Por: Mariana Cendejas

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía publicó la nueva edición de la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG) 2021, la cual, recopila información sobre percepción y experiencias en trámites y servicios públicos de los diferentes niveles de gobierno, los cuales es esperan, contribuyan a la toma de decisiones de política pública.

Antes de adentrarnos en el análisis de los resultados, es importante distinguir entre percepción y experiencia de corrupción: la percepción se refiere a la sensación que tenemos de que un gobierno es corrupto, mientras que la experiencia se refiere a si nosotros participamos directamente en la corrupción. 

En este sentido la ENCIG presenta resultados sobre la “Percepción sobre la frecuencia de corrupción” la cual se enfoca en conocer qué tanto las personas consideran que los actos de corrupción son frecuentes o muy frecuentes; así como sobre la “Tasa de Prevalencia de corrupción” que refiere al número de víctimas de actos de corrupción; y finalmente, la “Tasa de Incidencia de corrupción”, que mide el número de actos de corrupción.

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A nivel nacional, observamos en la pasada edición que, mientras la percepción de la corrupción mejoró un 4.5%, entre 2017 y 2019, la prevalencia y la incidencia empeoraron. Es decir que, un menor porcentaje de la población consideró, sintió, pensó, que los actos de corrupción eran frecuentes, en tanto que, las víctimas (prevalencia) y los actos (incidencia) de corrupción aumentaron, en el primer caso un 7.5% y en el segundo un 19.2%. 

En esta edición, la percepción sobre la frecuencia de actos de corrupción, a nivel nacional, no presenta cambios significativos, pues es tan solo de un .08% a la baja. En la medición de 2019 un 87% de personas consideró que los actos de corrupción son frecuentes o muy frecuentes en su entidad federativa, en tanto que en la de 2021, fue de 86.3%.  En el promedio nacional, la prevalencia y la incidencia también presentaron resultados a la baja, la tasa de víctimas se redujo en un 6.6% y, la de actos de corrupción en un 14.6%. 

En estos tres indicadores, percepción, prevalencia e incidencia, la mayoría de las entidades federativas se mantuvo sin cambios: 23, 20 y 28 respectivamente. Sin embargo, hay algunas que si presentan cambios significativos 

En el caso de percepción de corrupción destacamos el caso de Jalisco con un aumento del 6.7% y, en contraste, el de Querétaro, con una disminución del 10.4%. Otras entidades que presentaron resultados a la baja por más de cuatro puntos porcentuales son: Aguascalientes, Campeche, Chihuahua, Tabasco y Veracruz.

Sobre la tasa de prevalencia de corrupción, la entidad que presentó un mayor cambió a la baja fue Nayarit con un 38.7%, seguida de Baja California Sur con un 31.9%, en tanto que la tasa aumentó un 87.1% en Tabasco, pasando de 8640 a 16165 víctimas de actos de corrupción por cada 100 mil habitantes, casi el doble con relación a la medición de 2019. 

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En incidencia de corrupción las entidades que más disminuyeron la tasa son Jalisco y Ciudad de México, con un 52.2% y un 46.1%, respectivamente. Con resultados al alza destacan Baja California con un 50.1% y Puebla con un 40.9%. 

La ENCIG también presenta resultados sobre la confianza de la ciudadanía en las instituciones en donde los partidos políticos y las policías siguen siendo las menos valoradas, en tanto que en lo que se refiere a nivel de gobierno, el federal tiene mayor confianza ciudadana que los gobiernos estatales o municipales. 

En términos generales, podemos concluir que, a nivel nacional, son buenas noticias, pues menos personas consideran que los actos de corrupción son frecuentes, al tiempo que, en promedio, fueron menos las víctimas y actos de corrupción reportados. Sin embargo, a nivel entidad federativa, existen casos con variaciones significativas preocupantes y que deben llamar a la acción a los sistemas estatales anticorrupción como son el caso de Tabasco, cuya tasa de víctimas de actos de corrupción aumentó en un 87.1% y el de Baja California con un 71.1%. 

Tampoco debemos perder de vista que en muchas entidades federativas 9 de cada 10 personas perciben que los actos de corrupción son frecuentes, como son: Baja California, Colima, Chiapas, Ciudad de México, Guerrero, Jalisco, Estado de México, Michoacán, Morelos, Oaxaca, Quintana Roo y Zacatecas.

De todas y todos depende que, en la próxima medición, se mejoren estos resultados, pues  el combate a la corrupción es una responsabilidad compartida entre gobierno y sociedad. 

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Contacto:

Mariana Cendejas, Iniciativa de Transparencia y Anticorrupción Tecnológico de Monterrey 

@itac_tec

@MarianaCendejas

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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