Una de las grandes proezas de la relojería más sofisticada es la ilimitada paciencia que se demanda para trabajar sobre el tiempo. Los dos modelos más recientes de la colección Portugieser, de IWC Schaffhausen – Portugieser Tourbillon Rétrograde Cronógrafo y Portugieser Tourbillon Calendario Perpetuo –, son dos ejemplos de una hechura artesanal que encierra 150 años de desarrollo del trabajo relojero en complicaciones de alto grado de dificultad. Para ambas líneas, la firma se ha centrado en el protagonismo del tourbillon, una técnica de larga herencia en el arte de la relojeríoa, que funciona como una balanza que gira sobre su eje dentro de una jaula. La rotación constante del mecanismo reduce la influencia de la gravedad e incrementa la precisión del propio reloj. En el caso del Portugieser Tourbillon Rétrograde Cronógrafo, muestra un tourbillion de manecilla flotante en la parte baja de la carátula (ocupando el espacio de las 6 en punto), y se complementa por un indicador de fecha a las 9 en punto, así como un cronógrafo flyback. La simetría dispar de estas complicaciones crean un diseño elegante, al mismo tiempo atrevido y clásico. Esta muestra de virtuosismo de la casa de alta relojería IWC Schaffhausen está disponible en dos versiones, ambas limitadas a 50 piezas: la versión boutique, con su caja de 18 quilates en armazón de oro, agujas chapadas en oro y correa en piel de becerro, contrasta con una segunda versión de caja de platino, carátula plateada y correa en piel azul de Santoni. Al límite de la exactitud Por su parte, los secretos que esconde el modelo Portugieser Tourbillon Calendario Perpetuo responden a esa búsqueda de IWC Schaffhausen de llevar el mecanismo relojero hasta el límite. El calibre 89900 de IWC es una cuerda que guarda una reserva de marcha de 68 horas. El sistema suma un cronógrafo que acumula las horas y los minutos detenidos, mientras que el tourbillon con dispositivo de parada permite establecer la hora con exactitud de hasta un segundo. La precisión es la exigencia absoluta de esta máquina: son 82 las piezas que le dan forma a una de las tecnologías de tourbillon más depuradas del mundo, la cual aporta .685 gramos al peso del reloj. Como remate, el calendario perpetuo, que reconoce automáticamente la duración de los meses y agrega el día adicional a febrero cada cuatro años. La visualización de la fase lunar, en tanto, es tan precisa que deberá ajustarse un día después de 577.5 años. Al igual que la colección de Rétrograde Cronógrafo, este Portugieser también se presenta en dos ediciones limitadas a 50 piezas cada una: en caja de oro o platino, con manecillas chapadas en oro o en rodio, respectivamente. Resistencia supersónica Tras el lanzamiento, en 2018, del Reloj de Aviador “Strike Fighter Tactics Instructor”, disponible solo para los graduados de la Navy Fighter Weapons School de la Armada Estadounidense, la firma IWC Schaffhausen ha decidido ampliar las posibilidades de adquirir una de estas joyas. Esta oportunidad llega con el Reloj de Aviador Cronógrafo Top Gun Edición “SFTI”, limitado a 1,500 piezas y fabricado bajo la misma tecnología que la versión pionera, la cual se perfeccionó en colaboración con los más experimentados instructores de vuelo. El resultado es un reloj de alta resistencia, capaz de soportar presiones extremas que se han puesto a prueba en aviones supersónicos, como el F-A/18 Super Hornet. La materialidad fue primordial durante todo el proceso creativo. Un ejemplo es la caja de cerámica de 44 milímetros, fabricada en óxido de circonio negra, que no solo es uno de los materiales de mayor dureza, sino que aporta la cualidad antirrefractante del reloj. El Top Gun “SFTI” también es un ícono de innovación en ese sentido, pues presenta el nuevo Ceratanium –presente en el fondo de la caja y los pulsadores del cronógrafo–, un material desarrollado por IWC, que reúne la ligereza y longevidad del titanio con la dureza a los arañazos de la cerámica. Una pieza de diseño deportivo con carátula en mate negro, movimiento de cronógrafo mecánico y una caja interna de hierro para protección contra campos magnéticos. El Top Gun “SFTI” puede ser considerado una pieza rotunda de ingeniería que oscila entre la relojería y la aeronáutica.

 

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