Los Huracanes Ingrid y Manuel dejaron al menos 100 personas fallecidas, ríos desbordados, afectaciones a casas habitación, propiedad privada y zonas turísticas; los daños en Guerrero se estiman en 5,000 millones de pesos.    Reuters   Rescatistas buscaban en México a decenas de personas desaparecidas entre toneladas de lodo y casas destruidas, luego de los deslaves causados por las tormentas más destructivas que han golpeado al país en décadas. Al menos 100 personas murieron por la combinación de las tormentas Manuel e Ingrid, cuyas torrenciales lluvias generaron devastadoras inundaciones, provocaron derrumbes de cerros en varios estados el fin de semana y colapsaron carreteras. Manuel volvió a fortalecerse a mitad de la semana y golpeó el jueves al norteño Sinaloa, donde dejó tres muertos y comunidades aisladas por las inundaciones. En La Pintada, una remota comunidad del municipio de Atoyac de Alvarez, unos 100 kilómetros al noroeste del centro turístico de Acapulco, rescatistas, soldados y policías federales trasladaban a los sobrevivientes debido a que la zona aún representaba un peligro porque persistían las lluvias. Unas 300 personas fueron evacuadas a lugares más seguros pero 68 estaban desaparecidas, según la secretaria de Gobernación. Las autoridades buscaban también un helicóptero Black Hawk con dos tripulantes y ocho personas rescatadas que perdió contacto el jueves, dijo Manuel Mondragón, jefe de la Policía Federal. Las tormentas afectaron al menos a otros 10 estados de México, donde poblaciones pobres perdieron sus viviendas y los residentes aguardaban por ayuda. En Acapulco, el principal destino de vacaciones para los habitantes de la Ciudad de México, fueron evacuados cerca de 20,000 turistas que estaban varados desde el fin de semana debido a la devastación en que quedó el lugar. Una cantidad similar aún esperaba por un lugar en aviones comerciales o militares que operaban precariamente debido a que la terminal quedó inutilizada por las inundaciones, mientras otros hacían largas filas con sus coches el viernes esperando por la reapertura de la carretera, prometida para mediodía. El presidente Enrique Peña Nieto dijo se trata de los peores daños por tormentas en la historia de México. El mandatario canceló un viaje previsto a Nueva York para asistir a la asamblea de las Naciones Unidas, a fin de supervisar los trabajos de asistencia a los damnificados y la reparación de los daños. El desastre cayó como un balde de agua fría sobre la debilitada economía mexicana. Los daños, estimados solamente para Acapulco en 5,000 millones de pesos (391 millones de dólares) superarían largamente los recursos de un fondo nacional de desastres del que México dispone cada año.  

 

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