El muy anticipado prospecto de Oferta Pública Inicial (OPI) de Uber revela que Alphabet, empresa matriz de Google, es un gran beneficiario de la empresa de transporte. Alphabet es uno de los principales accionistas de Uber, con una participación del 5.2% que podría valer más de 5,000 millones de dólares (mdd) si Uber alcanza su valor de OPI esperado de 100,000 mdd. El formato S-1 de Uber también revela otros vínculos financieros: le pagó a Alphabet cientos de millones de dólares en publicidad, infraestructura y servicios de mapas durante los últimos años. A pesar de invertir dinero en sus propios proyectos de mapeo, Uber aún depende significativamente de Google Maps. Pagó a Google aproximadamente 58 mdd por servicios de mapeo entre 2016 y 2018, y escribió en la sección de riesgos de su formato que esos servicios son “críticos para la funcionalidad” de su plataforma. “No creemos que exista una solución de mapeo alternativa que pueda proporcionar la funcionalidad global que necesitamos para ofrecer nuestra plataforma en todos los mercados en los que operamos”, escribe la compañía. Te interesa: Uber inscribe su salida a bolsa y revela sus finanzas Uber también pagó por servicios empresariales y de marketing. Durante dos años, Uber pagó a Alphabet 631 mdd por marketing y publicidad, 70 mdd por infraestructura y servicios empresariales y 1 mdd por “servicios relacionados”. Más de 500 millones de dólares en publicidad no es nada para Uber, que perdió 1,800 mdd en 2018, pero es poco para la máquina publicitaria de Google, que generó 32,000 mdd en ingresos por publicidad el último trimestre. También Google le pagó a Uber por un poco de promoción: La compañía gastó 3.1 mdd desde enero de 2017 en el servicio de transporte para promocionar Google Pay, su billetera móvil, dentro de su aplicación. En general, las dos empresas tienen una relación complicada. El brazo de riesgo de Alphabet de inversión inicial, GV, invirtió alrededor de 250 mdd en Uber en 2013, y el ejecutivo de Google, David Drummond, incluso se unió a la junta directiva. Sin embargo, el vínculo de las compañías se tensó cuando comenzaron a competir en el desarrollo de autos autónomos, lo que impulsó a Drummond a renunciar a su cargo en 2016. Un año más tarde, el brazo de automóviles de Alphabet, Waymo, demandó a Uber por secretos comerciales, provocando una batalla legal desordenada que terminó en un acuerdo en febrero de 2018. Además, un investigador de software independiente que evaluó si el sistema de automóvil sin conductor de Uber usaba alguna tecnología originada en Waymo encontró “ciertas funciones en nuestro software del vehículo autónomo que son problemáticas y otras funciones que no lo son”, dijo Uber. “Si estos hallazgos provisionales se vuelven definitivos, podrían resultar en una tarifa de licencia o en cambios de diseño que podrían requerir tiempo y recursos sustanciales para implementarlos, y podrían limitar o retrasar nuestra producción de tecnologías de vehículos autónomos”, dijo Uber en su S-1. La revisión continúa y Waymo dijo en un comunicado por correo electrónico que “continuará tomando los pasos necesarios para garantizar que nuestra información confidencial no sea utilizada por Uber”. Alphabet aparece un puñado de veces en la sección de riesgos del formato S-1 de Uber. Además del ejemplo de mapeo, Uber también menciona su dependencia de la tienda de aplicaciones de Google, Play y la tienda de aplicaciones de Apple, como un riesgo, y dice que no puede garantizar que las dos compañías no comiencen a cobrar tarifas para descargar su aplicación. Waymo también es mencionado como competidor, junto con una serie de otras compañías que trabajan autos autónomos. Mientras tanto, Alphabet también tenía una gran participación en Lyft, uno de los principales competidores de Uber, cuando se hizo pública el mes pasado.

 

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