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De acuerdo con el Inventario de Emisiones de la Ciudad de México más reciente que data de 2016, productos de uso doméstico, comercial e industrial como las pinturas, tintas, de limpieza, higiene personal y cosméticos contienen compuestos que potencian el ozono en la atmósfera, el contaminante que cada primavera genera contingencias ambientales en el Valle de México.

Por esta razón, la Secretaría de Economía, la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, así como algunos gobiernos estatales, entre ellos el de la Ciudad de México, ya trabajan en dos normas oficiales mexicanas para fijar límites máximos permisibles de contenido de compuestos orgánicos volátiles (COV) en pinturas y en productos de limpieza de uso doméstico y cosméticos.

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El director general de Calidad del Aire de la Sedema, Sergio Zirath Hernández, informó este jueves en conferencia de prensa que la Ciudad de México participa “en la elaboración de una Norma Oficial Mexicana (NOM) que tiene como objetivo establecer cuál es el contenido máximo de COV que pueden contener los productos de uso personal, doméstico y que en el uso del día a día, por cada uno de los 21 millones de habitantes que aquí radicamos, estamos generando una contaminación importante”.

“Felizmente les puedo indicar que prácticamente el proyecto de norma ya se ha firmado por el sector industrial, por el sector gubernamental y estamos a la espera de que se concluya con los procesos administrativos correspondientes para que esta norma pueda entrar en vigor y podamos tener productos mucho menos contaminantes, que son productos de uso diario en el sector doméstico”, apuntó Hernández Villaseñor.

A pregunta expresa de Forbes México, el funcionario capitalino comentó que se estima que para finales de este año podría concluir la elaboración de la NOM.

“Se está trabajando en dos normas, una de ellas prácticamente está firmada por el grupo de trabajo, la otra está en proceso de ello, y a partir de la firma lo que nos establece la regulación nacional es que se tiene que publicar para comentarios de los grupos de interés y ciudadanía en general, este proceso es por 60 días”.

“Posteriormente también existe un periodo en el cual el área encargada del trabajo de la norma, en este caso el gobierno federal, tendrá que dar atención a los comentarios y posterior, y si no existe ninguna modificación relevante, se publica ya como una Norma Oficial Mexicana y se establece un periodo para su entrada en vigor (…) Yo calculo que la norma que ya está firmada para finales de año pudiera estar publicada y en proceso de operación”.  

El objetivo, dijo, es “reducir notablemente en más del 60% el contenido de COV” en pinturas y tintas: “hay algunas que ya desde ahora las podemos comprar con bajo contenido de COV, las etiquetas lo indican, y generalmente son las pinturas de importación. Justo lo que se está haciendo es tomar como referencia regulaciones internacionales para que estos productos que son muy necesarios, sean lo menos contaminantes posible”.

¿Por qué los COV?

Cuando se habla de contaminación del aire se suele pensar en el humo negro que emiten los vehículos, camiones y tráileres que circulan en el Valle de México. Aunque contribuyen con el 70% del óxidos de nitrógeno (NOx), que son precursores de ozono –el contaminante por el cual la ciudad entra en contingencia ambiental cada primavera–, no son los únicos que amplifican la presencia del ozono en la atmósfera.

De hecho, desde los dos millones 756 mil 319 viviendas contabilizadas en la Ciudad de México se contribuye con emisiones contaminantes, con acciones que parecen insignificantes: uso de desodorantes en aerosol o fijadores para el cabello, pinturas, insecticidas, plaguicidas. Estos productos suelen contener COV que junto con los NOx y la radiación solar, potencia la presencia de ozono en la atmósfera.

El Inventario de Emisiones de la Ciudad de México indica que “la principal emisión de los COV está asociada a las actividades de la población, así como de uso de solventes en comercios e industrias. En 2016 se estimaron 164 mil toneladas de COV, de las cuales, el 69% se emite por las fuentes de área”, es decir, zonas puntuales y no móviles, como pueden ser los vehículos particulares.

El estudio precisa también que los COV contienen contaminantes tóxicos como el tolueno y los isómeros de xilenos, “ambos son insumos para la fabricación de pinturas y diluyentes, así mismo, son utilizados en el pintado automotriz, doméstico, comercial e industrial”.

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“La principal emisión es ocasionada por las fugas de gas L.P. en el sector habitacional, pues según el estudio realizado por la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) en este sector, se determinó que cuatro de cada 10 casas presentan fugas. De manera general, el uso comercial y doméstico de solventes genera más del 37% de estos compuestos, además se tienen altas emisiones por su uso en las actividades de artes gráficas y la limpieza de superficies industriales”, añade el documento.

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