Un enfoque que considera el medio ambiente natural y social en que opera una compañía y el impacto que tiene sobre el mismo, completa su contribución total a la sociedad.   Por Ángel Hermida, director de operaciones oficina Sintec Monterrey     Es el momento perfecto para responder la pregunta: ¿Cómo incluir en la agenda de la compañía el tema de sustentabilidad? Hemos perdido sincronía con los procesos y sistemas naturales; el consumo de materiales y la influencia sobre los balances naturales del ambiente son excesivos y nocivos para la vida en el planeta. El nivel de carbono está por los cielos y la temperatura promedio en la atmósfera es muy diferente a la de cuando éramos niños. Entender nuestra propia contribución, planear y ajustarla para alinearnos al medio ambiente se ha vuelto cada vez más relevante en la conciencia colectiva. Podemos ilustrar nuestra situación con un famoso proverbio chino: “Si no cambiamos nuestro rumbo, es muy probable que terminemos hacia dónde vamos”. Así de sencillo. Tomando en cuenta que la problemática la hemos causado todos con nuestras pequeñas contribuciones, la solución es similar: todos, poco a poco. ¿Qué podemos mejorar? Es muy fácil y se resume a 3 simples pasos que muchos hemos escuchado:
  • Reducir: Ser más eficientes.
  • Reusar: Encontrar usos adicionales en el ciclo de vida de los materiales y los productos que los usan.
  • Reciclar: Al terminar su uso, recuperar la mayor cantidad de recursos posible y volver al principio.
  Sustentabilidad: bases y conceptos El concepto de Sustentabilidad surgió del reporte de las Naciones Unidas: “Our Future”, en donde se definió Desarrollo Sustentable como: “El desarrollo que satisfice las necesidades del presente sin comprometer la habilidad de generaciones futuras para satisfacer las propias”. Figura 1-Publi 2 Por otro lado, también se definieron los tres pilares de sustentabilidad: Crecimiento Económico (Rentabilidad); Protección Ambiental (Planeta); e Igualdad Social (Gente). La figura 1 muestra “The Triple Bottom Line”, como se le llama a los tres pilares juntos. Figura 2-Publi 2 Seguramente, todos estamos familiarizados con el aspecto económico, que es el elemento fundamental para asegurar la supervivencia de la empresa; sin embargo, la rentabilidad a corto plazo es insuficiente para medir a un negocio. El valor que una empresa genera (o elimina) para la sociedad en el largo plazo, es decir, el “hacer lo correcto”, también debe tomarse en cuenta. Un enfoque que considera el medio ambiente natural y social en que opera una compañía y el impacto que tiene sobre el mismo, completa su contribución total a la sociedad. Ya hay empresas que lo llevan a cabo, como Ford que lo incluye en sus valores al llamar a la relación con clientes, empleados y la comunidad su “licencia para operar”. Incorporar la sustentabilidad a la agenda representa atractivas oportunidades que explicaremos a lo largo de este artículo. Pero si bien se dice que lo peor que podemos hacer es “no hacer nada”, la inacción sobre este tema trae riesgos considerables para las empresas, algunos son:
  • El daño a la marca y pérdida de confianza de los clientes y/o consumidores, por un evento que pudo ser previsto.
Ejemplos: Señalamientos de entidades no gubernamentales por procesos contaminantes en la cadena, proveedores con malas prácticas, la identificación de ingredientes tóxicos dentro de productos, o accidentes en la cadena que impactan ecosistemas enteros.  
  • Legislación: Cada vez hay un mayor entendimiento común de la problemática y cada vez más los gobiernos incluyen estos temas en las discusiones legislativas.
  Entonces, si trabajamos arduamente para construir una imagen positiva en la mente de nuestros clientes, ¿por qué mantener la posibilidad latente de perder millones, simplemente por creer que nos ahorramos unos pesos? Las cadenas de suministro que empiecen más pronto que tarde su camino hacia la sustentabilidad se verán beneficiadas en el futuro, cuando la regulación sea más estricta respecto a los temas de emisiones de carbono y otros relacionados; las que permanezcan en modo reactivo se arriesgan a multas o inversiones forzadas y apresuradas. Los efectos de este movimiento hacia una cultura sustentable que va permeando en el gobierno ya se vieron en algunos países, como China, por ejemplo. En agosto, el país asiático anunció una inversión de 275 billones de dólares en los siguientes cinco años para limpiar la contaminación del aire en la mayor parte de Beijing y las ciudades circundantes. Cabe aclarar que China es el mayor emisor, a nivel mundial, de dióxido de carbono, el principal gas de efecto invernadero que causa el calentamiento global. Al no respetar el acuerdo de reducir estas emisiones, dos de las principales compañías petroleras del país, China National Petroleum Corporation y China Petrochemical Corporation, fueron penalizadas suspendiendo todos sus proyectos de refinería. La cadena de suministro sustentable cobra particular relevancia cuando reconocemos que en sus procesos encontramos responsables directos del uso de materiales, energía y agua, así como importantes generadores de emisiones de contaminación. No es sin fundamento que encontremos, en la literatura y el entendimiento colectivo de la sociedad, aseveraciones como: “Los enemigos más comúnmente percibidos de la protección ambiental son la manufactura y las operaciones de producción”. ¿Suena familiar?   Cadena de suministro sustentable: el nuevo generador de valor Si la cadena de suministro busca entregar el mejor servicio al menor costo posible, “sustentable” significa hacerlo minimizando el impacto ambiental y asegurando un impacto social positivo. Además de ser la contribución de una empresa a la solución, una cadena de suministro sustentable también es un muy buen negocio. ¿Por qué? Porque una cadena de suministro sustentable:
  • Consume eficientemente sus combustibles.
  • Optimiza los activos productivos y logísticos de los que dispone (como almacenes, transportes, fábricas, inventario, etc.).
  • Diseña sus productos pensando en el ciclo de vida completo y su impacto total sobre el ambiente.
  • Establece compromisos con sus socios comerciales para tener metas comunes de reducción de desperdicio y costos, además de mejoras en servicio y calidad.
Estos puntos impactan positivamente la rentabilidad del negocio, convirtiendo a la Cadena de Suministro en un generador de valor, además de ser un mensaje muy poderoso hacia clientes y la sociedad, en general.   ¿En dónde están los beneficios de la cadena de suministro sustentable? Adicionalmente a la obvia aportación al medio ambiente, una Cadena de Suministro Sustentable tiene beneficios reales con impacto financiero. Estos vienen principalmente del concepto clave de sustentabilidad de reducir ineficiencias y desperdicios, que aplica a todo lo largo de procesos productivos y logísticos: una distribución de producto más eficiente es una de las mayores fuentes de beneficios, otros son el menor consumo de materiales y menores costos unitarios de producción. El enfoque hacia el ciclo de vida total del producto, desde el diseño de su composición y de su proceso de fabricación, permite incorporar materiales reciclados o reutilizar componentes al final de la vida útil, reduciendo así costos de insumos. También hay beneficios intangibles como la diferenciación frente al consumidor y el fortalecimiento de marcas por tener productos orientados al ambiente. Otro beneficio es la administración y reducción de riesgos asociados a la posibilidad de nueva legislación sobre el tema. Nadie quiere estar en la situación de aquellas empresas petroleras chinas. Esta realidad hace que convertir una cadena de suministro para que sea sustentable, es una decisión de negocio que tiene beneficios y un verdadero retorno en la inversión, y no sólo buena ciudadanía.   El camino hacia una cadena de suministro sustentable Una vez que tenemos al equipo directivo de nuestra empresa y su consejo considerando la sustentabilidad como un elemento relevante de la estrategia del negocio ¿cómo empezamos a implementarlo exitosamente en la cadena de suministro? A continuación delineamos los pasos a seguir. Al contar con el patrocinio ejecutivo, podemos considerar que hemos cubierto el primer elemento relevante. Si no lo tuviéramos, se generarían iniciativas descentralizadas y no integradas que disminuirían la efectividad de esfuerzos que no irían en la misma dirección. Para evitar encontrarnos en esta situación, es necesario contar con el mandato central, alineado a la estrategia global del negocio y que provea de recursos necesarios para el camino a recorrer. El siguiente paso inmediato es la creación de una estrategia que nos lleve hacia la sustentabilidad. El ejercicio es igual a cualquier otro de fijación de estrategia:   1) Definir los lineamientos estratégicos. En el caso de una cadena de suministro sustentable, estos girarán alrededor de:
  • Gestionar la huella de carbono, es decir, entender el origen de nuestras emisiones, las opciones para reducirlas y su medición.
  • Trabajar con las organizaciones humanas alrededor del negocio: proveedores, clientes, comunidades, capital humano interno.
  • Incluir las ideas de sustentabilidad en los procesos de creación de ¿valor de la empresa. Por ejemplo: en bienes de consumo, el diseño de productos que maximicen reciclaje; en la construcción, diseñar elementos que cumplan con certificaciones internacionales – LEED -; en el comercio al menudeo, premiar a proveedores con certificaciones de sustentabilidad, etc.
  2) Definir las metas a lograr. Esto implica tener claridad de los indicadores que se incluirán, la medición de la base actual y sobre la que veremos la mejora, los niveles de los indicadores clave a los que buscaremos llegar, y el horizonte en el tiempo.   3) La definición y priorización de las iniciativas de cambio que aterrizarán la estrategia a acciones y que serán las que generen el impacto en la Cadena de Suministro. Al igual que en la estrategia de negocio, la definición es sólo el paso inicial, el impacto real en el día a día necesita monitoreo al más alto nivel, continuo y consistente de la estrategia implementada, igualmente requiere asegurar la calidad en la asignación de recursos (tecnologías para la recolección de información, personal con la responsabilidad de medir, interpretar y comunicar resultados, presupuestos para capital requerido por las iniciativas, apoyos externos necesarios, etc.). Como en cualquier otra área de negocio que busquemos mejorar, las acciones requeridas para tener una Cadena de Suministro Sustentable parten de tener indicadores que nos ayuden a medirlas. Para construirlos, lo primero es identificar cuáles son los elementos de nuestra cadena que están bajo nuestro control y tienen mayor impacto en el medio ambiente, o dicho de otra forma, contribuyen más a la huella de carbono de la empresa. Podemos considerar cuatro grandes rubros: Consumo de Energía, Consumo de Agua, Consumo de Materiales y Generación de Residuos. Algunos ejemplos son: transporte, producción, empaque, materias primas, entre otros, que nos arrojan indicadores como: consumo de combustible fósil, litros de agua residual, eficiencia de producción, porcentaje de materiales biodegradables en empaque, etc. Es importante considerar que estos indicadores son usualmente algo nuevo para una empresa, por lo que el esfuerzo inicial de recolección de información debemos planearlo con los recursos adecuados. A partir de ese entendimiento y la estrategia definida, fijamos metas de mejora que impacten en la reducción de emisiones en cada rubro y asociamos las iniciativas para que logremos alcanzar dichas metas y de esta forma, lleguemos a nuestro destino: una auténtica cadena de suministro sustentable. La ejecución de las iniciativas sólo es posible cuando en una empresa, la sustentabilidad se convierte en un valor que se vive en el día a día y decisión a decisión. El objetivo ideal es llegar al concepto conocido en inglés como “net zero carbon footprint” y que se refiere a lograr reducir y/o compensar el carbono que se libera al medio ambiente por la operación de la cadena, para que el total neto sea cero; la reducción se logra a través de usos de energía renovable y la compensación se hace a través de programas que buscan reducir emisiones en otras partes del mundo, un manera simple es la siembra de árboles. Todos podemos involucrarnos en ésa práctica, ya sea como organización o como individuos. No solamente debemos estar al pendiente de las emisiones de dióxido de carbono, la medición debe incluir también otros gases de efecto invernadero convertidos a su equivalente en CO2 con estándares internacionales.   Ya incorporé la sustentabilidad pero, ¿cómo lograr que mi empresa sea “carbón neutral”? El paso inicial para lograr la neutralidad de carbono es hacer un inventario de los gases de efecto invernadero generados en la cadena, esto implica tener claridad de cuáles son estos gases, las actividades que los generan y qué fuentes hay que incluir en la contabilización. Para lograr tener una cadena neutra en emisiones de carbono tenemos que incorporar, a la gestión usual del negocio, indicadores que nos ayuden a conocer el nivel de emisiones que tiene la cadena y así identificar lo que podemos hacer para reducirlas y conocer el nivel de impacto que vamos logrando. Algunos ejemplos de estos indicadores son:
  • Manufactura:
– Consumo de combustibles fósiles. – Uso de fuentes alternativas de energía. – Consumo de agua en procesos de planta. – Utilización de materiales.  
  • Transporte:
– Eficiencia en consumo de combustible. – Emisiones por volumen transportado. – % Transporte de energías alternativas. Estos son sólo algunos ejemplos que deben tomar forma más específica de acuerdo a las peculiaridades de cada industria y cada empresa.   Conclusiones Existe un hecho que debemos aceptar, la sustentabilidad llegó para quedarse, no es una moda, no es algo sin importancia que la sociedad y el gobierno olvidarán en poco tiempo: tenemos que aprender a incorporar el concepto a nuestra realidad diaria. Tal y cómo sucedió con el concepto de calidad en los 70, las empresas que sean proactivas en su incorporación al negocio lograrán beneficios importantes. La pregunta entonces no es una disyuntiva entre sustentabilidad y rentabilidad, la pregunta correcta es: ¿Cómo ser sustentable afectando positivamente (o al menos neutralmente) a la rentabilidad? La inacción, por el otro lado, pone en riesgo a la empresa de mala publicidad o legislación futura que obligue a la acción de manera apresurada. La definición de una estrategia integral de sustentabilidad que esté alineada a la estrategia global del negocio es esencial para iniciar un esfuerzo que, sin duda, tocará muchos elementos de la empresa. Al mismo tiempo, se debe poner énfasis en insertar el concepto en el tejido cultural, estratégico y operativo del negocio de forma que se convierta en algo cotidiano y familiar. Los primeros pasos requerirán de aprender nuevos conceptos, generar nuevos indicadores con información usualmente ignorada y remplazar un enfoque tradicional hacia uno de visión de futuro. El resultado, sin embargo, será rentable y, sobre todo, muy satisfactorio y reconfortante al contribuir al bienestar de generaciones futuras.     Más sobre Sintec en: Twitter: @Sintec LinkedIn: @Sintec YouTube: @Perspecctiva Sintec