La palabra inclusión ha ido convirtiéndose durante los últimos años en un elemento esencial para el crecimiento de las compañías, las cuales han ido poco a poco entendiendo lo que puede darles el impulso a la diversidad de todo tipo al interior de sus organizaciones.

De acuerdo con evaluaciones hechas por la consultora especializada en rendimiento laboral Great Place to Work (GPW), las empresas que toman en sus manos este tema tienen la capacidad de incrementar hasta en 24% sus ingresos.

La firma de tecnología estadounidense Intel es una de las compañías que mayor tiempo lleva trabajando dentro de esta línea, buscando, tanto a nivel local como internacional, aprovechar el rédito que trabajar en este sentido puede darles.

Así lo detalla Diana Mendoza, gerente de Desarrollo de Negocio en la firma, quien relata que desde 2010 la compañía ha venido trabajando constantemente en este tipo de acciones que permiten a la empresa, por un lado, mejorar el arraigo de sus trabajadores y, por otro, fortalecer ambitos creativos.

“La compañía tiene muy en claro que entre más integremos el mindset de la inclusión más amplitud de creatividad y de resultados podremos tener, por lo que efectivamente para nosotros este es un tema que tiene un impacto fuerte para nuestro negocio”, dice en entrevista con Forbes México.

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Pero más allá de este valor, relata Mendoza, fueron, en un inicio, los propios trabajadores de la empresa quienes empezaron a empujar el que Intel en México se convirtiera en una firma con un sentido de inclusión.

“La historia de inclusión en nuestro país comenzó a principios de la década pasada con la creación de un grupo en la empresa llamado Women at Intel, Mujeres en Intel, después fueron llegando muchos más, como fue en 2014 IGLOBE, un grupo dedicado a la comunidad LGBTQ+”, relata la directiva.

De esta manera, hoy dentro de la empresa ya existen, además de estos dos mencionados, grupos relacionados con distintas creencias religiosas y también otros importantes ligados a temas de personas con capacidades diferentes; todo ellos forman parte de un núcleo interno llamado Diversidad e Inclusión.

Ximena Téllez y Montserrat Romero, por ejemplo, han sido parte desde varios años de estos grupos de colaboración y diálogo al integrar ambas el segmento dedicado al LGBTQ+.

“Yo soy cofundadora del grupo IGLOBE (Inter Gay, Lesbian, Bisexual o Transgender Employees) en México, el cual es un grupo que ve por ciertos objetivos o temas específicos para la comunidad LGBTQ+, proponiendo iniciativas que ayuden a mejorar la situación de este conjunto en particular. Cualquier empleado se puede unir a IGLOBE, para promover la inclusión y no la exclusión”, comenta Ximena Téllez.

Por su parte, Romero señala que el grupo al que pertenece le ha permitido fortalecer su confianza en el entorno de trabajo, ya que ha ayudado a romper entre los colaboradores de la compañía con los estigmas tradicionales que existen.

“Yo soy una persona abiertamente de la comunidad LGBTQ+ y creo que mi historia podría ser la de muchos. Cuando estás en un ambiente laboral de repente no te sientes 100% seguro de contarle a tus compañeros que tu pareja no es heterosexual, por lo que IGLOBE es un espacio psicológicamente seguro que da la oportunidad de abrirte”, explica.

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Cambiar el paradigma

Esta experiencia que suma la compañía de tecnología en este sentido le ha permitido ir, paulatinamente, experimentando en nuevos esfuerzos ligados a este tema, sin embargo, ¿qué es lo que deben hacer las empresas que aún no han dado pasos en este sentido?

La respuesta la tiene Diana Mendoza, quien señala que existe una serie de claves que ellos mismos han vivido y en las cuales las empresas necesitan trabajar para comenzar a relacionarse con la creación de políticas de inclusión y diversidad.

La primera de ellas, explica, involucra directamente a la dirección de la compañía, la cual debe de reconocer la importancia que tiene el tema y sentar las bases internas de la organización para que este movimiento comience a gestarse.

Posteriormente, dice la ejecutiva, un factor que puede ayudarles mucho es el acercarse a empresas que ya tengan este tipo de prácticas positivas dentro de su estructura, con el objetivo de que los apoyen a tener un buen ingreso a este tema.

Finalmente, en tercer lugar, agrega, es esencial que las compañías se coloquen objetivos muy claros entorno a su trabajo de inclusión, mismos que les ayudarán a identificar lo que está funcionando y lo que no, considerando siempre a cada uno de los empleados.

“Hoy los trabajos de inclusión al interior de las empresas son muy importantes y en la medida en la que más se involucren mayor será el impacto, es sólo de esta manera que a futuro dejaremos la exclusión atrás y viviremos en una sociedad con derechos equitativos”, concluye Diana Mendoza.

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