Anabel González fue la estratega de la apertura comercial de Costa Rica en los últimos años. Su sueño: lograr que su país se integre al ‘club’ de la OCDE.   Por Édgar Fonseca   En los hombros de esta mujer descansan la planeación, implementación y ejecución de una agresiva política de apertura comercial por la que ha transitado Costa Rica en tiempos recientes. Nos referimos a Anabel González, abogada de formación, quien cuenta con una maestría en derecho por la Georgetown University, además de tener experiencia en instituciones como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio (OMC). La suscripción del controversial Tratado de Libre Comercio de Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana (CAFTA) figura entre las negociaciones más complejas, en las que tuvo un rol protagónico como jefa negociadora. Hoy se empeña en adherir a Costa Rica a la Alianza del Pacífico, junto a México, Colombia, Chile y Perú. En total son 12 los acuerdos comerciales que Costa Rica mantiene con distintas naciones y bloques, que van desde tratados de libre comercio (TLC) con China y Singapur, hasta la Unión Europea; en Norteamérica, con Estados Unidos, Canadá y México; hacia el sur con Centroamérica y el Caribe; Perú y Chile en el extremo sur del continente. Pero quizá la mayor tarea pendiente al concluir su gestión de cuatro años como titular de la cartera de Comercio Exterior sea dejar a la nación centroamericana en ruta hacia su integración a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Anabel González recibió a Forbes en su despacho. Enumera, como saldo fructífero de su gestión, la meta alcanzada de 17,499 mdd en exportaciones y la meta ajustada de 8,300 mdd en inversión extranjera directa (IED).   ─ ¿Qué gana Costa Rica con adherirse a la Alianza del Pacífico? Gana en imagen internacional porque la Alianza se ha convertido en el proyecto de integración latinoamericana. Hay 30 países que son observadores de la Alianza. Ha despertado enorme interés y cuando vamos a distintos foros de inversionistas nos preguntan si Costa Rica va a ser miembro de la Alianza. Es como integrarse a un grupo de países latinoamericanos que despierta interés positivo en el mundo empresarial, en el mundo de la inversión.   Hay sectores incómodos con la Alianza del Pacífico… Hay que ver el punto de partida: 98% de los productos provenientes de México, 95% de los productos de Chile y casi 80% de los procedentes de Perú ingresan sin pagar aranceles. Y cuando el TLC con Colombia entre en vigor, inmediatamente 70% de los productos que lleguen tampoco pagarán impuestos de entrada; el resto está sujeto a periodos de desgaste. Costa Rica es una economía muy abierta,  lo que le da una base muy sólida para sacar el proceso de negociación, que va a estar pensado mucho más en algunos productos puntuales, sobre todo del sector agrícola, que presentan mayores niveles de sensibilidad.   Ante el cambio de administración con una visión más conservadora a la apertura comercial, ¿qué piensa si ocurriera un freno a ese impulso? Quisiera pensar que, una vez que las nuevas autoridades asuman la responsabilidad de gobierno, van a comprender la importancia que tiene una política de comercio exterior activa para un país pequeño como Costa Rica.   ─ ¿Vería lógico que se frene el impulso en la apertura comercial? Soy una fiel convencida de que debemos seguir adelante porque necesitamos más inversión, empleo, oportunidades, y eso no se acaba nunca, porque si yo me tomo una pausa de cuatro años, habrá muchos que no se la toman y continúan avanzando; entonces la inversión va adonde hay más dinamismo.   ─ ¿Qué tarea pendiente queda? El proyecto más importante es lograr posicionar a Costa Rica para que pueda ingresar a la OCDE. Nos va a permitir, como país, fijarnos una barra alta en materia de diseño, ejecución y evaluación de políticas públicas.   ─ ¿Qué otros desafíos tiene Costa Rica? El más importante es mejorar su capacidad para competir. No vamos a crecer vendiendo bienes y servicios a nosotros mismos. Vamos a crecer en la medida en que podamos incorporarnos cada vez más al mercado mundial. El mejor recurso que tiene Costa Rica es su capital humano. Ésa es una gran fortaleza.   De mantener este impulso en materia de apertura, ¿dónde ve usted colocado a Costa Rica en 20 años en la región? Si seguimos enfocados en lo que tenemos que hacer como país, con tasas del crecimiento de 5 o 6%, que no es sencillo, pero tampoco imposible si seguimos promoviendo un comercio exterior cada vez más dinámico, atrayendo IED, invirtiendo en educación, poniendo un poco más de énfasis en innovación, y terminamos de arreglar el problema de la infraestructura, creo que podríamos tener un PIB mucho mayor al que tenemos hoy; podríamos seguir siendo número uno, número dos en América Latina. Le veo a Costa Rica un futuro muy promisorio.   ─ ¿A lo Singapur? Es una mezcla: puede ser un poquito de Singapur, puede ser un poquito de Irlanda, puede ser un poquito de Corea, de Chile, de Finlandia. Todos esos son países de los cuales podemos tomar muchas cosas.   Tras cinco años de vigencia del CAFTA, ¿cuáles considera que han sido sus beneficios? Le pedimos al Banco Mundial que nos hiciera una evaluación del impacto del CAFTA en Costa Rica, a lo cual menciona que ha sido el país que más ha logrado aprovechar este tratado comercial, el que ha aumentado significativamente sus exportaciones a Estados Unidos. Muchas de las empresas señalan que el CAFTA ha sido fundamental para decidirse a invertir en el país.   ─ ¿En qué le queda sabor de incumplimiento del CAFTA? El único tema que me preocupa es que el CAFTA es de aplicación entre todos los países que forman parte del acuerdo, y de todos éstos, no se ha logrado que El Salvador aplique el CAFTA de manera uniforme para todos los productos provenientes de Costa Rica. Eso ha puesto nuestros productos en una situación de desventaja en ese mercado y debimos activar un mecanismo de solución de controversias, muy recientemente, con el objetivo de que finalmente se reconozca por parte de El Salvador que tiene que aplicar el acuerdo. Vamos a probar la efectividad de ese mecanismo. Confío que al final podamos dirimir este conflicto.   ¿Cuáles son sus tres legados al cabo de este ciclo en su gestión de política de apertura comercial? Hoy, 86% del comercio exterior de Costa Rica se lleva a cabo bajo condiciones preferenciales y en el marco de algunos de estos tratados. “El establecimiento de una gran cantidad de empresas multinacionales en el país. Hoy tenemos cerca de 250 empresas multinacionales de clase mundial, lo cual ayuda a que el país sea reconocido en todas partes del mundo. “Y, por último, la posición de una institucionalidad en el campo del comercio internacional, que ha permitido una continuidad a lo largo de mucho tiempo con un grupo de personas muy comprometidas con el desarrollo de Costa Rica en el campo del comercio y de la inversión.”   Su fallido intento por la dirección de la OMC… ¿qué valoración hace de esa experiencia? No hubo el resultado deseado, pero de alguna manera para un país pequeño es más difícil. Como nación, Costa Rica ganó al aspirar a un cargo de muy alta relevancia. Contamos nuestra historia, a fin de lograr posicionar al país en el exterior. Alcanzamos otros objetivos paralelos.   La fragmentación de la región: Alba, Mercosur, Unasur, Celac y ahora la Alianza del Pacífico, ¿ventajas y desventajas de este escenario? Todos estos esfuerzos muestran algo que es positivo, y es que los países latinoamericanos le otorgan un valor a integrarse, muestran alguna aspiración de Latinoamérica de poder trabajar integrada, reconociendo que nuestros países necesitan de este tipo de alianzas para poder salir adelante. “Muchas de estas alianzas tienen su componente ideológico, lo cual a veces dificulta su aplicación práctica. Por otro lado, hay casos de esquemas de integración basados en un mínimo común denominador, en donde también es difícil que produzcan resultados. “Creo importante ir encontrando espacios en que haya intereses en común; aquello que permite ser miembro de Centroamérica y de la Alianza del Pacífico, así como de algún vínculo con otros países de la región para trabajar con ellos.”

 

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