La constructora mexicana es la única que a la fecha sigue navegando tras el naufragio del sector vivienda en la Bolsa Mexicana de Valores, luego de que las tres principales desarrolladoras Urbi, Geo y Homex quedaran fuera, debido a enormes deudas.   Reuters MEXICO DF – Ara, una de las mayores constructoras de viviendas de México, es prácticamente la única sobreviviente del naufragio bursátil del otrora vibrante sector y sus indicadores financieros apuntan a que tiene viento a favor para remontar la tormenta del año pasado. En una temporada catastrófica para el sector, las tres principales constructoras, Urbi, Geo y Homex, quedaron fuera de juego, por el momento, aplastadas por enormes deudas y un derrumbe de la demanda de vivienda destinada a familias de bajos ingresos, un negocio al que habían apostado grandes recursos. Si bien el nivel de endeudamiento de Ara se elevó progresivamente en los últimos cuatro años, no ha alcanzado los insostenibles ratios de sus rivales. Las mejores perspectivas financieras se han reflejado en un alza del 18.8% en lo que va del año, que contrasta con el desempeño estable del índice líder local IPC. La razón de deuda total a ganancias antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización (EBITDA) de Ara al cierre de 2013 fue de 2.71 veces frente a las 0.79 veces de 2010, según datos de Reuters. La firma dijo que el ratio bajó a 2.54, al cierre del primer trimestre. Este indicador se ubica muy lejos del escalofriante nivel de 7.54 veces que alcanzó Urbi, según sus últimos datos financieros disponibles del 2012. Urbi aún batalla por convencer a sus acreedores de aceptar una reestructuración ordenada de sus abultados pasivos, una tarea en la que ya se encuentran embarcadas Homex y Geo. Las acciones de Geo y Urbi permanecen suspendidas desde hace casi un año en la bolsa local, mientras que las de Homex están paradas desde finales de febrero. Una razón de apalancamiento acorde con sus fundamentos fue una de las condiciones para que Ara lograra una mejor tasa de interés en un préstamo sindicado por 2,328 millones de pesos, que obtuvo en septiembre del año pasado, pese a la calamitosa coyuntura financiera del sector. El monto fue destinado al pago anticipado de deuda, informó la empresa. Hacia adelante, analistas creen que Ara cuenta con un as bajo la manga en su división de centros comerciales, que podría ser vendida o aprovechada para la conformación de un fideicomiso para inversión en bienes raíces (Fibra), un mercado boyante y prometedor en México. En su más reciente reporte de resultados, la empresa dijo que evalúa la desinversión en cuatro de ellos.

 

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