La industria satelital, la televisión, la radio, el internet y la nube son sectores que comienzan a detonar cada vez más en Centroamérica, aunque siguen existiendo retos. De acuerdo con la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), organismo especializado de las Naciones Unidas para las Tecnologías de la Información y la Comunicación, en el futuro se espera que los modelos de negocio de la llamada convergen­cia digital no sean del todo estables. Además, la región centroamericana no tiene satélites propios y por el momento tiene que comprar el servicio a los proveedores que operan en esa parte del continente americano. La televisión vía satélite lidera el mercado y representa más del 60% de la oferta en Latinoamérica, mientras que la televisión por cable cubre el restante 40%. En general, la TV de paga registró un crecimiento de más de 50% en los últimos cinco años.   Ésta es la evolución de  telecomunicaciones en Centroamérica.   Oferta e innovación para bajar costos satelitales Los costos de los servicios sate­litales, en comparación con los terrestres, siguen siendo altos: cerca de 35% en promedio, principalmente en señales de internet, en que la fibra óptica domina el mercado. Adicionalmente, la latencia de datos o velocidad a la que éstos viajan por satélite aún es baja, señalaron a Forbes Centroamérica expertos de la industria satelital. Ésta es una realidad que impera no sólo en nuestra región, sino en casi todos los continentes; sin embargo, aquí se hace más evidente, ya que se tienen poblaciones alejadas o de muy difícil acceso, recono­ció Alan Gabriel Alquisalet, de la Agencia Boliviana Espacial, quien sugirió que para bajar los costos se tendrían que desplegar terminales terrestres a una mayor escala. El mercado, sin embargo, está cre­ciendo en Latinoamérica, sobre todo en cuanto a conectividad de internet. Y ahí los expertos han identificado el potencial de la industria. Cármen González–Sanfeliu, vicepresidenta regional de Ventas para América Latina y el Caribe de Intelsat, recomienda que haya mayor coordinación entre los sectores público y privado para aprovechar mejor las tecnologías satelitales. Intelsat, que desde hace 40 años tiene licencia del gobierno de Estados Unidos para proveer servicios satelitales a Cuba, ve en la innovación la clave para bajar los cos­tos; por ejemplo, en megabytes en la banda denominada Ku, sólo así será un negocio atractivo para jugadores privados, mientras que el sector gobierno deberá continuar subsidiando el servicio. Ignacio Sanchis, director de Negocios de Hispasat, dijo que antes el satélite era la estrella en la parte del video y no en el seg­mento de los datos, pero reconoció que “la demanda en América Latina y Caribe existe y es sólida” y coincidió en que ahora se tendrán que bajar los costos de operación satelital también para los datos. Los expertos señalaron que en medio del difícil ambiente macroeconó­mico global, la industria satelital tiene oportunidad en la región; se puede alcanzar la competitividad aprovechan­do ventajas como la rapidez en la ins­talación y la conveniencia de no tener problemas con el tema geográfico. Se requerirá algún tiempo hasta que el beneficio efectivo se vea. Fabricantes de equipo, operadores, empresas proveedoras y el cliente final tendrán que esperar entre cinco y 10 años hasta que se adopten en la región tecnologías como las Ka o la HTS o de alto rendimiento, para ver los beneficios y los retornos esperados.   La TV de paga se proyecta Durante la edición 2016 del Congreso Latinoameri­cano Satelital de Comunicaciones y Radiodifusión latsat se dijo que para 2021 el valor del mercado de la televisión de paga será de casi 20,000 mdd. En el panel denominado Oportunidad para los servicios de TV y video en América Latina explicaron que los mercados más grandes con proyección a ese año seguirán siendo Brasil, México y Argentina, que en conjunto aportarán más del 50% del valor de mercado referido. La televisión vía satélite lidera el mercado y representa más del 60% de la oferta en Latinoamérica, mientras que la televisión por cable cubre el restante 40%. En general, la TV de paga registró un crecimiento de más de 50% en los últimos cinco años. El número de hogares que cuenta con este tipo de servicios en Latam rebasa los 70 millones, sin embargo, se prevé que nuevas plataformas de video en línea impacten estos números; los países con más penetración del mercado de la TV de paga son Argentina, Honduras, Panamá, Brasil, República Dominicana, El Salvador, Guatemala y Perú. También puedes leer: El pueblo que creó su propia empresa de telecomunicaciones El mercado pertenece a cinco empresas El mercado de Latinoamérica representa una gran área de oportunidad para las empresas globales satelitales. De acuerdo con información originada en la cumbre más reciente de esa industria orga­nizada por Euroconsult, son 12 los principales jugadores que operan en la región. Sin embargo, Eutelsat, Intelsat, Hispasat, SES y Star One dominan más de 70% del mercado. Sólo el negocio en Latam de Hispasat, por ejemplo, representa dos terce­ras partes del total de la empresa. Los servicios ofrecidos por las cinco compañías destacan por su cobertura, así como por la oferta tecnológica que dan a los países que ocupan sus satélites. Los equipos de estas compañías ofrecen servicios de telecomunicaciones, observación de la Tierra y navegación. Combinan los beneficios de las bandas C y KU para la distribución de video y de la tecnología THS y banda KA, que ofrecen un alto rendimiento para banda ancha. Desde 1970 se definieron las bandas planificadas para los servicios fijos y de radiodifusión por satélite. La huella de los satélites de estas empresas cubre todos los países de Latinoamérica, la flota que orbita la región es de 80 aparatos, de los cuales 29 son nuevos. Se estima que para el próximo año América Latina contará con casi 100 satélites, 25 de ellos nuevos. Para los proyectos relacionados con el lanzamiento y la puesta en órbita de satélites propios, los países tienen la garantía de acceder a un recurso órbita/espectro para implementarlos.   Centroamérica, sin satélites propios La región centroamericana no tiene satélites propios y por el momento tiene que comprar el servicio a los proveedores que operan en esa parte del continente americano. En entrevis­ta con Forbes Centroamérica, Sagrario Fonseca, directora de Gestión del Espectro Radioeléctrico de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones de Honduras, comen­ta que ésa es la realidad del istmo. Pero el tema no sólo es tecnológico o de presupuestos, sino de legislaciones. Cuando ya exista la infraestructura y los países de la región tengan sus propios satélites de comu­nicación, se tendrán que hacer reformas a las leyes existentes en la materia o de plano crear nuevas. En Honduras, por ejemplo, en el año 2013 se hizo una reforma a la ley marco y se le instruyó a la Comisión Nacional de Te­lecomunicaciones (Conatel) a liderar todos los procesos en esa materia, “algo similar tendrían que hacer los países vecinos”, considera Sagrario Fonseca. Por lo pronto, existen dos proyectos concretos en países de Centroamérica para que tengan sus propios satélites, uno en Costa Rica y el otro en Nicaragua, este último podría estar listo a finales de 2016. La Corporación Internacional Gran Mu­ralla China será la encargada de construir el satélite nicaragüense y se estima que cueste unos 9 millones de dólares (mdd), aproximadamente; de acuerdo con el Insti­tuto Nicaragüense de Telecomunicaciones y Correos, estará destinado a servicios de telefonía celular, televisión y datos. El otro proyecto es el de la Asociación Centroamericana de Aeronáutica y del Espacio, asentada en Costa Rica, que construye un satélite meteorológico que tendrá un costo aproximado de 0.5 mdd y se espera sea lanzado en 2017 bajo el nombre de Proyecto Irazú. Carmen González–Sanfeliu, vicepresidenta regio­nal de ventas para américa latina y el caribe de intelsat, insistió en que es necesario incrementar la coordina­ción entre los sectores público y privado para que los costos de los servicios satelitales alcancen un sano equilibrio. Una de las soluciones que proponen los expertos para bajar costos y desarrollar la industria de las telecomunicaciones, prin­cipalmente satelitales, es la creación de un fondo alimentado por todos los operadores de servicios de telecomunicaciones con el 1% de sus ganancias brutas. Honduras ya ha adoptado esta figura, según dijo a Forbes Centroamérica Sagrario Fonseca, directora de Gestión del Espectro Radioeléctrico del gobierno de ese país, “los recursos obtenidos se van a un fideicomiso manejado por Conatel, un banco y un comité técnico”. Se calcula que si los países que aún no tienen satélites propios los tuvieran, el ahorro por dejar de rentar (hacer) sería de hasta 8 mdd mensuales tanto para operadores como para los propios gobiernos. De acuerdo con Javier Mendieta, director general de la Agencia Espacial Mexicana (AEM), el valor del mercado satelital global “es del orden de 400,000 millones de dólares, lo cual lo convierte en un mercado muy atractivo”. La región, dijo Mendieta, tiene que transitar de ser únicamente compradora y operadora a realmente desarrolladora a través de alianzas estratégicas. A pesar de que varios países latinomericanos cuentan ya con satélites propios, Argentina es la única nación que tiene un satélite con manufactura 100% local. También puedes leer: Aún no hay competencia efectiva en telecomunicaciones: AT&T   Todo acabará (tarde o temprano) en la nube De acuerdo con la unión internacional de telecomunicaciones (UIT), organismo especializado de las Naciones Unidas para las Tecnologías de la Información y la Comunicación, en el futuro se espera que los modelos de negocio de la llamada convergen­cia digital no sean del todo estables. En el documento, Costeo Estratégico y Planificación del Negocio para la Convergencia, derivado del taller del mismo nombre organizado por la UIT en Managua, Nicaragua a fina­les del año pasado, se especifica que los riesgos de algunas inversiones innovadoras serán más altos que el promedio de la industria. En la visión del UIT, se espera que las tecnologías sigan con su evolución vertigi­nosa, que cambien y provean sustento para nuevos servicios, lo cual traería como consecuencia una transformación en los modelos organizacionales de los operadores, así como sus acuerdos con otras empresas además de la aparición de nuevas formas de aplicaciones y contenidos, incluyendo multipantallas. LA UIT sugiere que “la publicidad pueda empezar a financiar los servicios, como sucede ahora con los contenidos patrocinados”, y prevé que será difícil identificar los mercados y los operadores dominantes. “En el futuro se espera que la paquetización de servicios con contenidos y aplicaciones sea habitual, sin conformar una conducta anticompetitiva que las redes de acceso a internet sean plataformas entre grupos de usuarios (mercados multilaterales) y que el costo del acceso sea subsidiado por los proveedores de contenidos y aplicaciones, como ya está sucediendo”. Por último, el documento de la UIT predice que todos los servicios migrarán a la nube, incluyendo los mismos dispo­sitivos de control, “la inteligencia de los servicios prestados por las redes, los con­tenidos y las aplicaciones se ubicarán en la nube, haciendo difícil, más no imposible, identificar el país donde se encuentran”.

 

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