La tecnología de los sistemas de información en salud es considerada como estándar para el óptimo rendimiento de la medicina del siglo XXI y la implantación del expediente clínico electrónico como un requisito para el éxito de la e-salud.   Durante las pasadas décadas el avance de las tecnologías de la información y comunicación han tenido un impacto en cada uno de los sectores que engloban nuestra vida, en el área de la salud se ha discutido en diversas ocasiones cómo esta tecnología podría ayudar a mejorar el proceso asistencial en todas sus facetas. En 1970 se inició con la automatización de los procesos administrativos con los sistemas monolíticos, en 1980 con el aumento de la productividad de los departamentos auxiliares como laboratorio y rayos X, en 1990 con los sistemas distribuidos que daban a los equipos de salud herramientas clínicas y finalmente en 2000 con los sistemas integrados, cuyo foco es la sinergia entre las redes, los sistemas y el paciente. Actualmente se tiende a los llamados sistemas de nueva generación, aún en desarrollo e investigación, los cuales engloban macro tendencias como la medicina personalizada y el big data, por mencionar algunos ejemplos. La tecnología de los sistemas de información en salud es considerada como estándar para el óptimo rendimiento de la medicina del siglo XXI y la implantación del expediente clínico electrónico como un requisito para el éxito de la e-salud. Múltiples investigadores han confirmado el beneficio de la informatización del sector salud. La Organización Mundial de la Salud menciona que un acceso electrónico durante la vida de la persona puede cubrir referencia ambulatoria, hospitalaria y de emergencia. Aún con los beneficios de la informatización del sector salud, la materialización de este cambio resulta compleja en la mayoría de las ocasiones. Esto se debe a múltiples factores, entre ellos,  la falta de disponibilidad de la tecnología, la financiación, la falta de conocimiento técnico o informático del personal, la falta de preparación en informática biomédica y por último, sin ser el menos importante,  la resistencia al cambio de procesos manuales arraigados durante años por procesos documentados en sistemas electrónicos. Estudios realizados para analizar los contratiempos en la implantación de sistemas de información en salud han encontrado problemas de difícil solución, sobre todo en países en vías de desarrollo. Toda implantación de cualquier sistema o tecnología en salud requiere de una planificación y sobretodo una magnífica gestión del cambio. Se requiere una evaluación de la institución para efectuar una  preparación previa antes de la implantación. Dicha evaluación tiene como objetivo valorar la preparación de cada componente organizacional. Este proceso puede llevar a la correcta toma de decisiones basada en las realidades y limitaciones de la institución. Tener un proceso claro y definido sobre cómo hacer las cosas  es una de las claves del éxito. Algunos ejemplos de puntos a considerar son los recursos de la organización y las estructuras técnicas, como el hardware y el software, la educación y competencias computacionales del personal, el liderazgo, la gestión del cambio y las propiedades únicas del centro asistencial. Se puede afirmar que la evaluación correcta de la institución ofrecerá una lista de funciones y requerimientos para que con ello, se distribuya mejor el presupuesto y la planificación del proyecto. La evaluación  de las necesidades institucionales previa a la implementación de cualquier proyecto de e-salud es fundamental para el éxito o fracaso de éste y la informática médica tiene el gran reto de entender el proceso humano e institucional más allá de forzar el tecnológico.