China devaluó su moneda el martes después de una serie de datos económicos pobres, guiando la moneda a su punto más bajo en casi tres años.   Reuters Los responsables de las políticas monetarias globales, incluidos algunos de los bancos centrales más intervencionistas de Asia, están manteniendo la calma tras la inesperada devaluación del yuan por parte de China. El Banco Popular de China dijo que la devaluación del 1.9% del martes fue una decisión excepcional. También cambió a un referencial más dependiente del mercado para la banda cambiaria diaria de la divisa. Un yuan más débil abarata las exportaciones chinas y encarece las exportaciones competidoras. Los países que se consideren ahora en una desventaja competidora podrían verse tentados a devaluar sus propias divisas como represalia, pero hasta el momento los responsables de Corea del Sur, India, Indonesia y Japón no ven razones para entrar en esa guerra de políticas comerciales. “No creo que la decisión genere una guerra monetaria global”, dijo un responsable de política monetaria japonés. La devaluación no debería perturbar al Banco de Japón, cuyo programa de impresión de dinero para estimular la economía ha debilitado al yen en 50% frente al dólar desde 2012. La decisión de Pekín podría tener un eco más fuerte en Corea del Sur. China es su mayor socio comercial, con una quinta parte del comercio total el año pasado. Sus encargados de política económica han estado rebajando el won y animando de forma activa los flujos al exterior del país, y el won se depreció frente al yuan este año. “No estamos demasiado preocupados por el won, pero estamos vigilando de forma estrecha el mercado para ver si hay una volatilidad excesiva”, dijo un funcionario surcoreano. “Esto se produjo cuando las monedas de los mercados emergentes ya se estaban depreciando frente al dólar”, comentó, pero el yuan permanecía relativamente estable. La mayoría de las divisas de los mercados emergentes de han debilitado este año. Las ligadas a materias primas como el ringgit de Malasia, la rupia indonesia y el rand sudafricano están en su punto más bajo en más de una década frente al dólar. Los ya flojos precios de los metales y del petróleo perdieron más terreno tras la devaluación, que generó más temores acerca de la economía de China. “El tamaño de la devaluación del yuan debería impactar en la competitividad de las exportaciones de manufacturas sudafricanas a China, pero no vendemos muchas”, afirmó Lesetja Kganyago, gobernador del Banco de la Reserva de Sudáfrica. “El yuan ha estado relativamente estable y la moneda local ha tenido una depreciación significativa en los últimos 18 meses”, agregó, en referencia al descenso del 9% del rand frente al dólar este año. La mayoría de los bancos centrales parece dispuesta a conceder el beneficio de la duda a la política de Pekín, con la esperanza de que una recuperación económica de China, la segunda mayor economía del mundo, sea como una subida de la marea, que acaba levantando eventualmente todos los barcos.

 

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