Una de las tareas más ambiciosas que se veía venir para el gobierno de Andrés Manuel López Obrador era reconciliar un país cuya población, además de sus vicisitudes propias, tuvo que enfrentar un proceso de campañas electorales plagado de ataques, descalificaciones y encono. 

La polarización generada por los acalorados debates en redes sociales, traspasaron el escenario virtual y hoy, parece que en lugar de buscar la unidad, la prioridad es el divide y vencerás.

Las cúpulas empresariales son actores importantes del debate político, pilares fundamentales de la economía nacional y motores indispensables de desarrollo. 

Después del tsunami que ha representado la transición en México, la economía agonizante y la cultura emprendedora en vías de extinción, urge una señal de consenso. 

Con la intención de dejar atrás los descalificativos, la desconfianza y el antagonismo una muestra de voluntad política ante las condiciones de pandemia por el COVID-19 sería la señal correcta en tiempos de alta especulación y nula certeza.

Los empresarios mexicanos más prominentes y representantes de diferentes cúpulas empresariales, se reunieron con Andrés Manuel para, en un ambiente de confianza y apertura tratar temas de la agenda nacional preponderantes para iniciar a hacer gobierno: seguridad, salud, finanzas, proyección financiera, diversificación de mercados, impacto regional e inversión, pero de esa reunión ningún resultado se concretó.

A más de dieciséis meses de haber iniciado su gestión, al presidente le ha salido  el tiro por la culata, laapuesta energética y de desarrollo que ambicionó se ha desmoronado ante las condiciones globales de los mercados de referencia y ante una pandemia que ha roto cualquier esquema contemporáneo de salud pública.

Será fundamental que en la visión micro, el gobierno de México no se olvide de las PYMES, los negocios familiares, los ciudadanos emprendedores; pues son ellos quienes por décadas también han contribuído a la generación de empleos y el fortalecimiento de los mercados. Ahí están por ejemplo, buscando subsistir, los vendedores por catálogo, los textileros mexicanos, las comercializadoras, la industria del calzado y la del juguete, por poner algunos ejemplos. 

Los pequeños empresarios de hoy, necesitan rumbo seguro y tierra firme, una carta de navegación que les permita continuar. Es ese el México que ha sustentado la prevalecencia de la clase media y hoy, también necesita lugar en la mal llamada cuarta transformación.

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