La única red social para lectores ha sido adquirida por el e-tailer. Sin embargo, debido a una demanda antimonopolio, el gigante encabezado por Jeff Bezos se vería obligado a mandar a los potenciales compradores a la competencia.   Por Jeff Bercovici   Después de dos años de paradas y arranques, Bookish, el sitio para descubrir y comprar libros co-propiedad de tres de las editoriales más grandes del mundo, finalmente abrió sus puertas en febrero. Siete semanas después, Amazon ha adquirido Goodreads, la principal red social centrada precisamente en los lectores y sus títulos favoritos. ¿Coincidencia? Por supuesto, con 16 millones de usuarios, la ubicada en San Francisco, Goodreads es una adquisición suficientemente lógica para el e-tailer. (El precio de venta no ha sido revelado, pero es probable que haya sido de menos de ocho dígitos. De acuerdo con Crunchbase, Goodreads había recaudado un total de $2.75 millones de dólares en fondos.) Los dos sitios no son reflejo el uno del otro. En particular, como explica Laura Hazard Owen, Amazon y Goodreads hacen recomendaciones basados en algo llamado “filtrado colaborativo”, que toma en cuenta la actividad previa de un usuario y el comportamiento de los usuarios similares. A falta de los servidores llenos de datos de Amazon, Bookish —que está respaldada por Penguin, Hachette and Simon & Schuster— basa sus recomendaciones más en el análisis de contenido. Bookish carece también del  perfil social Goodreads. Sin embargo, las similitudes son suficientes como para que, cuando Bookish fue lanzado en febrero, un escritor de Wired lo llamara “el producto del amor de Goodreads y Amazon”. Un tema a seguir es si, tras hacerse de Goodreads, Amazon continuará llevando clientes a otros minoristas. En 2011, el sitio dejó de usar la API de Amazon, argumentando que las condiciones de uso eran demasiado restrictivas, particularmente  el requisito de que todos los enlaces de producto van a Amazon y no a otros minoristas. En un post publicado en su blog, el fundador de Goodreads, Otis Chandler, sugiere nada va a cambiar, al menos en el corto plazo: “Amazon nos apoya en continuar impulsando nuestra visión como una entidad independiente, bajo la marca Goodreads y con nuestra cultura única.” Obviamente, Amazon prefiere no enviar a los posibles compradores de libros con la competencia, pero con la nueva demanda antimonopolio pesando sobre su cabeza (y la de las seis editoriales más grandes de Estados Unidos) y que la acusa de ejercer demasiado control sobre el mercado del e-book, éste no es el momento de ser visto actuando como un monopolio.

 

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