Argentina y Venezuela han puesto presión sobre toda la región en los mercados internacionales. La temida ‘fuga de capitales’ parece haberse materializado, sin embargo, existen cinco razones por las que América Latina aún es un destino seguro para los inversionistas.       Ante la amenaza de una fuga de capitales en los mercados emergentes, UBS realizó un análisis para contemplar el panorama completo y tener en cuenta algunos fundamentales macroeconómicos que podrían mantener a América Latina como un destino atractivo para la inversión. “No estamos diciendo que la fuga de capitales no ocurrirá. Nuestro estratega para mercados emergentes globales, Bhanu Bajewa, prevé que seguirá la debilidad para las monedas y las tasas de interés locales. Sin embargo, la debilidad que se verá en los mercados no debe equipararse con los episodios traumáticos que se experimentaron en los 90”, explica el documento titulado Keeep calm and Carry on. Así, mientras la bolsa de Brasil presentó el lunes su peor desempeño en los últimos cuatro años, existen motivos para pensar que América Latina no tiene por qué temer a una crisis de mucha profundidad. 1. Argentina y Venezuela no son una muestra de lo que pasa en el resto de la región La devaluación en Argentina puede ser una de las principales contribuciones a la salida de capitales de los mercados emergentes. Lo mismo se puede decir de Venezuela, que la semana pasada también anunció una devaluación pronunciada. Estos dos países están en problemas precisamente porque mantienen políticas que el resto de la región decidió erradicar en los 90. Mientras Argentina y Venezuela experimentan una mala combinación de inflación y deuda, países como México, Chile y Brasil han trabajado en un marco macroeconómico sostenible. 2. La debilidad en el tipo de cambio no es un síntoma de una crisis en la balanza de pagos En las economías pequeñas y abiertas, un debilitamiento en el tipo de cambio puede ayudar al equilibrio de las cuentas externas. El reporte de UBS explica que una moneda más débil puede ayudar a impulsar las exportaciones y moderar las importaciones, lo que ayuda a ajustar el balance comercial. 3. Las reservas internacionales están ahí por una razón Con 750,000 millones de dólares, América Latina tiene un ‘colchón’ considerable de reservas internacionales que pueden ser utilizadas. El reto es que estos recursos sirvan a los gobiernos para mitigar la volatilidad. En caso de una salida demasiado abrupta de capitales, las reservas pueden ser canalizadas también a sectores que lo necesiten para aumentar liquidez, como el caso de los bancos en la crisis financiera internacional. En el caso de México, las reservas internacionales acumulan 176, 467 millones de dólares, al 17 de enero, estos recursos presentaban su segunda disminución semanal consecutiva (la última por 59 mdd) que según el Banco de México, obedece al cambio en la valuación de los activos internacionales. 4. Los déficits son manejables En los 90, la mayor alerta de peligro eran los déficits en la región. Hoy, sólo Perú tiene un déficit mayor a 5% del PIB, el promedio de déficit de la Región es menor a 3%. Tabla: Nivel de déficit promedio en América Latina ubskeep Fuente: UBS 5. El sistema financiero es saludable La llegada de capitales (y su salida) puede interpretarse como un riesgo de que el crédito crezca desmedidamente, sin embargo, a excepción de Brasil, la penetración de crédito como porcentaje del PIB en la región permanece bajo. En Chile, el crédito ha crecido conforme la economía se expande y en México, Colombia y Perú la expansión se ha dado de manera moderada pues el sistema financiero sufrió una recomposición tras las crisis en los noventa. Aunado a eso, los bancos más grandes en la región se encuentran bien capitalizados y con regulaciones adecuadas.   ¿Fuera de peligro? Rafael de la Fuente, el analista de UBS a cargo del reporte, explica que los cinco factores enumerados no implican que la región sea inmune a los riesgos globales, incluso, es casi inevitable que la región vea crecimiento más moderado y debilidad en sus monedas. Un crecimiento moderado o una caída deja a las clases medias vulnerables a una reducción en los ingresos reales, esta situación puede representar serios desafíos para la clase política, pues desemboca en descontento social. “América Latina ofrece diferentes historias según el país del que se hable, sin embargo, es importante no minimizar los avances en la política económica que se han dado en la mayoría de los países. En muchos casos, esos avances marcan la diferencia en la capacidad de hacer frente a las crisis que provienen del exterior”, señala el analista.

 

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