Reuters.- Decenas de trabajadores fueron sorprendidos el lunes tras conocer la decisión del próximo presidente de México de cancelar la construcción del nuevo aeropuerto para la Ciudad de México, una obra con un costo de 13,000 millones de dólares y para la cual laboraron los últimos tres años. El presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, que manifestó por años su rechazo al proyecto, dijo que la consulta popular de cuatro días organizada por su propio partido en todo el país llevó a la decisión y que él la respaldaba. Sin embargo, los sueños de muchos trabajadores -que seguían laborando en la zona entre los polvorientos terrenos de Texcoco- se desmoronaron, ya que las obras eran el único ingreso familiar y no saben cuál será su futuro tras la cancelación del NAIM En el sitio, donde aún se podían escuchar los ruidos de la maquinaria pesada, trabajadores entrevistados por Reuters dijeron estar desconcertados y tristes porque ellos quedaron en medio de los conflictos entre la administración entrante y el gobierno saliente. “No tiene sentido porque esto es un gran impulso para el país y genera muchos empleos”, dijo el supervisor de salud y seguridad Joaquín Aguirre, parado frente al edificio de una terminal parcialmente acabada. La presidencia de México informó en agosto que con el proyecto se generarían 160,000 empleos en su etapa de construcción y otros 45,000 empleos directos e indirectos, en la etapa de funcionamiento, y cerca de 450,000 cuando la obra alcanzara su máximo desarrollo. Detrás de Aguirre, decenas de obreros con overoles azules y cascos blancos levantaban varias torres altas en forma de embudo para sostener el techo de la terminal, ya que todavía no han sido notificados sobre sí serán despedidos. “Es muy preocupante. Es nuestra fuente de ingreso principal y se ve amenazada”, dijo Guillermo García, encargado del control de calidad de los materiales de construcción quien lamentó que pudiera estar desempleado justo cuando se acerca la Navidad, por la cancelación del NAIM. Más tarde, el presidente Enrique Peña Nieto dijo que “no se realizará modificación alguna ni a la concesión ni a la ejecución del proyecto del nuevo aeropuerto”, hasta que él concluyera su mandato el 30 de noviembre. En lugar del nuevo aeropuerto, López Obrador ha propuesto reacondicionar el aeropuerto existente de Ciudad de México y el de la cercana ciudad de Toluca así como construir dos nuevas pistas en la base militar de Santa Lucía. Con un 30% del aeropuerto nuevo construido, según el Gobierno, los trabajadores dijeron que no esperan terminar en el centro de una lucha política o económica. “Estamos desconcertados por toda la incertidumbre”, dijo un trabajador que se negó a dar su nombre por temor a represalias. “¿Por qué si lo permitieron antes, porque ahora no lo van a permitir?”.

 

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