La postura de Andrés Manuel López Obrador, presidente electo, en torno a la cancelación de la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) en concordancia con los resultados de la consulta nacional, desalientan al sector empresarial del país, mismo del que necesitará apoyo para emprender los proyectos de infraestructura con los que quiere arrancar su mandato. Parar un proyecto de infraestructura con más de 30% de avance y proceder a la construcción de dos pistas y una terminal civil en la base aérea militar de Santa Lucía, así como a la modernización de los aeropuertos en Ciudad de México y Toluca; genera incertidumbre entre este sector apuntó Francisco Gándara director general de Sigmados. La consulta bajo la lupa: qué pasará con el NAIM y los contratos en Texcoco “Necesitará del sector empresarial y su gran capital para dar viabilidad a sus propuestas de desarrollo del país para los próximos seis años, con este mensaje los desalienta o genera incertidumbre en cuanto al tipo de relación que querrá establecer, porque al fin de cuentas los requiere el próximo gobierno y son indispensables”, afirmó. A los pocos minutos de que se dio a conocer el resultado de la consulta nacional aplicada del 25 al 28 de octubre, Gustavo de Hoyos, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana, aseguró que la cancelación del mega proyecto es un paso al abismo y van en contra de la racionalidad del país. Por separado, Juan Pablo Castañón, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) afirmó que dar marcha atrás a este proyecto significaría un costo de entre 100 y 120,000 millones de pesos y pone en riesgo alrededor de 46,000 empleos tanto directos como indirectos. El líder empresarial también aseguró que las inversiones no son “canjeables” ante la intención del próximo mandatario del país de reponer los proyectos de en los que se integró capital extranjero y nacional con la construcción de las dos pistas de Santa Lucía. “Lo que está haciendo Andrés Manuel es una acreditación electoral de su promesa de campaña, él está logrando una gran congruencia con su planteamiento y su propuesta. Sin duda no está resolviendo técnica ni funcionalmente la necesidad de desahogar la saturación del aeropuerto y otras múltiples consecuencias que implica está decisión y satisface un reclamo popular y una emoción política en torno a la naturaleza de las decisiones”, apuntó Gándara. Sin embargo, otra de las promesas de campaña de AMLO fue impulsar el gasto en infraestructura que en 2017 registró su nivel más bajo en ocho años al ascender a 569,2 millones de pesos. “No estamos en contra de los empresarios, se necesitan empresarios; estamos en contra de los políticos corruptos y los traficantes de influencias”, dijo López Obrador durante uno de sus actos de campaña.

 

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