La firma británica de moda de lujo Burberry ha sido objeto de polémica al saberse que, entre 2017 y 2018, destruyó el equivalente a casi 20,000 de sus icónicas gabardinas con el objetivo de proteger su marca. Según su reporte anual 2017-18, la compañía eliminó artículos no vendidos durante ese ejercicio por valor de 28.6 millones de libras (mdl), alrededor de 37.5 millones dólares, con el fin de evitar falsificaciones de sus productos. Esto representa una cifra récord en el historial de inventario desechado de la firma. Burberry afirma en su último informe que, para tomar decisiones de aprovisionamiento de materias primas y productos acabados, se tienen en cuenta el inventario existente y el historial de pérdidas. Además, en palabras de un portavoz de la firma, “Burberry tiene procesos cautelosos para minimizar el monto del exceso de stock” que producen y la CFO aseguró que se toman este asunto “muy en serio”, en la última reunión anual con accionistas. Sin embargo, desde 2008 la firma de lujo ha desechado más de 127 mdl (166.5 mdd) en ropa, accesorios y productos de belleza, según los reportes anuales de la firma. Y el valor de los artículos físicamente destruidos ha ido en aumento cada año:
Año Millones de libras
2008 1.6
2009 0.7
2010 1.5
2011 6.6
2012 8.3
2013 5.5
2014 11
2015 19.7
2016 18.8
2017 26.9
2018 28.6
La destrucción de inventario no vendido es una práctica común en el sector lujo. El objetivo es proteger la propiedad intelectual, es decir, minimizar las falsificaciones de los productos no vendidos, así como evitar que prendas y accesorios que lucen una etiqueta de lujo se vendan con rebajas excesivas de precio. “Cuando la eliminación de los productos es necesaria, lo hacemos de forma responsable y continuamos persiguiendo formas de reducir y revaluar los desechos”, afirmó un representante de la firma. Ello, no obstante, no ha evitado una avalancha de críticas y ha abierto el debate público sobre la gestión del inventario remanente de las empresas de lujo, empezando por los propios accionistas de la firma del diseñador Riccardo Tisci. En la reunión anual de este año, un inversionista preguntó por qué no podían dar la oportunidad a los accionistas de adquirir los ítems, en vez de deshacerse de ellos, informa el portal Business Of Fashion (BOF). El antiguo presidente de la firma, John Peace, afirmó que no eliminan stock a la ligera y la CFO, Julie Brown, explicó que tenían que destruir algunos cosméticos porque Coty adquirió la línea de belleza de Burberry, según BOF. Según el reporte de 2017-18, el valor de los productos de belleza destruídos fue de 10.4 mdl (13.63 mdd). El activista para los derechos humanos escocés Fuad Alakbarov criticó esta práctica y apuntó a otras marcas que también han incurrido en ella. En una serie de tuits, afirma que Chanel y Louis Vuitton quemaron stock no vendido; Richemont, el propietario de Cartier y Montblanc, destruyeron relojes por valor de más de 400 mdl (524.4 mdd) en dos años; Nike desechó productos no vendidos de su tienda de Nueva York y a un empleado de Urban Outfitters se le instruyó de que vertiera pintura verde sobre los artículos remanentes. Desde Burberry afirman que parte de su Estrategia de Responsabilidad 2022 está en cómo revalorizar los productos sobrantes. Para ello, se han unido a la iniciativa de la Fundación Ellen MacArthur Haz la Moda Circular, con el objetivo de encontrar modelos de negocio que mantengan las prendas en uso, desarrollar materiales renovables y seguros, y encontrar soluciones para reconvertir la ropa usada.

 

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