El BCE retiró solicitudes de ciertos detalles difíciles de obtener, como las cifras de pagos de IVA de algunas compañías prestatarias , dispensó ciertos plazos interinos y permitió que los bancos produzcan datos sobre montos menores de créditos.     Reuters LONDRES – El Banco Central Europeo (BCE) ha hecho discretamente una serie de concesiones a los bancos para ayudarles a cumplir con los plazos de una importante revisión de sus negocios, dijeron a Reuters cuatro fuentes familiarizadas con el proceso. Las fuentes dijeron que el BCE había retirado solicitudes de ciertos detalles difíciles de obtener – como las cifras de pagos de IVA de algunas compañías prestatarias -, dispensó ciertos plazos interinos y permitió que los bancos produzcan datos sobre montos menores de créditos en algunas circunstancias. Los cambios no ponen en riesgo la precisión y rigurosidad de las pruebas de solvencia, dijeron las fuentes, pero ayudan a los bancos a cumplir con los plazos generales para permitir que los resultados de la revisión sean publicados en octubre. Con la iniciativa, el BCE busca evitar perder credibilidad por no cumplir con las fechas programadas, que fueron consideradas ambiciosas desde el inicio, aunque una flexibilidad excesiva podría ser percibida como algo negativo por los inversionistas que desean que los prestamistas de la zona euro atraviesen por un severo escrutinio. La revisión, descrita como la más severa a la que han sido sometidos los bancos en su historia, busca alentarlos a admitir pérdidas por créditos incobrables o inversiones fallidas, permitiéndoles recuperar la confianza de los inversionistas y devolviéndoles su capacidad de conceder nuevos préstamos a fin de ayudar en la frágil recuperación de la zona euro. El BCE ha insistido en que no existe flexibilidad en torno a elementos clave, como la obtención de valorizaciones independientes sobre las garantías para los préstamos y el uso de modelos externos para desafiar las estimaciones de los prestamistas sobre pérdidas por créditos. Estos elementos son considerados como cruciales para mantener la credibilidad sobre el ejercicio de revisión que abarca a 128 bancos de la zona euro, los que pasarán a ser supervisados directamente por el BCE a partir de noviembre. Entre ellos se incluyen titanes internacionales como Santander y el Deutsche Bank, además de prestamistas cruciales en sus países de origen como el Bank of Valletta de Malta y el italiano Monte dei Paschi. Los bancos han rechazado las exigencias de las pruebas, que según el prestamista holandés ING le han llevado a destinar alrededor de “200 empleados” trabajando a tiempo completo. La industria ha hecho presión en una serie de reuniones en Fráncfort para que el BCE aplique cambios a fin de hacer que el proceso de revisión y cumplimiento de estándares sea menos pesado para los prestamistas.

 

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