Notimex.- El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, firmó un decreto que regula la posesión, portación y el comercio de armas, el cual amplía a 20 categorías el tipo de personas que pueden adquirir armamento y permite su libre importación. “Yo estoy haciendo algo que el pueblo siempre quiso, teniendo en cuenta el referéndum de 2005 (que mantuvo el comercio de armas en el país). El gobierno federal, en aquella época, y los que se sucedieron, simplemente (…) no cumplieron la legislación”, indicó Bolsonaro tras la ceremonia en la que firmó el documento. El decreto, publicado este miércoles en el Diario Oficial, establece las normas para la posesión de armas para cazadores, tiradores deportivos y coleccionistas, conocidos como “CAC”. Sin embargo, Bolsonaro aclaró que el decreto no legaliza la caza, práctica prohibida en el país, con excepción del jabalí salvaje, una especie considerada plaga en algunas zonas de Brasil. El texto autoriza la portación de armas en 20 categorías, que incluyen políticos electos, oficiales de justicia, periodistas que realizan coberturas policiales, agentes de tránsito y funcionarios de empresas de seguridad privada y de transporte de valores, entre otros, indicó el diario local O Globo. Puedes leer: Corea del Norte dispara dos misiles de corto alcance en nuevo ensayo La nueva norma también amplía el uso de armas de fuego para habitantes de zonas rurales, quienes antes podían usarlas solo en su casa -ahora se incluirá todo el terreno de su propiedad-, así como para los miembros de las Fuerzas Armadas que tengan al menos 10 años de servicio y para los militares inactivos. Además, el decreto amplía el plazo de validez del certificado de registro de armas para 10 años. Respecto a la importación de armamento, el documento le quita el monopolio a la empresa Taurus, el mayor fabricante de armas y municiones de Brasil. Aunque el mandatario brasileño puntualizó que el decreto “no es un proyecto de seguridad” pública, sostuvo que la población tiene derecho a armarse. La nueva norma complementa otro decreto emitido en enero pasado, el cual redujo las exigencias para la venta de armas a civiles, que fue una de las principales promesas en la campaña que llevó a Bolsonaro a la Presidencia.

 

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