Las elecciones del martes 6, han dejado claro que, más allá de haberse debilitado, la fuerza electoral de Donald Trump se mantiene cohesionada, lo que le da posibilidad de plantearse la reelección para el año 2020. ¿Cuáles son las razones de dicha posibilidad? En primer lugar, la victoria de los demócratas es exigua, pues a pesar de que ganaron el control de la Cámara de Representantes, están en el límite de la configuración de mayoría, lo que les ubica en una posición de debilidad. La elección se había considerado como la posibilidad de los demócratas de poder recuperar el control del Congreso. Se había incluso planteado que podrían ganar en entidades que, a pesar de ser republicanas, tenían candidatos demócratas jóvenes, mujeres, con discursos renovados, que podrían ganar las elecciones en sus propias entidades. Lo que ocurrió es que los demócratas ganaron los distritos necesarios para obtener la mayoría, pero estuvo por debajo de su propia expectativa. Si vemos las diferencias con las que ganaron dichas votaciones, sus porcentajes están por debajo de los promedios de otros distritos con influencia demócrata o republicana, es decir, pueden cambiar nuevamente en la siguiente elección que, si bien, sigue una lógica local, la presencia de un candidato fuerte, sea republicano o demócrata, puede orientar la tendencia de competencia en ese espacio. En segundo lugar, los demócratas perdieron dos lugares en el Senado y, si pensamos en la configuración de la elección presidencial que es por estados y se parece a la elección del senado, pues podríamos ubicar una amplia posibilidad de que Donald Trump pudiera ganar nuevamente una mayoría basada en la votación por estado. Los estados que dejaron de ser demócratas y pasaron a ser republicanos fueron Indiana, Missouri y Dakota del Norte, pero como Nevada dejó de ser republicano y se hizo demócrata, entonces por eso la diferencia es sólo de dos estados. Tal vez alguien pudiera decir que sólo fue la elección de 35 de 100 senadores, por lo que no podemos apreciar el impacto real de la elección por entidades. Sin embargo, lo que si vemos es que el discurso de Trump pudo, incluso en aquellos dominados por los demócratas, bajar la capacidad de estos para retener tres entidades, que perdieron, pero también para reducir sus ventajas en aquellos que ganaron. En tercer lugar, a pesar de los esfuerzos demócratas en la elección, donde se incorporó a candidatas y candidatos jóvenes, mujeres y con reivindicaciones liberales, no fue suficiente para contrarrestar la estrategia de Trump. Los demócratas no han sido capaces de anteponer un discurso anti-Trump eficiente, debido a que varios de los planteamientos del presidente norteamericano, también hacen sentido en el contexto de los intereses demócratas. Si bien el desmantelamiento del Oamacare o la designación de Kavanaugh fueron temas álgidos que marcaron la diferencia demócratas-republicanos, hay temas que están en la preocupación de los electores de ambos como la migración y la seguridad, en los que Trump ha hecho énfasis, más allá de los logros que haya podido obtener. Ante la ausencia de una persona con liderazgo suficiente en el espacio demócrata para hacer frente a Trump en la elección de 2020, así como de la incapacidad que han tenido hasta ahora por construir un discurso que desmantele o confronte el que el presidente ha generado, así como al incremento de aprobación que ha tenido en los últimos meses, podemos ubicar un escenario favorable, hasta el momento, para que Trump tenga incentivos por buscar la reelección, con la certeza de poder plantear una candidatura competitiva.   Contacto: Twitter: @aglopezm Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

Siguientes artículos

El error de 500 mdp que dejó sin agua a CDMX y el Valle de México
Por

Con un peso de 185 toneladas y un costo de 500 millones de pesos, la pieza clave para los trabajos de mantenimiento qued...