Para 2018, se prevé que esta industria tendrá un crecimiento cercano al 70%, es decir, en cinco años se podrían sumar cerca de 341 nuevos casinos   Las cartas vuelven a estar echadas sobre la mesa. La propuesta de una nueva Ley de Juegos y Sorteos, en México, abre la oportunidad de poner la lupa sobre la expansión de los casinos. Para 2018, se prevé que esta industria tendrá un crecimiento cercano al 70%, ya que actualmente existen sólo 409 salas abiertas en el territorio nacional, de un aproximado de 750 autorizadas por la Secretaría de Gobernación (Segob), es decir, en 2018 se podrían sumar cerca de 341 nuevos casinos. Estas cifras ponen en alerta a los jugadores en el negocio, así como a las autoridades, frente a la posibilidad de un crecimiento desordenado de las salas de juego y la proliferación de giros irregulares por la falta de un marco legal actualizado. “Un reclamo que se ha encontrado por muchos años vacante es el de una ley importante que regule a una industria moderna”, dice Miguel Ángel Ochoa Sánchez, presidente de la Asociación de Permisionarios, Operadores y Proveedores de la Industria del Entretenimiento y Juegos de Apuesta (AIEJA). Después de varias iniciativas legales que no trascendieron en el pasado, durante el próximo periodo ordinario de sesiones del Congreso de la Unión, se espera que haga su aparición una iniciativa que sustituya a la actual Ley de Juegos y Sorteos que data de 1947. La creación de un organismo descentralizado de la Segob, que incorpore a la Secretaría de Economía (SE) y a la Secretaría de Turismo, para otorgar los permisos de nuevos casinos, es una de las propuestas que podrían cambiar las reglas del juego.   Apertura del juego Convertir a los juegos de azar en un negocios de atracción turística, fue el argumento con que Porfirio Díaz escribió en 1907 el primer capítulo de la historia de los casinos en el país, cuando ese año los autorizó. Sin embargo, 31 años después el entonces presidente Lázaro Cárdenas modificó el decreto expedido por Díaz e impidió los juegos de azar en el país, asimismo, canceló la concesión y administración de casas de apuestas. Fue hasta el 31 de diciembre de 1947, cuando el presidente Miguel Alemán expidió la Ley de Juegos y Sorteos que otorgó a la Segob la autorización, reglamentación, control y vigilancia de los juegos, apuestas, rifas y sorteos, narra Érika Rueda en un análisis elaborado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) sobre la apertura de casinos en el país. Es así, que la Segob se ha convertido en la dependencia que ha autorizado permisos para que las casas de apuestas operen temporalmente. Pero los tiempos han cambiado y la falta de reformas en la legislación imponen nuevas necesidades: “Se convirtió en una ley obsoleta dados los avances tecnológicos, los avances científicos han ido muy acelerados en los últimos años y esta ley de 1947 no los contemplaba”, dice Miguel Ángel Ochoa de la AIEJA. Para 2004, el presidente Vicente Fox publicó el reglamento de la Ley de Juegos y Sorteos, el cual trajo consigo el ánimo de los inversionistas de apostar de nuevo por el negocio. Esto trajo consigo que muchas de las salas de juego buscarán su expansión y recurrieran a recursos legales como el amparo para lograr su crecimiento.   Nuevas reglas Después del incendio provocado en el Casino Royale, en Monterrey, y la falta de protección de la figura del amparo para los empresarios de los casinos, tras la última modificación a la Ley de Amparo, los inversionistas del negocio y funcionarios actuales de la Dirección de Juegos y Sorteos (DGJS) de la Segob se encuentran interesados en establecer un nuevo panorama para acabar con las suspicacias de ilegalidad en la industria. Por ello, las autoridades han establecido reuniones con los permisionarios y operadores de la industria para preparar una nueva ley con miras a ser presentada en el segundo periodo de sesiones del congreso de la Unión, que inicia el próximo primero de septiembre y que concluye el 31 de diciembre de 2013. Entre los objetivos principales que propone atender la iniciativa de ley se encuentran los siguientes:
  • Dar certidumbre jurídica a las inversiones nacionales y extranjeras en la industria.
  • Sacar del mercado a los casinos que no cuenten con permisos.
  • Establecer regulaciones para las apuestas vía Internet y certificar a todas las máquinas traga monedas del país, así como terminar con su operación en puntos como tiendas.
  • La entrega de permisos de una sola sala y no de un número mayor.
  • La generación de un impuesto nacional único para los casinos que sea dividido entre los estados y municipios. Actualmente, la industria genera 1,400 millones de pesos (mdp) por concepto de impuestos.
  • Que la regulación a los casinos sea extensiva a las ferias regionales, carreras de caballos, sorteos de televisión, entre otras.
“Creo que si esta nueva ley trae certidumbre jurídica, también los grandes jugadores podrán entrar a invertir”, dice Isaac Dehesa director de los casinos Big Bola. Asimismo, una de las iniciativas que se espera provoque un cambio fundamental en los criterios discrecionales en la entrega de permisos, está dada por la creación de un organismo descentralizado de la Segob que fije los criterios de operación de los casinos, el cual cuente con la representación de la SE y Sectur. De este modo, se buscaría generar una política de gobierno que tenga como meta el aprovechamiento del negocio de los casinos, el cual genera actualmente una derrama anual de 2,000 millones de pesos (mdp) de 32 permisionarios registrados ante la Segob. A pesar de que la presentación de la iniciativa de la nueva ley, pueda llevarse a cabo hasta el próximo año por la discusión de reformas como la Fiscal o la Energética, el presidente de la AIEJA es optimista: “Lo que parece inevitable es que la ley se aprobará”.

 

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