- Del total de la inversión extranjera directa que llegó a nuestro país en 2015 (13,162 mdd), 67.91% provino de Estados Unidos.
- Del total de las exportaciones mexicanas en 2015 (380,772 mdd), 81.2% tuvo como destino Estados Unidos.
- El US Department of Transportation estima que, en promedio, en 2014 se registraron 3.4 millones de cruces de peatones y alrededor de 10.7 millones de pasajeros a través de vehículos privados.
- La población nacida en México que vive en Estados Unidos oscila en 8.5 millones de personas y posiblemente 21 millones cuentan con estrechos vínculos consanguíneos con nuestro país.
- Según datos del US Chamber of Commerce, aproximadamente 6 millones de empleos directos en Estados Unidos dependen del comercio con México, aunado a que México es el segundo mayor mercado de exportación de Estados Unidos, con aproximadamente 13% de sus exportaciones, sólo por debajo de Canadá.
- Más de 1,000 millones de productos para comercialización cruzan la frontera entre México y Estados Unidos todos los días.
- Según datos del US Department of Commerce, entre 2008 y 2013 la IED realizada por México a Estados Unidos creció 109%; en contraparte, la IED realizada por Estados Unidos hacia México se incrementó 16%.
De amigos y socios a vecinos non gratos
Debemos actuar de manera prudente e inteligente, y mantener con Estados Unidos el paradigma de vecinos y socios, en beneficio de ambos países.
Lo anterior parece ser el nuevo paradigma que se ha venido creando dentro de la campaña política presidencial de Estados Unidos con relación a nuestro país, comentario que he expresado desde hace meses cuando empezaron las postulaciones.
¿Pero esto es resultado de algo nuevo que nace por un liderazgo mediático y populista de un candidato como Donald Trump o es el reflejo de una opinión generalizada de millones de estadounidenses?
La campaña de nominación y la presidencial, independientemente de quien la gane, ya genera un cambio de paradigmas que tiene que ser analizado con todo cuidado y con un gran sentido histórico y una visión clara del futuro. Aquí no caben las mediocridades ni las ocurrencias, y mucho menos las improvisaciones.
Ante lo anterior, saltan las preguntas: ¿Qué está haciendo el gobierno mexicano para proteger al país en este sentido? Por lo pronto, ya nombró a un nuevo embajador. A su vez, ¿cómo está cooperando la sociedad en su conjunto?, ¿qué direccionalidad tienen los líderes empresariales, sociales y académicos ante este hecho? ¿Acaso se han elaborado escenarios con diferentes niveles de conflicto y su repercusión, tanto social como económica?
A veces, México y Estados Unidos estamos más en el camino de los intereses económicos que de la amistad política; basta revisar la historia, que tiene hechos como la pérdida de parte importante de nuestro territorio.
En lo económico, en 1910 las exportaciones de EU a México eran de 3.3%. Un siglo después son de 15.4%; en el caso de México, nuestras exportaciones pasaron de 76.4% a 81.2% en un siglo. Empero, hubo varios cambios en el transcurso de nuestra apertura comercial: en 1985 le apostamos a la mejor carta, con el TLCAN, pero entregamos, en parte, nuestros instrumentos de negociación, como es el mercado, y no hicimos acciones sociales de vinculación con el pueblo estadounidense. Eso nos llevó a una dependencia crucial y nunca pensamos que saldrían a flote los sentimientos negativos que ahora están vigentes y latentes en Estados Unidos.
México es un aliado natural e ineludible de Estados Unidos, pues comparten vínculos muy estrechos en el ámbito económico, político y social, como son: