La gente siempre ha dudado en ser la primera en subirse a nuevas formas de transporte, ya sean globos aerostáticos, trenes de vapor, automóviles a gasolina, aviones de propulsión o automóviles autónomos Los ingenieros están haciendo realidad los coches voladores, pero para que los vehículos aéreos de pasajeros se conviertan en parte del nuevo ecosistema de movilidad, los creadores y operadores deben convencer a los consumidores escépticos de que los vehículos aéreos son útiles y seguros. Los creadores intentan hacer realidad la ciencia ficción urbana, reduciendo los desplazamientos de una hora, a minutos en el aire, mejorando la productividad, reduciendo la contaminación y mejorando la calidad de vida al reemplazar al menos algo de conducción en ciudades de todo el mundo con vehículos aéreos autónomos para pasajeros. Se ha trabajado durante mucho tiempo para resolver problemas tecnológicos, de viabilidad, de espacio para pasajeros, ahorro energético y ser más silenciosos que un helicóptero tradicional, pero la barrera más grande para el futuro elevado de la movilidad es probablemente la psicológica. La gente siempre ha dudado en ser la primera en subirse a nuevas formas de transporte, ya sean globos aerostáticos, trenes de vapor, automóviles a gasolina, aviones de propulsión o automóviles autónomos. Y para los consumidores, los vehículos aéreos parecen, comprensiblemente, más peligrosos que los vehículos terrestres. Primero, es clave entender las actitudes actuales de los consumidores hacia estos vehículos, y lo que pueden hacer las partes interesadas clave para transformar las percepciones de los consumidores y, eventualmente, hacer que volar al cielo sea parte de la vida cotidiana de los viajeros y de los viajeros. Para medir las dimensiones de las barreras psicológicas, Deloitte realizó una encuesta global este año, preguntando a los consumidores sobre su percepción de los vehículos aéreos autónomos de pasajeros, con respecto a su seguridad y utilidad percibida, dos barreras para la aceptación de estos vehículos del futuro. De acuerdo a Deloitte, casi la mitad de los encuestados no están convencidos de que los vehículos aéreos de pasajeros sean seguros (43%), una quinta parte tiene más confianza. Casi la mitad de los encuestados ven los vehículos aéreos de pasajeros como una posible manera de resolver la congestión vial (48%). Las respuestas a través de las fronteras nacionales fueron comparativamente consistentes, aunque los encuestados japoneses expresaron preocupaciones de seguridad particularmente altas en 87% de sus consumidores, mientras en los Estados Unidos y el Reino Unido, el 79% y el 83%, respectivamente, expresaron la misma aprensión con respecto a la seguridad. Las diferencias entre países surgieron mucho más claramente sobre la cuestión de si las personas pueden imaginar fácilmente tales vehículos que ayudan a aliviar la congestión en las carreteras: en China, casi las tres cuartas partes de los encuestados expresaron entusiasmo, mientras que solo 44% y 38% de los encuestados en Estados Unidos y Japón estuvieron de acuerdo. En resumen, la industria debería centrarse en cambiar las percepciones de la seguridad y la utilidad de los vehículos aéreos autónomos de pasajeros. Y considerando el salto mental necesario para que millones de pasajeros se sientan seguros subiendo a un ‘automóvil volador’, el desafío no debe ser subestimado: se espera que las actitudes cambiantes de los consumidores requieran un esfuerzo significativo por parte de todos los interesados ​​en el ecosistema: reguladores, creadores y operadores. Para profundizar más en esta encuesta consulta: https://bit.ly/2Cr6YbY  
Alentar y desarrollar a las mujeres no es una prioridad en la industria automotriz
 

 

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