Reuters.- El Banco de Japón se comprometió el martes a mantener su enorme programa de estímulos pero hizo ajustes para reducir los efectos adversos de sus políticas en los mercados y los bancos comerciales, dejando en evidencia que el objetivo de inflación del organismo sigue estando fuera de su alcance. Tras un encuentro de dos días que finalizó, el Banco de Japón (BoJ, por sus siglas en inglés) dejó sin cambios sus objetivos de tasas de interés, pero por primera vez adoptó una guía a futuro sobre los tipos, al decir que permanecerían en niveles “muy bajos” por un “periodo extendido de tiempo”. A medida que sus enormes compras de activos van drenando la liquidez del mercado y los esfuerzos para regular los rendimientos de deuda afrontan dificultades, el banco central dijo que permitiría que los retornos de bonos aumenten de forma más espontánea y que podría desacelerar sus adquisiciones de activos si las condiciones del mercado lo permiten. El gobernador del BoJ, Haruhiko Kuroda, dijo que los cambios en su guía buscaban en parte aplacar la especulación respecto a que el banco central se apresta a dejar atrás su política monetaria ultra relajada o a subir las tasas de interés. La decisión deja en evidencia la escasez de herramientas que afronta el BoJ para batallar contra la persistentemente baja inflación, incluso aunque otros bancos centrales han empezado a dejar atrás sus políticas desplegadas en tiempos de crisis y diversificaron sus opciones para evitar otra recesión. La Reserva Federal de Estados Unidos elevó en marzo y en junio sus tasas de interés y esta semana se espera que deje sin cambios las condiciones de endeudamiento pero que anuncie que se mantiene en vías de aplicar más incrementos de los tipos en lo que resta de este año. “El BoJ ha hecho todo lo que puede por ahora. Ha logrado crear un punto de apoyo para hacer más flexible su política de control de la curva de rendimientos sin producir una apreciación del yen”, dijo Takehiro Noguchi, economista senior del Mizuho Research Institute. El Banco de Japón mantuvo su objetivo de tasa de interés de corto plazo en -0.1% y se comprometió a guiar los rendimientos de deuda gubernamental a 10 años a cerca de cero, tal como se esperaba, en una votación de 7 miembros a favor y 2 en contra. Pero en un hecho que plantea un giro a su política monetaria, indicó que permitiría que las tasas de largo plazo fluctúen dependiendo de los eventos económicos y el desarrollo de los precios, y que aplicaría más flexibilidad en sus compras de activos. Kuroda dijo que el banco central ahora toleraría que los rendimientos de la deuda japonesa a 10 años suban a alrededor de 0.20%, desde el límite previo cercano a 0.10%.

 

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