Contar con un modelo corporativo bien definido es crítico para la organización, ya que permite alinear la visión estratégica entre las UENs y facilitar el crecimiento en la organización y la trascendencia en el mercado así como su entorno.   Por Diana Bustani, Sintec   Desde los inicios de Henry Ford, hasta las tech startups de Silicon Valley, la forma de gestionar las organizaciones ha ido cambiando a través de los años. Hoy en día las empresas se enfrentan con una creciente complejidad en sus negocios debido a un crecimiento desmesurado en sus operaciones, restricciones legales, entorno competitivo y nuevas tecnologías. Esta complejidad se traduce en un constante reto para las organizaciones para alcanzar un crecimiento rentable. Una de las vías más comunes que las empresas toman para enfrentar este reto es a través de la creación de unidades estratégicas de negocio (UENs), ya que les permite diversificar la visión estratégica de la empresa y enfocarse de una manera autónoma en la estrategia de negocio, alineado a las necesidades de los clientes y el entorno. Sin embargo, muchas veces durante la implementación de este nuevo esquema organizacional, las empresas se enfocan en mantener su crecimiento y pasan por alto el elemento que habilita esta nueva forma de trabajar, es decir, el modelo corporativo de la organización. El modelo corporativo es un sistema de gestión interna de la empresa el cual define las funciones y responsabilidades principales tanto del corporativo como de cada una de las UENs, la forma de relacionarse entre ellos y sus respectivas rutinas de gestión. Figura 1-Publi 3 El modelo corporativo es un sistema de gestión interna de la empresa el cual define las funciones y responsabilidades principales. El rol del corporativo debe de ser generar la estrategia de negocio, es decir, encontrar la forma de impulsar la competitividad y crecimiento, crear economías de escala y sinergias, asegurar cumplimiento de objetivos estratégicos y ejercer gobierno entre las diferentes entidades de la organización. En contraste, el rol de las UENs debe ser identificar los retos particulares de su entorno para definir los objetivos estratégicos alineados con la visión de la organización, creando de esta forma una estrategia particular para cada una de sus necesidades. El corporativo es responsable de gestionar el desempeño de la UEN, conseguir y asignar financiamiento (interno o externo) y monitorear el desarrollo y cumplimiento de las estrategias de negocio. A pesar de la importancia e impacto del modelo corporativo en las organizaciones, es común encontrarse con empresas que todavía no le dan la importancia necesaria a este tema, frecuentemente por verlo como aspectos o problemas aislados de la organización y no como parte de un todo. Los problemas más comunes en este tipo de organizaciones son: dificultades en la gestión y toma de decisiones, recursos mal empleados, falta de accountability en los procesos, duplicidad de roles, desenfoque de negocio, asimetría de información y fricción en las interacciones con el corporativo y otras UENs. Ante esta problemática común, los primeros pasos que una organización debe de seguir para contar con un modelo corporativo son: Figura 2-Publi 3 Contar con un modelo corporativo bien definido es crítico para la organización ya que permite alinear la visión estratégica entre las UENs, tener una claridad de roles, priorizar objetivos comunes, contar con una mayor transparencia en la información, gestionar oportunamente los riesgos, contar con una coordinación más eficiente entre UENs y finalmente, facilitar el crecimiento en la organización y la trascendencia en el mercado y su entorno.   Más sobre Sintec en: Twitter: @Sintec LinkedIn: @Sintec YouTube: @Perspecctiva Sintec