Miles de personas hicieron filas durante varias horas para presentar sus respetos ante el ataúd de Eduardo Campos y participar de una misa al aire libre, a la que asistieron funcionarios, incluyendo a la presidenta Dilma Rousseff y a su antecesor, Luiz Inácio Lula da Silva.   Reuters RECIFE Brasil  – Decenas de miles de brasileños se reunieron el domingo en la ciudad de Recife para despedirse del candidato presidencial Eduardo Campos, cuya muerte hace cuatro días en un accidente aéreo desató un debate sobre su impacto en la carrera electoral. Los lugareños hicieron filas durante horas para presentar sus respetos ante el ataúd de Campos y participar de una misa al aire libre a la que asistieron muchos funcionarios, incluyendo a la presidenta Dilma Rousseff y a su antecesor, Luiz Inácio Lula da Silva. Rousseff fue brevemente abucheada a su llegada. Campos, un ex gobernador del estado de Pernambuco, fue velado en la capital estatal a la entrada del palacio de gobierno, en una ceremonia seguida por muchos medios de comunicación. “Perdimos un líder, uno de los mejores gobernadores que Pernambuco ha tenido”, dijo Luiza Silva, de 58 años, que criticó la presencia de los rivales políticos de Campos en el funeral. Se espera que la muerte de Campos, que estaba tercero en las encuestas para las elecciones de octubre, cambie drásticamente la carrera presidencial de Brasil al catapultar a su compañera de fórmula, la reconocida dirigente ambientalista Marina Silva, como cabeza del tándem del Partido Socialista Brasileño (PSB). “Tengo el sentido de responsabilidad y el compromiso impuesto por la pérdida de Campos”, dijo Silva a periodistas al aterrizar en Recife, en el noreste de Brasil, el sábado. Una cristiana devota, Silva dijo que un acto de la “divina providencia” la salvó de estar con Campos en el jet privado que se estrelló el miércoles. Mientras el PSB tiene previsto lanzar oficialmente la candidatura de Silva el miércoles, se espera para el lunes la primera encuesta de opinión que refleja el nuevo escenario político. La demostración de simpatía pública por Campos se podría, al menos al principio, traducir en un impulso de popularidad para Silva, quien ganó alrededor del 20% de los votos cuando se postuló por primera vez a la presidencia en el 2010. Encuestadores y analistas políticos creen que Silva podría superar o quedar empatada en segundo lugar con el senador Aécio Neves, un candidato presidencial opositor que tiene una plataforma amigable a los mercados financieros. La primera ronda presidencial será el 5 de octubre. Rousseff, la presidenta en funciones, lidera los sondeos de opinión. Algunos analistas dijeron que si Silva llega a la segunda vuelta prevista para el 26 de octubre, probablemente sería un rival más duro que Neves y es probable que ella atraiga más a los votantes jóvenes que están desilusionados con la clase política de Brasil. Silva además tiene a seguidores fieles entre los votantes evangélicos, una comunidad con cada vez más peso demográfico en Brasil.  

 

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