Cambiar la cultura de jubilación

Por Anders Olauson* Para transformar el desafío que plantea el envejecimiento de la sociedad en Europa en una oportunidad económica, debemos modificar nuestra cultura respecto a la jubilación y volver a formular nuestro concepto de envejecimiento. Las personas que hoy tienen 65 años o más comprenden que tienen una mejor salud y una mayor longevidad que las generaciones anteriores y, por lo tanto, esperan vivir sus últimos años de una manera diferente de como lo hacían las generaciones previas. No obstante, el resto de la sociedad no ha caído en la cuenta de esta nueva realidad. En 2014, solo el 18.5 % de las personas mayores de 65 años en la UE integraba la fuerza laboral. Esta baja proporción de trabajadores mayores de 65 años no solo es insostenible desde el punto de vista económico, sino que tampoco guarda relación con las expectativas reales de los empleados. En una encuesta global que se realizó en 2014, solo el 32 % de los empleados sostuvo que tenía pensado dejar de trabajar por completo a la edad jubilatoria. Para respaldar vidas laborales más prolongadas, debemos cambiar nuestro pensamiento sobre la jubilación y deshacernos de la noción de una edad jubilatoria establecida. Ya no podemos pensar en los últimos años de la vida como años inactivos; en cambio, debemos desarrollar una cultura que fomente el envejecimiento saludable, cree más políticas laborales inclusivas y aliente el compromiso social e intelectual durante toda la vida. Los gobiernos pueden ayudar a cambiar esta mentalidad respecto de la jubilación al modernizar las políticas públicas para que reflejen la demografía del siglo XXI. Los empleadores tendrán mayor influencia al adoptar políticas que atraigan y retengan a los trabajadores mayores, y al priorizar la salud y el bienestar de los empleados. Próximos pasos fundamentales:

• Los gobiernos deberían cambiar la edad de pensión estatal, a fin de reflejar las nuevas realidades de la demografía, y crear otras iniciativas económicas que no motiven las jubilaciones anticipadas.
• Los empleadores deberían adoptar estrategias de contratación y reclutamiento inclusivas para evitar la discriminación por edad y para asegurar que atraigan a talentos de todos los grupos etarios.
• Los problemas de salud suelen ser el motivo principal por el que los trabajadores abandonan el mercado laboral antes de lo planificado. Los empleadores deberían priorizar la salud y el bienestar de los empleados con el propósito de mantenerlos en la fuerza laboral durante un período más prolongado. Además de proporcionar acceso a una atención médica de alta calidad, los empleadores también pueden fomentar la salud a través de iniciativas alternativas, por ejemplo, al brindar opciones de comidas saludables en las cantinas del personal, controles médicos gratuitos, descuentos en gimnasios o clases de actividad física en el trabajo.
• A las personas con un diagnóstico crónico, se les podría ofrecer programas adaptados al diagnóstico para que las ayuden con el día a día.
• Los empleadores deberían mejorar la conservación de personal, en especial, de los trabajadores mayores; para ello, pueden proporcionar condiciones laborales flexibles y una jubilación gradual. La flexibilidad permitirá que una mayor cantidad de trabajadores alcance sus expectativas profesionales de permanecer laboralmente activo después de los 65 años.
• Los empleadores deberían invertir en programas de capacitación diseñados para los empleados de todos los niveles con el propósito de ayudar a los trabajadores a mantener sus habilidades actualizadas durante toda la carrera profesional.

*Anders Olauson colabora en el Instituto de Retiro de BlackRock, apoyando en sus iniciativas y plataforma. Actualmente es presidente del Foro Europeo de Pacientes.   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.