El banco central mantuvo su proyección de que la economía seguirá recuperándose moderadamente.   Reuters TOKIO – El Banco de Japón mantuvo su enorme estímulo monetario el jueves y sugirió que el impuesto sobre las ventas debería subir de nuevo para ayudar a las finanzas del Gobierno, a pesar de las dudas del mercado sobre la fortaleza de la economía y la capacidad del banco central para alcanzar su meta de inflación. El BOJ (por su sigla en inglés) redujo su evaluación de la inversión en vivienda y advirtió que la producción fabril se mantuvo débil, reconociendo la inquietud de los miembros en su directorio que temen que un repunte en la economía después de una severa contracción en el segundo trimestre puede ser bastante modesto. Una serie reciente de débiles datos, incluyendo una caída en el gasto de los hogares y una expansión mediocre de la producción fabril en julio, ha puesto en duda la opinión del Banco de Japón de que la economía rebotará de manera constante. Pero el banco central mantuvo su proyección de que la economía seguirá recuperándose moderadamente, por la expectativa de que el consumo se beneficiará de un ajuste en el mercado laboral que está empujando al alza los salarios. El gobernador del BOJ, Haruhiko Kuroda, se mostró optimista de que la economía está saliendo de a poco de 15 años de deflación y se encamina a alcanzar a su objetivo de inflación de un 2%. “Las exportaciones y la producción están mostrando movimientos débiles,” dijo en una conferencia de prensa después de la reunión de política monetaria. “Pero las condiciones de empleo y de salarios están mejorando de manera constante, y la confianza de los hogares es firme. Las empresas mantienen sus planes alcistas de inversión, lo que refleja una mejora de las ganancias. Un ciclo económico positivo se mantiene en su lugar”. Consultado sobre si Japón debería continuar el próximo año con la segunda etapa de un aumento de impuestos de ventas a un 10% desde el 8%, Kuroda dijo que eso es algo que el Gobierno y el Parlamento deben decidir. “Pero es muy importante para el estado fiscal de Japón y de su economía que se haga un avance constante en los esfuerzos para restaurar la salud fiscal”, agregó. Manteniendo su evaluación desde el mes pasado, el BOJ dijo que “la economía de Japón sigue recuperándose moderadamente como una tendencia”, aunque los efectos de la subida del impuesto sobre las ventas en abril aún persisten. El consumo privado sigue firme en momentos en que se está moderando el efecto del aumento del impuesto sobre las ventas a un 8% desde un 5%, aunque la inversión en vivienda continúa sintiendo el efecto del alza impositiva, dijo el BOJ. En agosto, agregó, el impacto tanto en la inversión en vivienda como en el consumo se redujo. El optimismo del BOJ contrasta con las dudas crecientes entre los analistas del sector privado de que la economía pueda crecer con la suficiente solidez para que la inflación -ahora en torno a un 1,3 por ciento- se acelere hacia la meta del banco central de un 2%. Tal como se esperaba, el banco central dejó sin cambios su marco de políticas, bajo el cual se ha comprometido a aumentar la base monetaria en 60 a 70 billones de yenes (571,000 a 666,000 millones de dólares) al año a través de compras agresivas de activos para reactivar a la economía. “El BOJ está diciendo que ahora hay partes de la economía más débiles que lo previsto, pero aún espera que el crecimiento se acelere en el futuro”, dijo Hiroshi Miyazaki, economista de Mitsubishi UFJ Morgan Stanley de Valores. “Es posible que el BOJ revise a la baja las previsiones del PIB de este año fiscal, pero siempre y cuando espere un crecimiento saludable para el próximo año fiscal, no veo ningún cambio en su postura de política”, agregó.

 

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