La pandemia de COVID-19 nos hace vivir tiempos extraordinarios. Esta no es la primera crisis que el mundo ha tenido que enfrentar; sin embargo, su naturaleza genera una incertidumbre diferente. El hecho de que involucre la salud de individuos, comunidades y países enteros, y el bienestar desde todo punto de vista, la hace más personal y mucho menos predecible.
El enfoque de bienestar integral
El bienestar integral incorpora cuatro dimensiones claves interrelacionadas:
Bienestar físico: significa entender y administrar la salud personal, tomando medidas preventivas, mejorando el estado físico cuando se requiera, recuperándose de enfermedades y alcanzando la máxima funcionalidad en la casa y el trabajo.
Bienestar emocional: significa mantener una buena salud mental, ser resiliente y manejar el estrés, administrar las emociones negativas y positivas, y mantener un balance y estabilidad emocional ante posibles crisis.
Bienestar financiero: la seguridad financiera implica tener la habilidad de cumplir metas financieras, administrar compromisos económicos, ahorrar para el futuro y lidiar con gastos inesperados.
Bienestar social: se trata de estar conectados y entender cómo interactuar con otros desde el respeto y la diversidad, cómo colaborar y resolver conflictos. Esta dimensión abarca las relaciones con la familia, amigos, colegas de trabajo y la comunidad en general.
Mientras el COVID-19 (Coronavirus) se extiende por todo el mundo, existen tácticas, herramientas y recursos disponibles que puedes usar para mejorar tu bienestar integral y el de tu familia.
Bienestar físico
Mantén buenos hábitos de higiene y limpieza en casa, y sigue los lineamientos de las autoridades locales en caso de síntomas.
En la medida de lo posible, sal al sol y respira aire fresco. Mantén una rutina de ejercicios y buenos hábitos de sueño. Utiliza apps y entrenadores virtuales para ayudarte.
Come sano y toma mucha agua.
Haz pausas en el trabajo, levántate y muévete con regularidad.
Bienestar emocional
En lo posible separa físicamente tu lugar de trabajo de tu cuarto, de forma de crear límites sicológicos entre la vida personal y laboral. Trabaja dentro de un horario prestablecido.
Haz pausas mentales, del trabajo y de las redes sociales, y practica relajación, meditación o ejercicios respiratorios. Utiliza apps y entrenadores virtuales para ayudarte.
Vive el momento, no te angusties por el pasado y maneja tu ansiedad sobre el futuro.
Si tú o miembros de tu familia experimentan estrés, depresión o ansiedad, haz uso de los recursos que tengas a disposición como líneas de asistencia o telemedicina.
Aprovecha las pequeñas ventajas que el distanciamiento social ofrece. Arma un rompecabezas, lee un libro, escucha música, mira series en tu plataforma favorita y relájate.
Evita el exceso de información. Establece horarios para mantenerte informado, lo suficiente para no experimentar angustia o ansiedad. No creas todo lo que lees o veas.
Bienestar financiero
Tómate un tiempo para revisar tu situación financiera y busca formas de reducir costos de vida no esenciales y diferir gastos innecesarios.
No entres en pánico por las perspectivas de recesión económica. Enfócate en lo que puedes hacer en el corto plazo para aumentar tus ingresos y disminuir tus gastos.
Crisis anteriores han demostrado que las caídas en los mercados financieros se recuperan. Evita utilizar fondos ahorrados o invertidos para gastos superfluos.
Paga puntualmente tus deudas a fin de evitar la acumulación de intereses.
Aprovecha cualquier plan o fondo de emergencia ofrecido por tu banco o el gobierno para diferir el pago de créditos.
Bienestar social
Utiliza los canales de comunicación disponibles (video, voz y texto) y mantente en comunicación con tu familia, colegas y amigos.
Canaliza tu creatividad a través de las redes sociales de manera positiva. Evita compartir contenido negativo o no comprobado, y enfócate en buenas noticias e información verificada.
Sé flexible y permítete ayudar a tu familia en sus tareas y actividades desde casa.
Encuentra formas, dentro de los lineamientos de distanciamiento social y cuarentena, de ayudar a otros en el trabajo o en tu comunidad.
Siguiendo la mayoría de estas sugerencias tú y tu familia mantendrán fuertes su cuerpo y su mente para soportar esta crisis y, tal vez, generarán nuevos hábitos positivos que podrán continuar cuando la situación vuelva a la normalidad.
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