La tarde del 7 de octubre de 2016 las acciones de la compañía Consultatio alcanzaron su nivel más alto en el mercado de valores de Argentina, la cotización cerró en 44.6 pesos. Un incremento de 100% con respecto al 30 de octubre del año anterior, cuando inició el ascenso del valor de la compañía. Lo anterior no tendría mayor relevancia si no fuera porque su presidente de consejo y fundador, Eduardo Costantini, entró a la pequeña lista de empresarios con activos superiores a 1,000 millones de dólares como parte de su patrimonio y que aparece en el listado de Forbes de los millonarios 2017. Grupo Consultatio opera en dos segmentos de negocios: la administración de fondos de inversión y el desarrollo inmobiliario, sector en el cual en los últimos cinco años ha concentrado sus esfuerzos de inversión. Puedes leer: AL debe invertir al menos 5% anual en infraestructura Actualmente, Eduardo tiene dos pasiones que mueven su día a día, una de ellos es el desarrollo de grandes proyectos inmobiliarios en Miami, Argentina y Punta del Este (en Uruguay), la otra, su gusto por las obras de arte, inclinación que lo llevó a construir el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA), que a decir de los conocedores, posee una de las colecciones más grandes y completas de Latinoamérica; razón que la ha convertido en una de las muestras más itinerantes en la región. El valor de las acciones de Grupo Consultatio cerraron en su última cotización de 2016 en 39 pesos y el valor de sus activos sumaron 1,280 millones de dólares, de acuerdo con el reporte de la compañía al último trimestre del año. Forbes platicó con este emblemático empresario argentino, quien nos habló de su visión sobre la convulsa economía global y de sus planes de inversión.   Los inicios del bróker en el mundo inmobiliario Eduardo Costantini inició su trayectoria como corredor de inversiones en el mercado de valores argentino en 1975. Su paso por diversos cargos le otorgaron gran conocimiento en el mundo financiero, que lo llevaron a convertirse en uno de los brókers más reconocidos en Argentina. En 1991 reunió sus ahorros y compró con ellos 20% del entonces Banco Francés, en donde ocupó hasta 1994 la Vicepresidencia, para luego volver a la administración de portafolios de inversión e incursionar en el desarrollo inmobiliario. Su entrada al desarrollo inmobiliario sucedió de manera ejemplar; con el bagaje otorgado a su paso por el mercado de valores, los conocimientos adquiridos como banquero y 220,000 de dólares en la bolsa, Costantini compró un terreno en la zona de corporativos de Buenos Aires. El plan era construir un edificio para oficinas, pero su apremio monetario y una oferta considerable, lo llevaron a vender la propiedad en 1 millón de dólares. Así nació su carrera como desarrollador inmobiliario con Nordelta.    Los proyectos de Nordelta Uno de los proyectos de Eduardo Costantini se encuentra en la ciudad de Buenos Aires, a 30 kilómetros de la Capital Federal. “Es un plan multidimensional porque no sólo contempla la parte inmobiliaria, lo que buscamos fue crear comunidad”, destaca. Nordelta que pertenece a Costantini tiene por ahora a 40,000 personas más o menos, el complejo albergará al final a 80,000 habitantes. “Hay muchos barrios, que es lo que nosotros llamamos condominios, oficinas, centros comerciales, hospitales, etcétera”, explica. Dos de los proyectos de la inmobiliaria se encuentran en Miami. Uno de ellos es Key Biscayne, se terminó en 2014, mientras que el segundo se encuentra en Bal Harbour, que se inauguró el 2 de diciembre pasado, ese proyecto tiene un valor de venta de 1.3 billones de dólares y es solamente de uso residencial. “Nosotros adquirimos el terreno en 2012 por 220 millones de dólares, ahí construimos un edificio de 240 unidades, que representan unos 63,000 metros vendibles de departamentos residenciales”, dice el empresario.   ¿Hay una receta para el éxito? Mi carrera siempre ha sido a través de una lectura amplia. Entonces, posicionar el patrimonio de acuerdo con esa situación, incluyendo un porcentaje de reserva, es algo importante para sostener proyectos de 30 años, como el de Nordelta. A veces las ventas bajan o suben, cuenta el bróker argentino a Forbes. “Yo parto de una visión holística que respalda las decisiones financieras, la propuesta es para las familias buscando calidad de vida, no maximizando la utilidad o el resultado de un proyecto per se. Tal vez después eso viene, pero a la gente no hay que subvaluarla”, señala

 

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