En una cálida mañana de finales de invierno, en el Estadio Azteca, el gobierno mexicano se comprometió a apoyar la candidatura de México, junto a Canadá y Estados Unidos, como sede del Mundial 2026. Faltan ocho años para que llegue el futuro, pero parte de su historia se ha decidido este verano. Los 211 miembros del Congreso de la FIFA votaron este 13 de junio, y México, Estados Unidos y Canadá ganaron ser la sede. La candidatura de Norteamérica prometió lo que nadie ha cumplido: organizar un Mundial de bajo costo. Las ciudades aspirantes a albergar los partidos del Mundial de 2026 únicamente deben invertir, en promedio, entre 35 y 55 millones de dólares (mdd) para ser subsedes, de acuerdo con datos y documentos obtenidos por Forbes México. Nuestro país definió que la CDMX, Monterrey y Guadalajara hospedarían 10 partidos del que será el primer Mundial con participación de 48 equipos. Se necesitarían, al menos, 165 mdd para ser sede, en conjunto con Estados Unidos y Canadá, de la justa de futbol más importante del mundo; eso sin contar las inversiones en mejoras urbanas en las ciudades, carreteras y vialidades (de lo cual, de acuerdo con el comité de la candidatura, no hacía falta hacer mucho). Prometer la organización de un Mundial de bajo costo no es poca cosa, si se considera que, en la competencia que se desarrollará este verano en Rusia, se invierten 11,800 mdd. En Brasil 2014, fueron 15,000 mdd; y Marruecos, el país que disputó con Norteamérica la sede de 2026, anunció que pondría sobre la mesa 16,000 mdd. Entre 2002 y 2018, el gasto acumulado por organizar la Copa Mundial alcanzó 44,800 mdd. En cambio, la candidatura de Norteamérica, llamada United2026, prometió que invertirá entre 1,000 y 1,500 mdd, sólo en gastos de organización y operación. Los gobiernos de México, Canadá y Estados Unidos insistieron en que sus ciudades no necesitarían construir estadios, aeropuertos, hoteles o más servicios, pues ya cuentan con ellos o que, en su defecto, requerirían remodelaciones que no tienen que ver directamente con esta justa deportiva de 2026, sino que son parte de sus políticas públicas. Por ejemplo, Los Ángeles reconstruirá su aeropuerto con una inversión de 5,000 mdd y los trabajos estarán terminados en 2023; el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México concluirá su primera parte dentro de dos años. “[La candidatura norteamericana] ofrece estadios modernos ya existentes, con equipos de administración experimentados en cada una de nuestras ciudades anfitrionas propuestas, y alojamiento moderno y sistemas de transporte integrados”, señaló John Kristick, uno de los tres directores del United Bid Committee. ¿Por qué era importante un Mundial de bajo costo? De 2000 a la fecha, los megaeventos deportivos (Mundiales o Juegos Olímpicos) han sido causantes de problemas económicos por los altos costos de acogerlos. Por ejemplo, uno de los motivos de la crisis económica de Grecia fue la alta inversión pública para organizar la Olimpiada de 2004. En Brasil, la sociedad civil salió a las calles para protestar por los altos costos de organizar el Mundial de 2014 y los Olímpicos de Río de Janeiro de 2016. Los Juegos Olímpicos de Invierno en Sochi, por ejemplo, costaron 51,000 mdd, la cifra más alta jamás gastada por un país en un solo evento deportivo. Incluso, ciudades como Roma, Budapest y muchas más han decidido parar sus proyectos de albergar alguno de estos eventos por el temor de que, al final del día, terminen con problemas financieros. Según cifras de la alcaldía de Montreal, los gastos asociados a los Juegos Olímpicos de 1976 se terminaron de pagar… en 2006. “Estamos listos para recibir el Mundial. Nuestra gran fortaleza es que ya tenemos toda la infraestructura; no hay que construir estadios. Y así también están Estados Unidos y Canadá. Eso reduce considerablemente todos los costos”, respondió a Forbes México Yon de Luisa, director de la candidatura de México para la Copa Mundial 2026, cuando se realizó la presentación del respaldo del gobierno mexicano a dicha candidatura. A diferencia de los otros procesos para elegir una sede, para 2026 todos los miembros del Congreso de la FIFA (211 países) han tomado la decisión. Con anterioridad, era el Comité Ejecutivo el que daba el veredicto: no más de 30 personas. Ahora todas las naciones hacen público su voto para evitar suspicacias o actos de corrupción. No hay que olvidar que la Concacaf, el área geográfica de la candidatura United2026, ha sido desvelada como una de las zonas futbolísticas más corruptas, ya que 15 de sus ex dirigentes fueron acusados en el FIFAGate por actos de lavado de dinero, corrupción, sobornos y tráfico de influencias. “Nuestro legado no está en un proceso de diseño, porque las ciudades están listas para recibirlo. Con ello le damos a la FIFA un nivel de certeza de que todo estará bien, algo que nunca se había visto en la historia de los Mundiales, lo que nos ayudará a centrarnos en organizar el mejor evento”, dijo Kristick. El rival en la candidatura fue Marruecos, quien prometió siete nuevos estadios, en los que invertiría, según datos dados a conocer por la propia candidatura africana, 3,000 mdd, sin contar con el resto de los costos de organización y operación que, de acuerdo con el informe oficial, serían de 16,000 mdd. En una revisión, efectuada por esta publicación, sobre los presupuestos iniciales de las Copas del Mundo entre 2002 y 2018, éstos siempre se han incrementado entre 600 y 3,000 mdd. La promesa detener el campeonato mundial más austero de todos los tiempos no era poca cosa (y, ante todo, cumplirlo). México albergaría 10 partidos, al igual que Canadá, y Estados Unidos los otros 60. “¿Por qué se jugaría en México sólo una decena de partidos?”, se le cuestionó a De Luisa. “Porque hacer más representa un riesgo, no sólo para la Federación Mexicana de Futbol, sino también para la candidatura, para la FIFA y para el país. Nosotros tenemos tres sedes porque son las que cumplen los requerimientos: está la infraestructura necesaria en términos de estadios, aeropuertos, hospitales, carreteras. Nos comprometemos con los recursos que ya tenemos, no con los que podrían ocuparse para hospitales o escuelas en un futuro.”   Millones por todos los lados Si el dinero lo es todo para la FIFA, la candidatura United2026 era la mejor opción. “Garantizamos viabilidad financiera, ganancias económicas para las ciudades y los tres países organizadores, además de los beneficios financieros para la FIFA”, comentó De Luisa, director de la candidatura para nuestro país. The Boston Consulting Group (BCG) elaboró un informe del impacto económico de la Copa Mundial 2026 en Norteamérica y calculó que los costos de organización serían de entre 1,000 y 2,000 mdd, pero la derrama económica llegaría a 5,000 mdd. Cliff Grevler, socio principal del BCG, aseguró, en el informe, que “un Mundial en Norteamérica generará una importante actividad económica a corto plazo y muchos otros beneficios en Canadá, México y Estados Unidos”. Un beneficio sería la creación de, al menos, 40,000 puestos de trabajo, que generarían, en pago de salarios o ganancias para los trabajadores, unos 1,000 mdd. Los beneficios financieros para la FIFA provendrían de la venta de boletos y derechos de televisión. El documento también detalla que las ciudades podrían tener beneficios superiores a los 480 mdd. Bajo esa proyección, la inversión a cargo de la CDMX, Monterrey y Guadalajara alcanzaría los 1,000 millones de pesos (mdp), pero a cambio la derrama obtenida sería de 9,000 mdp. La encuestadora Ipsos consultó a 1,000 residentes en Estados Unidos, México y Canadá, para saber si querían la sede del Mundial 2026. En México, la aceptación fue de 83%, la más alta de los tres países. En términos de taquilla, considerando el precio promedio de los boletos en un Mundial y las sedes propuestas, la asistencia de aficionados en los estadios mexicanos, estadounidenses y canadienses sería de 5.8 millones de personas, y eso se traducirá en al menos 2,100 mdd, de acuerdo con datos proporcionados por el Comité de la Candidatura. “Uno de los hallazgos principales es el fuerte respaldo a la idea de que América del Norte sea la sede”, dijo el portavoz de Ipsos, Chris Jackson, en conferencia telefónica. La FIFA suele dejarse seducir ante los estadios llenos. El respaldo de los aficionados es importante porque también los Fan Fest (recintos, donde los aficionados se reúnen para vivir el evento en pantallas gigantes y hay venta de cerveza, souvenirs, tiendas oficiales) forman parte del esquema de ingresos de la FIFA y de los comités organizadores. United2026 pensó en sitios como Parque Fundidora (Monterrey), con capacidad para más de 100,000 personas, según cifras de la organización, o el Boston Common para más de 200,000. “Confiamos en que la combinación de nuestros 23 estadios de clase mundial ya construidos, 150 instalaciones de entrenamiento de élite existentes y nuestra red de transporte moderna e interconectada puedan ayudar a la FIFA a alcanzar nuevos récords de asistencia e ingresos”, declaró Kristick. Otro detalle financiero para convencer a la FIFA (y agremiados) fue que, en caso de triunfar la candidatura norteamericana, recibirían 300 mdd extra por derechos de televisión en Estados Unidos, según datos publicados por SportBusiness. Todos los países reciben, cada año, recursos de la FIFA, y mucho depende de los ingresos comerciales y de televisión que se firmen cada cuatro años. Así que, si de plata se trata, esta candidatura llegó al día de la elección con buenas credenciales para ganarle a Marruecos. Según cifras de las consultoras SportBusiness y Deloitte, el mercado de América del Norte contribuye con 25% del total de patrocinios deportivos en el mundo y, cada año, en México, Estados Unidos y Canadá se gasta en publicidad en programas deportivos (de radio, televisión, internet y prensa) más de 40,000 mdd. Las cuentas, de acuerdo con los especialistas, estaban más o menos así al cierre de esta edición: América (Concacaf y la Confederación Sudamericana de Futbol) daría su voto (71) a la candidatura United2026, y con Marruecos iría toda África (53); al menos 12 países de Medio Oriente expresaron su apoyo a los marroquíes, lo que arroja un total de 65 votos. Quien lograra convencer a 106 países ganaría la sede. Europa, gran parte de Asia y Oceanía habrían dado, entonces, los votos definitivos en la elección del 13 de junio.   El pero llamado Trump ¿Cuál se veía como el mayor escollo en la candidatura de Norteamérica para organizar el Mundial? El más público es Donald Trump, presidente de Estados Unidos. Su política contra los migrantes, la salida del Acuerdo de París y sus relaciones internacionales ponen en duda el mensaje de paz y de unión que busca la FIFA (además del dinero que pueda ganar por el torneo… pero eso ya lo tiene garantizado). “No se trata sólo de estadios, hoteles y todo eso; se trata de la percepción de Estados Unidos en un momento difícil para nuestro mundo. Hay cosas que puedes controlar, pero no puedes controlar lo que está sucediendo en Corea del Norte, lo que está sucediendo con la embajada de Estados Unidos en Israel, lo que está sucediendo con la lucha contra el calentamiento global. Necesitamos avanzar para convencer a 106 personas de que voten por nosotros al final del proceso”, reflexionó Sunil Gulati, ex presidente de la Federación Estadounidense de Futbol, sobre las conductas, actitudes y posibles efectos negativos para la candidatura. Mientras las federaciones de futbol de Canadá, México y Estados Unidos daban discursos de unión, hermandad, fusión de talento y de desarrollo económico conjunto si obtenían la sede del torneo, en la arena política la situación no era tan cordial ni tan positiva. El relato paralelo comenzó la noche del 15 de noviembre de 2016, cuando la cadena de noticias CNN reveló documentos del equipo de transición de Donald Trump que detallaban lo que dejó de ser promesa de campaña para convertirse en realidad: “Renegociar el Tratado de Libre Comercio”. El plan de Trump de romper o renegociar un tratado que entró en vigor hace 23 años puso las cosas al límite. Para Carlos Cordeiro, presidente de la US Soccer, “esto no es geopolítica: se trata de futbol… No hemos tenido reacciones negativas por nuestra candidatura. Estamos centrados en ello y en lo que tenemos que ofrecer. Creemos que la comunidad de la FIFA tomará su decisión basada en los méritos de nuestra oferta”. La paradoja es que, a la vez que el TLCAN está a debate, los tres gobiernos que lo integran firmaron los requerimientos de la FIFA para albergar uno de los eventos deportivos más importantes del mundo. Nunca fue desdeñada la idea de que este año el TLCAN podría dejar de existir y que otro acuerdo trinacional naciera para organizar el Mundial. “Hacer la mejor Copa del Mundo de la historia”, prometió De Luisa, director de la candidatura de México, quien recorrió el mundo cabildeando para ganar la sede. Cuando usted lea este artículo, ya sabrá si ese esfuerzo tuvo éxito o quedó en buen intento.

 

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