El Banco Central Europeo dio que no alteraría el calendario del examen sobre la valoración de los activos de las entidades.   Reuters LONDRES/MILÁN – El Banco Central Europeo (BCE) ha rechazado la última solicitud de los grandes bancos de la región para que realice concesiones con el fin de que los exámenes que va a realizar a sus activos sean menos costosos logísticamente, dijeron fuentes a Reuters. Responsables del BCE indicaron a representantes de la Federación Bancaria Europea, un “lobby” del sector, que no alterarían el calendario del examen sobre la valoración de los activos de las entidades, según afirmaron dos fuentes cercanas a una reunión entre las dos partes. La reunión, celebrada en Fráncfort el martes, supuso el último intento de los bancos de la eurozona de introducir cambios en el ejercicio, cuyos datos se utilizarán después en las pruebas de resistencia o “stress tests” realizados en la Unión Europea para garantizar que las entidades puedan sobrevivir a una crisis futura sin necesidad de ayudas estatales. “No hubo nada nuevo del BCE en la reunión, ni indicaciones de flexibilidad en el calendario”, dijo a Reuters una fuente conocedora de las conversaciones. El BCE se negó a realizar comentarios mientras un portavoz de EBF en Bruselas, que representa a las asociaciones bancarias nacionales en toda Europa, dijo que no comenta reuniones concretas. Federico Ghizzoni, consejero delegado del banco italiano UniCredit, dijo el martes por la noche que no conocía el resultado de las conversaciones, pero que su impresión era que el BCE no modificaría su petición de datos. “Hubo una reunión operativa con relación a las dificultades de cumplir los plazos para presentar los datos del examen de calidad de activos, un tema que plantearon no solo bancos italianos, sino europeos en conjunto”, dijo a periodistas en Milán. “Es una dificultad logística derivada de la cantidad de datos y el marco temporal, no se trata de los contenidos”, dijo. Los bancos no quieren rebajar el rigor del examen que pondrá a prueba si los 128 mayores bancos de la eurozona tienen correctamente valoradas sus carteras, pero necesitan más tiempo para prepararse para el complejo proceso. El BCE ha insistido repetidamente en que no habrá retrasos y el plan se tendrá que haber completado antes de octubre, con el fin de que los problemas se afronten antes de convertirse en su supervisor en noviembre. Las pruebas de estrés podrían obligar a algunos bancos a captar más capital que sirva de colchón ante eventuales turbulencias como las que han obligado a rescatar a numerosas entidades tras la crisis financiera que estalló en 2008. El fin de las pruebas es forzar a limpiar pérdidas ocultas y restaurar la confianza de los inversionistas en el sector, que cotiza con un descuento respecto a sus competidores estadounidenses.

 

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