el período de revisión, dijo Presper, y la Comisión no obliga a Apple a pagar una fianza, lo que sí hace en algunos casos. Y hay otra alternativa para llegar a un acuerdo de solución, afirmó. Apple también podría desactivar la función de oximetría de pulso o crear un rediseño que no infrinja las patentes de Masimo.
La Comisión había preguntado a Apple “con qué facilidad” se podían eliminar de sus relojes las características infractoras y si la compañía estaba trabajando en un rediseño a principios de este año. La respuesta del equipo legal de Apple en una presentación legal de junio de 2023 fue redactada casi en su totalidad, aparte de: “Es imposible decir con certeza qué acciones tomaría Apple con respecto a un rediseño” antes de que la Comisión emita su fallo final. Un portavoz de Apple no respondió a una solicitud de más comentarios.
Kiani dijo que también estaría “bien” con que Apple instituyera un rediseño, en lugar de un acuerdo de conciliación. “No todo se trata de ganancias financieras”, dijo. Sin embargo, aclaró rápidamente que su empresa aún buscaría un acuerdo financiero en un tribunal federal para recuperar las pérdidas de Masimo por infracciones pasadas.
Horace Dediu, fundador y analista de tecnología de Asymco, dijo que cree que un acuerdo de conciliación es el resultado más probable dada su experiencia en batallas de patentes que han atrapado a las grandes empresas tecnológicas. Las posibilidades de un rediseño son “extremadamente bajas”, afirmó. Es posible que haya una solución de software para desactivar la funcionalidad, pero cambiar el hardware llevaría años. “No quieres negociar en el tribunal. No quieres negociar a través del ITC, pero a veces te ves obligado a hacerlo porque las partes están muy arraigadas”, dijo Dediu.
Pero el caso llega al meollo de una cuestión estratégica más importante para Apple: ¿quiere la empresa vender productos sanitarios regulados o seguir con productos de consumo? Para Dediu, la respuesta es obvia: Apple no quiere verse involucrada en todas las onerosas regulaciones sobre dispositivos médicos y seguirá centrándose en la tecnología de consumo.
“El Watch siempre ha estado en la intersección entre función y estilo”, dijo Dediu. Es bueno tener complementos para las funciones de salud y fitness, pero al final del día la gente compra relojes Apple “porque se ven bien”, dijo.
Está previsto que el caso de secretos comerciales de Masimo contra Apple, que terminó en juicio nulo en mayo pasado, se vuelva a juzgar en California en octubre de 2024. Después de que se presentó ese caso, Apple presentó una demanda acusando a Masimo de infringir sus patentes de Apple Watch en Delaware. Masimo contrademandó y también alegó problemas antimonopolio. “Creo que los daños deberían ser cuantiosos”, afirmó Kiani. “Con suerte, cuanto más duela, menos volverán a hacer esto”.
Pero los litigios sobre patentes son costosos y requieren mucho tiempo. Kiani, que ha ganado luchas de patentes anteriores contra Nellcor (una división de Medtronic) y Philips por un valor de alrededor de 1.100 millones de dólares, dijo que se está preparando para una batalla de seis o siete años. “Siempre juego a largo plazo”, dijo Kiani. “Creo que mientras los accionistas sean pacientes, serán bien recompensados”.
Este artículo fue publicado originalmente en Forbes US.
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