Las empresas, servicios, productos o personas que ostentan una certificación tienen un valor adicional, ya que ésta es un aval de seguridad y confianza para quienes los consumen o contratan.   Hace varios años comenzó a notarse una tendencia creciente hacia la certificación, según normas o estándares desarrollados para procesos empresariales, productos o personas; todo comenzó cuando se fue haciendo cada vez más tangible el beneficio que este tipo de actividad mantiene en el crecimiento económico, la productividad laboral y la capacidad para exportar. La tendencia a la que nos referimos no es un tema menor: la emisión de constancias, dictámenes o certificados que avalan el cumplimiento con normas, requiere de una gran actividad en el diseño de las regulaciones, las especificaciones o los estándares que son la base para hacer las comparaciones, pruebas o validaciones correspondientes que permitan, precisamente, generar el certificado, constancia o dictamen solicitado. Fue en octubre de 2014 cuando la Organización Internacional de Normalización (ISO) dio a conocer los resultados de dos grandes investigaciones en Europa, cuyo principal objetivo era cuantificar el beneficio de estos procesos en el desarrollo de sus respectivas economías. La certificación de cumplimiento con normas o estándares es considerada un proceso transparente que permite demostrar que un producto cumple con las características necesarias de seguridad para el consumidor; o bien, que una empresa opera apropiadamente un sistema de calidad y que cuenta con un sistema de gestión para garantizar el manejo de la información de socios, clientes, colaboradores, etc. Por ejemplo, en Reino Unido el Departamento de Industria y el British Standards Institution, miembro de ISO para el país, han estimado que las normas contribuyen con 2,500 millones de libras esterlinas a la economía nacional, y a las normas que se certifican le atribuyen el 13% de la mejora de la productividad laboral en los últimos años. Bajo este mismo concepto, el DIN, miembro alemán de ISO, ha determinado que los beneficios de las normas representan el 1% del producto interno bruto. Debemos entender que la certificación o verificación no es factible si no existe en principio un estándar contra el cual comparar; la generación de estándares a nivel mundial ha creado una gran “red internacional de estándares”, que gradualmente se armonizan y son asimilados por todos los países del mundo.   La evaluación de la conformidad, presente en todos los ámbitos Las certificaciones tienen un alcance ilimitado; por ejemplo, en los centros de trabajo donde se demuestra que se cumple con una adecuada iluminación en las áreas y hay seguridad en las instalaciones, o en el contexto automotriz, donde se verifica que los automóviles no generen emisiones de dióxido de carbono por arriba de niveles permitidos por las autoridades; incluso en el ámbito personal, donde un profesionista que maneja algunos programas o paquetes de cómputo o algún idioma diferente de su idioma materno requiere la validación de sus competencias personales, lo que se logra mediante una certificación que confirma que efectivamente posee un conjunto de conocimientos, experiencias y habilidades para el desarrollo eficaz de una tarea, certificación que permite a dicha persona tener la posibilidad y el acceso a determinadas oportunidades laborales y mejores ingresos, y a sus empleadores, mayor confianza en sus procesos de contratación. Todos éstos son ejemplos de una cantidad de capacidades, cualidades, condiciones, etc. que son probadas, verificadas y/o certificadas por una entidad de tercera parte que demuestre que es cierto y verdadero lo que se afirma. Éste es un proceso que se conoce como Evaluación de la Conformidad.   Certificación de capacidades personales Un ejemplo clásico es el certificar que se cuenta con una segunda lengua como el inglés, que es el idioma más utilizado como primera o segunda lengua en el mundo de los negocios, y en ese sentido se convierte en un requisito fundamental para acceder a una gran parte de las ofertas de empleo que se publiquen a mediano plazo. Muchas de estas certificaciones son otorgadas por instituciones privadas que evalúan y otorgan dicho certificado. Lo mismo sucede cuando se requiere el manejo de alguna tecnología en particular, o una habilidad específica para la gestión de proyectos o la operación de procesos de manufactura.   Turismo y turismo médico… Si habláramos del sector turístico podemos comentar que los turistas cada día son más exigentes para recibir servicios, y buscan que los hoteles ostenten alguna certificación que avale la calidad de sus diferentes servicios, ya sea en restaurantes, bares y limpieza de playas, así como la comodidad y las capacidades de sus instalaciones. No se escapa la industria de la salud, en cuyos prestadores de servicios crece cada día más el interés por garantizar los servicios hospitalarios con modalidades como el “turismo médico”. En países como Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña, España, Australia, Nueva Zelanda y nuestro propio país, se estima que la derrama económica anual es de 75,000 millones de euros. México es el segundo destino en importancia a nivel mundial en lo que a turismo médico se refiere, con más de un millón de extranjeros atendidos por año. Cada país busca atraer al mayor número de visitantes hacia sus destinos, siendo la certificación de clínicas y hospitales una de las herramientas más efectivas. Nos referimos a certificaciones internacionales promovidas por organismos como:
  • Programa Internacional de Acreditación ISQuala
  • Joint Commission International (JCI) de Estados Unidos
  • Accreditation Canada International (ACI)
  • Acreditación QHA Trent de Reino Unido
  • Consejo Australiano de Estándares Internacionales para el Cuidado de la Salud (ACHSI)
  • La Haute Autorité de Santé, de Francia
  Reconocimiento de las certificaciones Para que un documento que se denomine certificado, dictamen o constancia tenga valor, es indispensable que exista un reconocimiento de estas certificaciones y su validación por el propio mercado, la sociedad en su conjunto, las instituciones educativas, la industria, el comercio y los consumidores o el gobierno, ya que si no son reconocidas, simplemente no brindarán el valor agregado que busca la empresa o el profesionista en cuestión. Las certificaciones también son una herramienta que le permite al consumidor entender qué es lo que realmente pueden exigir. Las normas o estándares establecen cualidades deseables en productos y servicios que garanticen la seguridad, la inocuidad, los mejores contenidos nutricionales.   La certificación y los procesos de apertura comercial Las certificaciones también son un elemento de crecimiento para el comercio internacional. Contar con el aval de una certificación en normas o estándares internacionales le permite a los industriales de determinado país brincar a los mercados de los países desarrollados, en los que ya existe un hábito de ubicar la calidad de cada producto. Debemos puntualizar que los procesos de certificación cobraron gran fuerza como respuesta a las políticas mundiales de apertura de los mercados, y que han dado un vuelco profundo a las actividades industriales y comerciales de los países: la certificación se convierte cada día en un requisito de desempeño para acceder a mercados y poder competir con la inmensa oferta de productos que existen a nivel global.   Marco regulatorio en México En muchos campos que tienen que ver con la seguridad y la salud de las personas, el cuidado del medio ambiente o la protección de la flora y la fauna, la certificación es obligatoria; éste es el caso de la certificación de calzado, guantes o cascos de seguridad; la verificación vehicular de emisiones, los registros sanitarios de medicamentos, o la certificación de seguridad de productos eléctricos o electrónicos. En nuestro país, ésta es la razón de ser de las Normas Oficiales Mexicanas (NOM), vigiladas por instancias como Profeco o Cofepris. Finalmente, ya sea por moda, necesidad del mercado o cultura de trabajo, lo cierto es que el número de certificaciones sigue en aumento, y cada día se hace más cotidiano el escuchar este lenguaje relacionado con el cumplimiento de normas o estándares encargados de brindar confiabilidad a productos, servicios o personas, y con ello certeza a quienes los consumen o contratan. Para mí es claro: las empresas, servicios, productos o personas que ostentan una certificación tienen un valor adicional, ya que ésta es un aval de seguridad y confianza.   Contacto: Correo: [email protected] / [email protected] Twitter @perez_munguia Páginas web: NYCE / IMECE   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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