Luego de contribuir a la construcción del tratado de paz para finalizar la guerra civil en Costa de Marfil, en 2007, para el embajador de la paz René Mey y su esposa, la escritora Juliette Laure, fue imperativo venir a México para construir, a través de su plan de ayuda, diversas alternativas de solución a las necesidades de los mexicanos.
Así nació la Fundación Mexicana René Mey, que con el establecimiento de centros humanitarios y clínicas de la salud ofrecen diversas terapias en orfanatos, casas para ancianos y cárceles, donde también ofrecen alimentos y otros artículos para que puedan alcanzar paz física y mental.
En los centros humanitarios de la fundación, las personas realizan actividades de valores en sus comunidades, plantan árboles, limpian playas y áreas verdes, meditan, hacen ejercicios y más acciones para experimentar la consigna de su fundador René Mey: “No hay amor sin hechos”.
La Fundación Mexicana René Mey A.C. es una organización sin fines de lucro y sin ninguna afiliación política o religiosa, que tiene el objetivo de brindar herramientas para que las personas “aprendan a ayudar y amar a los demás”.
En el país, la asociación tiene impacto en más de 400 puntos alrededor del país, donde colabora con hospitales gubernamentales, escuelas y otras asociaciones civiles. René Mey, quien es de origen francés pero naturalizado mexicano y que también es conferencista y filántropo, lleva ayuda a 58 países terapéutica para atender a las personas.
Grupos de terapeutas y voluntarios de la Fundación Mexicana René Mey ofrecen gratuitamente atención como diversas técnicas terapéuticas, meditaciones y ejercicios que llaman “Medicina Emocional”.
Es con esta terapia, que René Mey busca dar atención a la otra parte de los padecimientos de las personas, que es la emocional, y que rehabilitándola pueda ayudar a sobrellevar, de mejor manera, las enfermedades físicas.
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Instituciones como el Centro Médico Nacional Siglo XXI del IMSS o el Hospital de Infectología a Mujeres con VIH en México, el Instituto para Personas Ciegas, en Bulgaria, la Asociación Síndrome de Down, en el Salvador, o el Museo Antropológico de Venezuela entre otros cientos de lugares, han abierto sus puertas a la “Medicina Emocional” que desde hace 15 años sigue sumando países e instituciones que agregan esta forma de ayuda a sus visitantes, personal o pacientes.
Las “Clínicas René Mey” reúnen médicos certificados y auxiliares de enfermería con los terapeutas (voluntarios) para dar atención gratuita a las personas.
En Oaxaca, uno de los estados más pobres del país, el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (SDIF) decidió integrar y sostener la Clínica René Mey Oaxaca, en la cual se atendieron 2,766 personas del 11 de febrero de 2019 al 31 de marzo del 2020, antes de la contingencia ocasionada por el Covid-19.
“El amor está en el corazón del hombre, míralo en el otro y brillará en ti”, afirma Mey.
Desde la visión del filántropo, las personas no puden pensar o hablar de amor sin el otro y sin acciones o hechos concretos, es por ese motivo que en la Fundación Mexicana René Meym, los miembros son personas con un alto sentimiento de labor humanitaria y terapéutica.
A través de las “buenas acciones”, muestran lo que para ellos es una vida cotidiana consciente y cada 29 de septiembre lo celebran con el “Día de la Buena Acción” en el Bosque de Chapultepec, México donde se reunen alrededor de 30 mil personas a meditar y buscar la paz en sus vidas.
Actualmente la Fundación Mexicana René Mey da conferencias de Mensajes de Paz cada semana, tiene 2 millones de voluntarios formados, 438 instructores, 38 mil voluntarios activos, 2 millones de terapias gratuitas dadas cada año, para compartir y experimentar la visión de René Mey porque “ayudar está bien, saber ayudar es mejor”.
Este año, la Fundación Mexicana René Mey construye el primer hospital en Quintana Roo dedicado a la atención médica de los habitantes del sureste del país con una visión de salud emocional.
“Son lugares que los terapeutas harán tratamientos de forma gratuita, hay físicos y móviles y ayuda que va más allá, que roza en lo humanitario con apoyo para alimentos y otros beneficios.
“El hospital ya está terminándose y que va a poder llevar medicina alópata y medicina emocional para poder entender el fondo del problema de la vida que crea o que quita la paz o de la enfermedad que la crea”, adelante el humanista.
Este centro contará con un área de urgencias y dos quirófanos, salas de parto y un área de terapia intensiva además de áreas para la atención de la depresión y meditación y consultorios con nutriólogos con 20 especialidades cuando menos.
“Este es un hospital prototipo, hice uno en África, en Madagascar y puedo asegurar que el resultado fue increíble, sobre todo en la atención de la medicina emocional donde la ciencia no se mete”, añadió.
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