Por Adolfo Ramírez*
Hoy, para una gran cantidad de empresas, el trabajo a distancia se perfila como la mejor opción para darle continuidad al negocio. Sin embargo, también representa un nuevo riesgo porque vía remota debe continuar el contacto con proveedores, clientes, el proceso de cobranza y el de cadenas de suministro, entre muchos otros. Ante este escenario, si bien, ya 22% de las organizaciones en México señalan que la transformación digital es el cambio sustancial que están haciendo, 90% de los participantes de la Encuesta de Riesgos en México revelaron que el software para hojas de cálculo continúa siendo la tecnología más utilizada para administrar sus riesgos.
Las principales razones por las que se utiliza este tipo de software es por el desconocimiento de las nuevas herramientas y del potencial que pueden tener –ni siquiera el presupuesto suele ser una barrera importante–. Todavía se cree que se requieren grandes especialistas para implementar estos programas y ejecutarlos. Aunque lo cierto es que sí se necesita entrenar al talento, reforzar sus capacidades, saber detectarlo y motivarlo a que permanezca en la empresa.
De acuerdo también con nuestra encuesta, las principales tecnologías que las compañías planean utilizar en los próximos dos años para administrar sus riesgos son aprendizaje automático, herramienta de GRC y la inteligencia artificial. La razón es simple: permiten administrar grandes bases de datos de forma fidedigna, con la confianza de que la información resultante permitirá tomar decisiones adecuadas y oportunas. Otra ventaja que presentan estas herramientas es que los datos se pueden dispersar a varias áreas de la compañía, se pueden predecir cuáles serán los riesgos y cómo se pueden afrontar. Y es que los riesgos deben detectarse desde la estrategia y en la operación.
Muchas industrias lo han comprendido muy bien. Por ejemplo, la industria aeronáutica ha sido muy eficiente en cómo evitar costos adicionales a través de la detección de oportunidades dentro de sus empresas. La industria del retail, sencillamente no podría dispersar sus productos de forma adecuada y oportuna, ni manejar la gran cantidad de datos de genera, si no fuera por el uso de este tipo de tecnologías. En contraparte, observamos a la industria maquiladora, cuyas empresas podrían revisar más a fondo cómo generar sus indicadores clave de desempeño a través de la información que la tecnología emergente puede generar.
Si bien, no es fácil cuantificar las pérdidas que puede tener una empresa o una industria por no utilizar tecnologías emergentes en estos procesos, sí podemos decir que cada momento que no se utilicen estas herramientas, se deriva en una burocracia completa para saber cómo fueron tomadas las decisiones, una a una, en la compañía.
Sea cual sea la resolución que se tome en términos de tecnologías emergentes, lo más importante es el talento. Capacitar primero a los colaboradores se convierte en una ventaja, y más aún, por el nivel de manejo que tienen las nuevas generaciones de estas herramientas y por el nivel de conocimiento que ya tienen de la misma empresa. Este escenario le permite a las compañías armar un mejor frente contra los riesgos ¿la razón? Los colaboradores, incluso los de la primera línea de defensa –que son los usuarios– pueden ser sensibilizados sobre lo que es el control interno, los peligros y detectarlos de manera temprana.
Los riesgos cambiaron sustancialmente, y los que pensamos no se detonarían hoy lo están haciendo. Así que necesitamos un nuevo enfoque sobre las tecnologías emergentes en las que debemos invertir. Sabemos que las empresas tienen tesorerías reducidas, pero hoy más que nunca deben invertir en soluciones de largo plazo que beneficiarán también en el corto, si es que buscan la continuidad del negocio.
Contacto:
*Adolfo Ramírez es Socio Líder de Auditoría Interna en PwC México.
**Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.
