Acompaña a la autora de este blog en su viaje al Parque Nacional Cabo Pulmo, en el Mar de Cortés, donde cumplió uno de sus sueños: nadar con lobos marinos.   Perseguir un sueño a veces te lleva a recorrer el país de punta a punta. Nadar con lobos marinos se convirtió en un deseo el día en que supe que es posible compartir las profundidades del mar con estos mamíferos. Los rumores dicen que pueden ser tan amigables como los delfines e incluso juguetones como los perros. Mil interrogantes me incitan a buscar una respuesta; la primera: ¿en dónde?   El mar de los sueños El Mar de Cortés fue denominado por Jacques-Yves Cousteau “el acuario del mundo”. Es un paraíso para todo viajero amante de la vida marina y un privilegio para los mexicanos que tenemos la fortuna de contarlo entre nuestras joyas geográficas y turísticas. La zona alberga casi el 40% de las especies de mamíferos marinos que existen en el planeta, por lo que no es sorpresa que decidí cumplir este sueño en el Parque Nacional Cabo Pulmo, un santuario de la vida marina. Es medio día y me encuentro entre las aguas turquesa del Mar de Cortés, cobijada por la fortaleza que emiten sus montañas y el palpitar agreste de mi corazón. Soy feliz al darme cuenta que la hora de cumplir un sueño ha llegado. Entonces, la embarcación se detiene. Cuatro turistas más, tres mexicanos y un francés, nos volvemos cómplices de esta aventura. Aun cuando Cabo Pulmo no es la referencia inmediata para nadar con lobos marinos (ésta es la Isla Espíritu Santo y su famosa “lobera”), sí ofrece un acercamiento tan inaudito como fascinante, ideal para el viajero que busca experiencias fuera de lo ordinario. A bordo parecen imponentes estatuas, vigilantes serios del santuario que abriga al único arrecife de coral de la costa del Pacífico oriental… Sí, el único desde Alaska hasta Tierra del Fuego. No nos importa su sobriedad, dos segundos después estamos explorando las cristalinas aguas entre corales, coloridos peces y sí, lobos marinos que inmediatamente se acercan a acompañarnos. Las emociones me invaden y el miedo a lo desconocido también. ¿Podré acercarme más? ¿Tocarlos? La prudencia me indica que es mejor que ellos tomen la iniciativa. Me mantengo alerta y, de pronto, sucede el milagro: uno viene directo hacia mí, me observa con mirada juguetona y se aleja unos pocos metros. Parece que le parezco más curiosa yo a él que viceversa. Se gira 180° sobre su eje y se queda suspendido con las aletas hacia la superficie, me observa y no puedo evitar sonreír, con todo y snorkel. Creo que es una hembra adulta porque, poco tiempo después, detrás aparece un ejemplar pequeño que me sorprende y cautiva, juega cerca de mí. ¿O con nosotros? Me doy cuenta que es cierto: les encanta acercarse, nadar a toda velocidad y, cuando están a pocos centímetros de tocarte, girar y alejarse, viéndote de “reojo” como incitando a ir a su encuentro. Yo prefiero jugar a los “encantados” y permanecer en mi lugar, no sea que el macho de la manada decida defender su territorio. Es una maravilla, no tienes que buscarlos, ellos solitos vienen a tu encuentro y te regalan una mirada juguetona que me confirma que ha valido la pena los más 3,000 kilómetros que recorrí para tomarle una foto al deseo.   El despertar de un sueño: defender como un lobo El Parque Nacional Cabo Pulmo, las islas y áreas protegidas del Golfo de California son consideradas por la UNESCO Patrimonio Mundial Natural. Su gran biodiversidad, representada, entre otros, por un tercio del total de las especies cetáceos del mundo, el arrecife de coral, así como las únicas cascadas submarinas de arena del planeta, hacen que preservar este lugar sea tan importante como las islas Galápagos y la Gran Barrera Arrecifal Australiana. Los arrecifes albergan más del 25% de las especies de peces conocidas en el mundo en tan sólo el 0.25% de los océanos. Sin embargo, una cuarta parte ya ha desaparecido y el 50% está deteriorado, por lo que las excelentes condiciones en que se encuentra el arrecife del Mar de Cortés hacen aún más relevante su conservación para la vida marina y el resto de los seres vivos, puesto que los arrecifes son las selvas tropicales del mar y en los océanos se produce el 90% del oxígeno del planeta. Actualmente, la comunidad local de Cabo Pulmo y un grupo de activistas luchan por hacer de este paraíso un modelo turístico sustentable con el único objetivo de proteger y conservar “el acuario del mundo”. Sin embargo, existen varios proyectos que pueden poner en riesgo el equilibrio del parque natural. Es importante tomar conciencia de que visitar las áreas protegidas ofrece experiencias y escenarios de ensueño, como encuentros con lobos marinos o descubrir que aún puedes ser la única persona ante la inmensidad del paisaje, pero hacerlo también viene con una gran responsabilidad: la de protegerlas, sí, como un lobo.   ¿Cómo llegar? Cabo Pulmo pertenece al municipio de Los Cabos, al sureste del estado de Baja California. Se puede volar a Los Cabos o a La Paz, cualquier opción es viable y dependerá de los intereses de cada persona. En mi caso desde La Paz tomé la carretera transpeninsular No. 1 con dirección a San José del Cabo, hasta llegar al poblado de Los Barriles. De ahí continúe para tomar la desviación hacia La Ribera, en donde debes tomar un camino de terracería por aproximadamente 15 km hasta llegar a Cabo Pulmo. Saliendo de San José del Cabo, se toma la misma carretera transpeninsular con dirección al sur, en 80 km debes estar en La Ribeira y frente al camino de terracería. El trayecto desde cualquier punto toma alrededor de 2 ½ horas. Dato importante: Baja California Sur es como viajar a la India, las vacas están sueltas por todos lados, así que debes de estar alerta para no tener un accidente, en especial de noche.     Contacto: Twitter: @PR_TraveLady

 

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