Por Horacio Vergara* En la industria de Recursos Naturales la Automatización Industrial genera procesos más rápidos, mejora la eficiencia y productividad. El momento para liberar el potencial es ahora. La producción automatizada es una solución integral de punta a punta: transparente, generadora de confianza y eficiente. Ésa es la promesa de la Automatización Industrial, un componente medular del Internet Industrial de las Cosas (IIoT, por sus siglas en inglés), que constituye parte de un ecosistema digital vasto y autosustentable que podría contribuir más de 10 trillones de dólares a la economía global para 2030. Aunque la mayoría de las empresas a nivel global desean aprovechar al máximo las ventajas del IIoT, la mayoría aún no decide apalancarlas del todo. Una investigación reciente de Accenture, en la que se encuestó a más de 1,400 líderes de empresas globales, encontró que 84% confiaba en que se pueden generar nuevas fuentes de ingresos a partir de esta revolución industrial. Sin embargo, 73% aún no tenía planes concretos para lograrlo y sólo 7% había desarrollado ya una estrategia detallada y una inversión proporcional para respaldarla. En la industria de Recursos Naturales muchas empresas llevan a cabo grandes cantidades de procesos industriales continuos, como el caso de la industria química, minera o petroquímica. Es en este contexto donde la Automatización Industrial puede ayudar a desbloquear oportunamente un enorme valor. Incluso muchas empresas pueden haber realizado ya el primer paso de invertir en sensores y dispositivos integrados a la maquinaria industrial. Sin embargo, el verdadero reto no radica nada más en una inversión inicial, sino en desarrollar una estrategia que permita analizar los datos y convertirlos en información para hacer automáticamente ajustes en tiempo real, interactuar con el proceso y optimizar la calidad del producto, reducir averías y generar eficiencias que implican disminución sustancial de costos gracias a esta visibilidad de 360°. Estamos hablando de fábricas y plantas digitales que pueden apalancar capacidades sofisticadas de comunicación y control para darle a las máquinas poder autónomo de decisión en tiempo real. Investigaciones sugieren que al identificar cuáles son los habilitadores de eficiencia óptima, el mantenimiento predictivo de equipos puede ahorrar hasta un 12% en costos de reparación calendarizada, reducir los costos totales de mantenimiento en un 30% y resultar en 70% menos averías. Esto es posible gracias a sensores de equipos en red, mecanismos para rastreo de materiales, robótica, dispositivos móviles y vestibles o wearables, que pueden ayudar a reducir sustancialmente costos y aumentar la productividad. Los sensores, por ejemplo, permiten identificar y predecir problemas de mantenimiento, con lo que ayudan a reducir el tiempo improductivo no previsto en maquinaria. Más allá de tener datos de un proceso en tiempo real, se trata de convertir los datos en ajustes automáticos de parámetros para asegurar una salida constante y calidad óptima de producto sin necesitar forzosamente intervención humana. Para facilitar este recorrido digital, sin embargo, sí se requieren nuevas capacidades: desde científicos de datos, hasta coordinación con máquinas y mantenimiento. Es por eso que desbloquear plenamente el potencial de la Automatización Industrial puede representar un reto importante para muchas empresas. No sólo se requieren nuevas herramientas, sino también nuevas aptitudes, nuevas formas de compartir y gestionar la información, y también una nueva forma de pensar, incluyendo la complejidad añadida para aquellas organizaciones que no son “nativas digitales” o las que no están organizadas operativamente para tener un ecosistema en red. Sin embargo, los dispositivos que generan torrentes de datos para la Automatización Industrial están cada vez más conectados con la gestión de procesos, ejecución, logística y sistemas ERP, lo que permite tener una visibilidad sin precedentes de distintos procesos de producción en plantas y fábricas. En este contexto no son sólo las herramientas de trabajo, sino también una fuerza de trabajo inteligente la que funciona como habilitador clave para desarrollar un análisis más profundo, tanto para procesos de manufactura y producción como para la cadena de suministros. También existe la posibilidad de que empresas trabajen a partir de alianzas o partnerships para generar pruebas de concepto y casos de negocio compartido, con lo que se podrían obtener todos estos beneficios en un ecosistema de mejora continua. Las herramientas inteligentes requieren de una fuerza de trabajo inteligente y viceversa. Mientras los seres humanos y las máquinas continúan haciendo cada vez más juntos, las nuevas tecnologías pueden entregar aptitudes necesarias para aprovechar al máximo la Automatización Industrial, ayudando a impulsar habilidades y capacidades de colaboración de los elementos humanos en una fuerza de trabajo más responsiva y lista para el cambio. Al final, aunque una inversión inicial ayuda, el dinero no garantiza el cambio de mentalidad que requieren las empresas para alcanzar o mantener el liderazgo en la era de la información. No sólo se trata de invertir en la maquinaria y hardware necesario para procesos de Automatización Industrial, sino tomar el reto de sacarle el mayor provecho posible a esa inversión tecnológica al maximizar la implementación a través de un análisis inteligente. *Horacio Vergara es Socio Director de la Industria de Recursos Naturales en Accenture México.   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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