EFE.- El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ofreció a los republicanos un acuerdo sobre los impuestos a grandes corporaciones como moneda de cambio para que acepten el paquete de infraestructuras, una de sus medidas estrella.

La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, hizo hincapié este jueves en que con la nueva propuesta no se tocaría la reforma fiscal impulsada por el expresidente Donald Trump en 2017, una de las líneas rojas de los republicanos.

Biden se reunió el miércoles en la mansión presidencial con la principal negociadora de los conservadores, la senadora Shelley Moore Capito, a la que le presentó una nueva iniciativa sobre cómo financiar el plan de infraestructuras.

LA REFORMA FISCAL DE 2017, UNA LÍNEA ROJA

En el pasado, el presidente había sugerido aumentar los impuestos a empresas, del 21% -el nivel establecido en 2017- al 28%, pero el miércoles el mandatario ofreció como alternativa aplicar una tasa mínima del 15% a las corporaciones.

En los últimos meses, Biden había planteado una subida impositiva a las grandes compañías para sufragar el alud de gasto público, además de aplicar otro impuesto mínimo del 15% sobre los ingresos contables, los que reportan a los inversores, a diferencia de los ingresos que se reportan a la Hacienda.

Preguntada sobre el cambio, Psaki consideró que “esto debería ser completamente aceptable para los republicanos que han dicho que su línea roja es mantener intacta la ley impositiva de 2017”.

Aun así, matizó que Biden no ha abandonado del todo la idea de elevar los impuestos a empresas al 28%, ya que “el presidente piensa que las corporaciones pueden permitirse pagar más”.

El monto inicial del plan de infraestructuras era de 2.3 billones de dólares, pero al final la Casa Blanca lo bajó a 1.7 billones para tratar de llegar a un acuerdo con los republicanos, que aun así lo rechazaron.

Una fuente del Partido Republicano, citada por la cadena de televisión CNN, indicó este jueves que Biden propuso a Capito reducir el monto del paquete a 1 billón de dólares, siempre y cuando sean fondos nuevos, y no redigiridos de otras partidas aprobadas por el Congreso, como han pedido los conservadores.

Esa cantidad estaría más cerca de la contraoferta presentada por los republicanos en el Senado de 928,000 millones de dólares, en la que han hecho hincapié que los fondos deben ir destinados exclusivamente a lo que es considerado como infraestructura tradicional, como puentes, carreteras y aeropuertos.

Es complicado que la legislación salga adelante en la Cámara Alta debido a la ajustada mayoría de que disponen los demócratas.

Síguenos en Google Noticias para mantenerte siempre informado

LOS REPUBLICANOS, ESCÉPTICOS SOBRE PROPUESTA DE BIDEN

Este jueves, el jefe de la minoría conservadora en el Senado, Mitch McConnell, descartó en un evento en Kentucky que la última oferta de Biden sobre la financiación del paquete vaya a convencer a los miembros de su partido.

“Y creo que es difícil de vender a los demócratas”, apuntó el dirigente conservador, quien instó a lograr un acuerdo sobre infraestructuras más pequeño, pero que, no obstante, sea significativo y que se pueda pagar.

Se espera que el viernes Biden vuelva a reunirse con Capito para retomar estas conversaciones. Este jueves el presidente se encuentra en Delaware celebrando el 70 cumpleaños de la primera dama, Jill Biden.

En su rueda de prensa, Psaki aclaró que el Gobierno no considera el próximo lunes como fecha máxima para dar un impulso a estas conversaciones, pese a que el secretario de Transportes, Pete Buttigieg, había dicho que la Administración veía el 7 de junio, como plazo para saber hacia dónde iba ese diálogo.

HARRIS PROMOCIONA LA BANDA ANCHA

Mientras Biden se encuentra en Delaware, la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, fue la encargada de promocionar este jueves el plan de infraestructura.

La responsable participó en un evento sobre el acceso a la banda ancha -uno de los puntos principales del plan de infraestructuras-, donde defendió que debería ser universal.

Harris afirmó que tanto ella como Biden están decididos a conseguir el 100% de cobertura de banda ancha en el territorio nacional, es decir, “que todo el mundo esté conectado”.

La vicepresidenta aseguró que el plan del Gobierno “creará puestos de trabajo, construyendo la mejor banda ancha en todas las comunidades, aumentará la competencia y reducirá costes”.

Durante el evento de este jueves, Harris aprovechó para anunciar que 1,000 millones de dólares están disponibles desde hoy para zonas tribales que quieran expandir su conexión a internet.

“Estos fondos pueden servir para instalar cables de fibra óptica, y esto son trabajos”, indicó Harris, quien subrayó la importancia de los “programas de alfabetización digital”.

Sigue la información sobre los negocios y la actualidad en Forbes México

 

Siguientes artículos

Gaza bebés OMS
Los palestinos ven poca diferencia en el cambio del Netanyahu y el nuevo líder
Por

Los palestinos de Cisjordania y Gaza aseguran que Naftali Bennett, líder nacionalista que sustituirá al primer ministro...