Hogares rurales, el reto para la expansión en telecomunicaciones

Aunque hay avances  del sector público y privado para aumentar la inclusión digital, las cifras actuales muestran que  la tasa de adopción tecnología  en zonas rurales se encuentra por debajo de las zonas urbanas.       Aunque el número de nuevos suscriptores de banda ancha y servicios móviles sigue creciendo en México, el ritmo de adopción de tecnología en las zonas urbanas supera por mucho el despliegue de tecnología en zonas rurales. Un estudio realizado por la firma Competitive Intelligence Unit  reveló que  el crecimiento de la penetración de telecomunicaciones móviles en hogares rurales mostró una tasa media anual de crecimiento de 15.4%. Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi)  arrojan que el  3.6% de los hogares rurales contaban con conexión a Internet, cifra que muestra un crecimiento de 0.7% respecto a 2010, año en que se realizó el análisis previo. Entre los hogares rurales pertenecientes a alguna etnia, menos del 2% cuentan con conexión a Internet y apenas 5% tienen una computadora. En el caso de las computadoras, menos del 10% de los hogares rurales cuentan con este dispositivo, mostrando en gran medida el atraso digital que viven las comunidades remotas de México. Una de las principales razones por la cual existe una diferencia tan significativa en la penetración de servicios y dispositivos entre zonas rurales y urbanas es la densidad de población, relativamente baja para zonas rurales y que, por cuestiones demográficas, limita la cobertura. Para las tecnologías de banda ancha fija, entre mayor sea la distancia geográfica entre usuarios, mayor será el costo del servicio, por lo que existen menos incentivos para que las empresas inviertan en el despliegue de infraestructura. La tecnología es uno de los motores más efectivos para mejorar la productividad, y que en la actualidad el acceso a las Tecnologías de la Información y Comunicación constituye un elemento esencial para ejercer nuestras capacidades como ciudadanos. El reto consiste en lograr que la tecnología pueda ser de utilidad para la población, especialmente en las zonas más marginadas México.