Diferentes autores coinciden en señalar el año de 1864 como el inicio formal de la historia de la banca en México, pero éste no es precisamente el año en el que inician operaciones las sucursales bancarias, si por ‘sucursales’ entendemos a las ramificaciones de un banco que cuenta con una oficina central y diferentes oficinas para el público establecidas en diferentes territorios. Revisemos algo de historia.

Eduardo Turrent en su documento Historia Sintética de la Banca en México, nos habla de la idea de intermediación bancaria como el proceso por el cual una empresa o varias se especializan en captar depósitos del público para proceder a prestarlos. Según su investigación, hasta antes de 1864 no existía en nuestro país banca porque no existía intermediación bancaria, aunque sí se realizaban operaciones de crédito  gracias a la intermediación de órdenes religiosas y consulados de comerciantes.

Gloria M. Delgado de Cantú, Licenciada en Antropología Social, nos relata en su libro Historia de México, Legado Histórico y Pasado Reciente* bastantes hechos históricos sobre los primeros intentos de consolidación de banca en México.

En esta obra, la maestra Delgado de Cantú da cuenta que el primer banco comercial en México fue fundado en tiempos de la intervención francesa, se trató de la sucursal de un banco inglés de nombre  Banco de Londres, México y Sudamérica.

Las oficinas centrales de este banco estaban en  la esquina formada por las calles Bolívar y 16 de Septiembre, en el centro de la Ciudad de México, y eventualmente contó con sucursales en gran parte del territorio nacional.

Siguiendo a Delgado de Cantú, llegamos a los tiempos del gobierno de Manuel González en el cual se crearon más instituciones de crédito: el Banco Mercantil Mexicano, el Banco Internacional Hipotecario y el Banco de Empleados.

En estos años, las únicas instituciones de crédito que contaba con concesiones oficiales eran tres bancos en Chihuahua -Turrant  da nombres de dos: Banco de Santa Eulalia en 1875 y Banco de Hidalgo- los cuales tenían autorización para operar de la legislatura local de comercio; el Banco Nacional Mexicano en la capital del país, con una concesión otorgada por el gobierno de Manuel González, y el Monte de Piedad.

Fue hasta 1881, cuando se fundó el Banco Nacional Mexicano, que llegan formalmente las sucursales y agencias en las principales ciudades de México. Este banco fue en realidad una institución bancaria gubernamental junto con el Banco Mercantil, Agrario e Hipotecario, y contaba con la facultad de emitir billetes. Las dos instituciones se fusionaron en 1884 para establecer el Banco Nacional de México.

En 1883, de nueva cuenta en Chihuahua, se establecen el Banco Minero, el Banco de Chihuahua y el Banco Mexicano de Chihuahua.

Posteriormente, alrededor de 1888, surgen más bancos , ya no en el centro ni en el norte, como es el caso de un par de ellos especializados en emisión de billetes en el estado de Yucatán.

Hasta antes de la promulgación de la Ley de Instituciones de Crédito decretada por Limantour en 1897, secretario de hacienda de Porfirio Díaz, la diversidad de bancos operaba en total desconcierto, incluso tomó aún varios años ponerlos en cierto orden, unos 13 años aproximadamente.

José I. Limantour quiso organizarlo todo en 1897 considerando solamente la existencia de tres tipos de bancos: de emisión – los que fabricaban billetes y monedas-, bancos refaccionarios -daban crédito para impulsar la industria y el comercio-  y bancos hipotecarios -efectuaban hipotecas sobre fincas rurales y urbanas-. A partir de aquí comenzó a aumentar el número de bancos, y los de emisión se instalaron a lo largo de casi todo el territorio mexicano.

Poco a poco se fue teniendo claridad con respecto a las funciones que cada banco debía cumplir, al fin inmediato de la revolución fue necesario que varios bancos emitieran billetes pero finalmente se logró por mandato constitucional (1917) que únicamente un banco gubernamental llevara a cabo esta tarea (aunque el Banco de México se funda hasta 1925).

Plutarco Elías Calles vuelve a afinar la clasificación de los bancos y los clasifica en instituciones de crédito, bancos de depósito y descuento, hipotecarios, refaccionarios, de fideicomiso, de ahorro, almacenes generales de depósito y compañías de fianzas, además crea la banca nacional de desarrollo. Con este presidente es sin duda que da inicio la modernidad bancaria para México.

Si bien la banca en nuestro país tuvo un inicio accidentado y a la distancia podría parecer desconcertante, hoy en día ofrece una gama de servicios y atención de primer nivel, tanto en sus sucursales como en línea. La tecnología ha cambiado de manera definitiva la manera en que personas físicas y empresas realizan sus operaciones bancarias y en las sucursales de BBVA Bancomer encontrarás:

  • Servicio personalizado: Damos total importancia a cada uno de los casos de nuestros clientes por igual y el seguimiento debido si no podemos resolverlos  de inmediato.
  • Personal capacitado: Todos nuestros empleados están en constante preparación, cada una de nuestras sucursales ofrece excelente atención y soluciones gracias a la capacitación que nuestros empleados han recibido.
  • Eficiencia de tiempo: Podemos resolver los problemas de cada usuario a la brevedad posible,  y si la situación no lo permite, ofrecemos información correcta, tiempo estimado de respuesta y seguimiento puntual.

* Delgado de Cantú, Gloria M., Historia de México : legado histórico y pasado reciente . 1a ed., México : Pearson Educación, 2004., Mexico, 2004.

 

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