Con prácticamente 200 años de tradición, Bovet 1822 ha llevado su esencia de elegancia, precisión y capacidad artística a un nuevo horizonte de ingeniería. El Battista Tourbillon es un reloj que narra una historia que se cuenta pensando en los años que vienen. Esta nueva pieza de Bovet 1822 surge de la colaboración con Automobili Pininfarina, la casa automotriz europea que se ha dedicado a reinventar la industria de los automóviles eléctricos deportivos. Esta alianza entre dos líderes del diseño y la innovación celebra momentos disruptivos para ambas marcas: los dos siglos de una casa relojera excepcional, como Bovet 1822, y la culminación de la producción de las primeras series del Pininfarina Battista, así como el anuncio del primer Battista hyper GT eléctrico puro. “En Bovet 1822 el plano humano es fundamental y también es así en Pininfarina. Los coches y los relojes comparten los mismos valores: diseño y rendimiento”, dice Pascal Raffy, propietario de Bovet. Como resultado de esta visión y experiencia en común, surge una obra maestra de la relojería contemporánea: hecha a mano, construida por los artesanos de precisión más calificados del mundo y pensada para que cada reloj sea un valor único. bovet “Cuando empiezas un proyecto y no hay otro interés que la búsqueda de la perfección, las pasiones no solo se suman, sino que se multiplican”, enfatiza Raffy. El Battista Tourbillon está pensado para que cada uno de sus elementos, funcionales o decorativos, exhiban el trabajo artístico detrás de la alta relojería, así como los valores compartidos que han dado pie a esta alianza. Un diseño tridimensional, que expone y unifica el frontal del reloj con la parte posterior y los lados expuestos generan un aspecto de potencia y firmeza. El funcionamiento queda expuesto con una estructura esqueletizada del movimiento inspirado en la ingeniería del Battista. La caja, de 45.6 milímetros, está delimitada por dos grandes cristales de zafiro, que mejoran la luminosidad y pureza del diseño, así como la ergonomía en su uso. En tanto, uno de los detalles que enfatizan más la hechura de la pieza es el E-Heart. Al interior del automóvil Battista, el E-Heart es un elemento representativo que indica el estado de carga del vehículo. En el caso del Battista Tourbillon, el guiño al E-Heart se basa en la forma que genera el fechador en la parte frontal y el mecanismo de cuerda diferencial en la parte trasera del reloj. bovet Otro aspecto único de esta edición radica en las esferas azules de dos tonos en la cara del reloj, que, por primera vez en la historia de la casa relojera, se han diseñado de forma asimétrica, con el patrón Triángulo de Battista. La parte izquierda del reloj resguarda la esfera de reserva de marcha, el cual alberga el ícono de las banderas de la colaboración con Pininfarina. El movimiento del Battista Tourbillon surge del mecanismo patentado por Bovet, el tourbillon de doble cara, que para esta edición funciona a 18 mil vibraciones por hora, con una reserva de marca de 10 días con un solo barrilete. Bovet y Pinifarina se han asegurado de desarrollar un movimiento único para este reloj, el cual pone el horario y minutero al centro, añade un fechador grande y es punto de partida para el rediseño de la caja. El sentido sostenible de un automóvil eléctrico no se pierde en este reloj que se inspira en los bólidos de Pininfarina. El Batista Tourbillon de Bovet 1822 cuenta con correas de goma de origen vegetal, diseñadas exclusivamente para esta pieza. “El Battista Tourbillon es una auténtica representación de la filosofía del diseño de Automobili Pininfarina a pequeña escala”, describe Luca Borgogno, director de diseño en Pininfarina. Esta pieza de arte se realiza en conjunto entre un artesano –que se encarga de cada componente a lo largo del proceso de producción—, y los maestros relojeros –que montan a mano cada uno de los relojes-.  Bovet ha buscado un nivel de detalle y artesanal único en su producción.  ¿Cómo lograrlo? Limitando lo excepcional: la casa de lujo produce un máximo de mil relojes al año –30% de ellos a la medida-.  Cada detalle es un referente de la velocidad, la tecnología, ingeniería y precisión del Battista, pero también es un paso espectacular con el que Bovet 1822, armado de toda la tradición y lujo de 200 años de historia, camina hacia el futuro.  

 

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