El presupuesto aprobado hace semanas por el Congreso de Argentina -que arrastra una crisis cambiaria que este año disparó la inflación- estimaba una contracción del 2.4% en 2018 y del 0.5% en 2019 para la tercera economía de América Latina . “Los números que estamos viendo nos hablan de una caída en el nivel de actividad que es inferior a la que proyectábamos cuando enviamos el proyecto de ley de presupuesto al Congreso (en septiembre)”, explicó Dujovne en una entrevista el miércoles. “Eso también nos cambia el arrastre estadístico negativo para el año próximo”, agregó, aunque prefirió no difundir nuevas cifras. La recesión que sufre el país está marcada por una devaluación del peso, que llegó casi al 52% este año, tasas de interés que alcanzaron un nivel récord y una inflación que podría superar el 40% a fin de diciembre, la tasa más alta desde 1991. Puedes leer:  Economía de Venezuela se contrajo casi 30% en tercer trimestre El presidente liberal Mauricio Macri enfrenta un amplio descontento social por la caída del poder adquisitivo de los argentinos, que han sufrido una fuerte suba de tarifas de servicios públicos que impulsó aún más la inflación y el aumento del desempleo. En busca de una salida a la crisis, Macri acudió en la primera mitad del año al Fondo Monetario Internacional (FMI) para obtener un financiamiento récord de 57,000 millones de dólares. A cambio, acordó eliminar a partir de 2019 el elevado déficit fiscal que arrastra Argentina. “Sin dudas, tendríamos una caída mucho más grande en el nivel de actividad o la inflación más alta si nos desviásemos de nuestros objetivos y no cumpliéramos con nuestro programa que nos lleva al equilibrio presupuestario primario el año que viene”, dijo el ministro. Macri necesita que la economía muestre signos de reactivación y que la escalada de precios se frene para tener chances de pelear por su reelección en octubre de 2019. Peso e inflación El banco central impuso en octubre pasado una estricta política monetaria para controlar el excedente de liquidez y generar una desaceleración de los precios al consumidor, que en octubre subieron 5.4% respecto del mes anterior. El Gobierno confía en que se reduzcan las expectativas inflacionarias para que el banco central pueda convalidar tasas de interés más bajas. Desde octubre, las tasas bajaron de un nivel superior al 73% a poco más de 61 por ciento. Según Dujovne, la caída del peso -que en noviembre perdió un 6.8% contra el dólar- no modificará la tendencia a la baja que muestra la inflación. “En los niveles en que está (el peso), creemos que no es un obstáculo para que siga desacelerándose la tasa de inflación en Argentina”, explicó Dujovne. Gracias a los desembolsos del FMI, Argentina cuenta con el financiamiento necesario para el año próximo, pero algunos analistas han sembrado dudas sobre lo que pueda suceder en 2020, cuando Macri o su sucesor recién iniciarían otro mandato. “El retorno a los mercados internacionales se va a producir cuando las condiciones de mercado sean convenientes para nosotros y para los inversores. Hoy las condiciones no están dadas y por suerte tenemos el financiamiento”, dijo el ministro.

 

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