Reuters.- Una caravana de migrantes centroamericanos que se dirige a Estados Unidos causando la ira del presidente Donald Trump cruzó el sábado el sureste de México pese a la promesa del gobierno de otorgarles empleos, mientras las autoridades incrementaban sus esfuerzos para dispersar el convoy.

El grupo de hombres, mujeres y niños fue bloqueado por policías mexicanos antimotines durante la madrugada, cuando se aproximaban al estado de Oaxaca, buscando transmitir la oferta de papeles de identificación temporales, empleos y educación para aquellos que busquen asilo en México.

Trump ha amenazado con enviar tropas a la frontera con México y cortar la ayuda a los países de Centroamérica para detener al grupo de miles de personas, que salió de Honduras hace dos semanas.

Las estimaciones sobre el tamaño de la caravana varían significativamente, y ésta ha mutado dado que algunos han decidido regresar a casa pero nuevos migrantes se han unido. Un funcionario mexicano dijo a Reuters que al menos 150 migrantes que viajaban por separado fueron detenidos el viernes cerca de la frontera con Guatemala.

Más de 1,700 personas del convoy han solicitado asilo, mientras que otros regresado a sus países, de acuerdo con el gobierno mexicano. El embajador hondureño dijo el viernes que oficialmente, el grupo estaba integrado por 3,500 personas, pero otras estimaciones eran mucho mayores.

Hasta el sábado, más de 100 hondureños habían optado por solicitar el estado de refugiado y entrar al programa de trabajo temporal propuesto el viernes por el presidente Enrique Peña Nieto, de acuerdo con el Instituto Nacional de Migración. Muchos otros decidieron ignorar la oferta.

“Nuestro destino es Estados Unidos”, dijo Francisco Ramírez, uno de los migrantes.

Cada año, miles de hondureños, guatemaltecos y salvadoreños huyen de la violencia y pobreza en sus países y emprenden un peligroso viaje hacia el norte en busca del “sueño americano” en Estados Unidos.

Un oficial de la policía en el estado sureño de Oaxaca -hacia donde se dirigía el grupo desde el pueblo de Arriaga, en Chiapas- dijo que las autoridades intentaban mantener la oferta de asilo.

“Creemos que es muy importante que cada persona en la caravana conozca estos beneficios para que dejen de poner en riesgo su seguridad cuando cruzan por estos caminos”, dijo el comisionado de la policía federal Benjamín Grajeda.

Trump y otros políticos republicanos han buscado convertir a la caravana y la migración en uno de sus principales caballos de batalla antes de las elecciones legislativas del 6 de noviembre, donde el partido gobernante buscará mantener el control del congreso.

Honduras ha dicho que 4,500 de sus ciudadanos que buscaban emigrar han regresado al país durante los últimos días.

 

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